"y cuanto más grande es el pecador, tanto más grande es el derecho que tiene a Mi misericordia" (Diario, 723).
"porque la fe sin obras, por fuerte que sea, es inútil" (Diario, 742).
1. Debemos confiar en la Misericordia del Señor.
Jesús, por medio de Sor Faustina nos dice: "Deseo conceder gracias inimaginables a las almas que confían en mi misericordia. Que se acerquen a ese mar de misericordia con gran confianza. Los pecadores obtendrán la justificación y los justos serán fortalecidos en el bien. Al que haya depositado su confianza en mi misericordia, en la hora de la muerte le colmaré el alma con mi paz divina".
2. La confianza es la esencia, el alma de esta devoción y a la vez la condición para recibir gracias.
"Las gracias de mi misericordia se toman con un solo recipiente y este es la confianza. Cuanto más confíe un alma, tanto más recibirá. Las almas que confían sin límites son mi gran consuelo y sobre ellas derramo todos los tesoros de mis gracias. Me alegro de que pidan mucho porque mi deseo es dar mucho, muchísimo. El alma que confía en mi misericordia es la más feliz, porque yo mismo tengo cuidado de ella. Ningún alma que ha invocado mi misericordia ha quedado decepcionada ni ha sentido confusión. Me complazco particularmente en el alma que confía en mi bondad".
3. La misericordia define nuestra actitud ante cada persona.
"Exijo de ti obras de misericordia que deben surgir del amor hacia mí. Debes mostrar misericordia siempre y en todas partes. No puedes dejar de hacerlo ni excusarte ni justificarte. Te doy tres formar de ejercer misericordia: la primera es la acción; la segunda, la palabra; y la tercera, la oración. En estas tres formas se encierra la plenitud de la misericordia y es un testimonio indefectible del amor hacia mí. De este modo el alma alaba y adora mi misericordia".
4. La actitud del amor activo hacia el prójimo es otra condición para recibir gracias.
"Si el alma no practica la misericordia de alguna manera no conseguirá mi misericordia en el día del juicio. Oh, si las almas supieran acumular los tesoros eternos, no serían juzgadas, porque la misericordia anticiparía mi juicio".
5. El Señor Jesús desea que sus devotos hagan por lo menos una obra de misericordia
al día.
"Debes saber, hija mía que mi Corazón es la misericordia misma. De este mar de misericordia las gracias se derraman sobre todo el mundo. Deseo que tu corazón sea la sede de mi misericordia. Deseo que esta misericordia se derrame sobre todo el mundo a través de tu corazón. Cualquiera que se acerque a ti, no puede marcharse sin confiar en esta misericordia mía que tanto deseo para las almas".
1. "No temas: yo soy el primero y el último, yo soy el que vive. Estaba muerto, y ya ves, vivo por los siglos de los siglos" (Ap 1, 17-18).En la segunda lectura, tomada del libro del Apocalipsis, hemos escuchado estas consoladoras palabras, que nos invitan a dirigir la mirada a Cristo, para experimentar su tranquilizadora presencia. En cualquier situación en que nos encontremos, aunque sea la más compleja y dramática, el Resucitado nos repite a cada uno: "No temas"; morí en la cruz, pero ahora "vivo por los siglos de los siglos"; "yo soy el primero y el último, yo soy el que vive".
"El primero", es decir, la fuente de todo ser y la primicia de la nueva creación; "el último", el término definitivo de la historia; "el que vive", el manantial inagotable de la vida que ha derrotado la muerte para siempre. En el Mesías crucificado y resucitado reconocemos los rasgos del Cordero inmolado en el Gólgota, que implora el perdón para sus verdugos y abre a los pecadores arrepentidos las puertas del cielo; vislumbramos el rostro del Rey inmortal, que tiene ya "las llaves de la muerte y del infierno" (Ap 1, 18).
2. "Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia" (Sal 117, 1). Hagamos nuestra la exclamación del salmista, que hemos cantado en el Salmo responsorial: la misericordia del Señor es eterna. Para comprender a fondo la verdad de estas palabras, dejemos que la liturgia nos guíe al corazón del acontecimiento salvífico, que une la muerte y la resurrección de Cristo a nuestra existencia y a la historia del mundo. Este prodigio de misericordia ha cambiado radicalmente el destino de la humanidad. Es un prodigio en el que se manifiesta plenamente el amor del Padre, el cual, con vistas a nuestra redención, no se arredra ni siquiera ante el sacrificio de su Hijo unigénito.Tanto los creyentes como los no creyentes pueden admirar en el Cristo humillado y sufriente una solidaridad sorprendente, que lo une a nuestra condición humana más allá de cualquier medida imaginable. La cruz, incluso después de la resurrección del Hijo de Dios, "habla y no cesa nunca de decirque Dios-Padre es absolutamente fiel a su eterno amor por el hombre. (...) Creer en ese amor significa creer en la misericordia" (Dives in misericordia, 7).
Queremos dar gracias al Señor por su amor, que es más fuerte que la muerte y que el pecado. Ese amor se revela y se realiza como misericordia en nuestra existencia diaria, e impulsa a todo hombre a tener, a su vez, "misericordia" hacia el Crucificado. ¿No es precisamente amar a Dios y amar al próximo, e incluso a los "enemigos", siguiendo el ejemplo de Jesús, el programa de vida de todo bautizado y de la Iglesia entera?
3. Con estos sentimientos, celebramos el II domingo de Pascua, que desde el año pasado, el año del gran jubileo, se llama también domingo de la Misericordia divina. Para mí es una gran alegría poder unirme a todos vosotros, queridos peregrinos y devotos, que habéis venido de diferentes naciones para conmemorar, a un año de distancia, la canonización de sor Faustina Kowalska, testigo y mensajera del amor misericordioso del Señor. La elevación al honor de los altares de esta humilde religiosa, hija de mi tierra, representa un don no sólo para Polonia, sino también para toda la humanidad. En efecto, el mensaje que anunció constituye la respuesta adecuada y decisiva que Dios quiso dar a los interrogantes y a las expectativas de los hombres de nuestro tiempo, marcado por enormes tragedias. Un día Jesús le dijo a sor Faustina: "La humanidad no encontrará paz hasta que se dirija con confianza a la misericordia divina" (Diario, p. 132). ¡La misericordia divina! Este es el don pascual que la Iglesia recibe de Cristo resucitado y que ofrece a la humanidad, en el alba del tercer milenio.
4. El evangelio, que acabamos de proclamar, nos ayuda a captar plenamente el sentido y el valor de este don. El evangelista san Juan nos hace compartir la emoción que experimentaron los Apóstoles durante el encuentro con Cristo, después de su resurrección. Nuestra atención se centra en el gesto del Maestro, que transmite a los discípulos temerosos y atónitos la misión de ser ministros de la misericordia divina. Les muestra sus manos y su costado con los signos de su pasión, y les comunica: "Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo" (Jn 20, 21). E inmediatamente después "exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: "Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados les quedan perdonados; a quienes se los retengáis les quedan retenidos"" (Jn 20, 22-23). Jesús les confía el don de "perdonar los pecados", un don que brota de las heridas de sus manos, de sus pies y sobre todo de su costado traspasado. Desde allí una ola de misericordia inunda toda la humanidad. Revivamos este momento con gran intensidad espiritual. También a nosotros el Señor nos muestra hoy sus llagas gloriosas y su corazón, manantial inagotable de luz y verdad, de amor y perdón.
5. ¡El Corazón de Cristo! Su "Sagrado Corazón" ha dado todo a los hombres: la redención, la salvación y la santificación. De ese Corazón rebosante de ternura, santa Faustina Kowalska vio salir dos haces de luz que iluminaban el mundo. "Los dos rayos -como le dijo el mismo Jesús- representan la sangre y el agua" (Diario, p. 132). La sangre evoca el sacrificio del Gólgota y el misterio de la Eucaristía; el agua, según la rica simbología del evangelista San Juan, alude al bautismo y al don del Espíritu Santo (cf. Jn 3, 5; 4, 14).A través del misterio de este Corazón herido, no cesa de difundirse también entre los hombres y las mujeres de nuestra época el flujo restaurador del amor misericordioso de Dios. Quien aspira a la felicidad auténtica y duradera, sólo en él puede encontrar su secreto.
6. "Jesús, en ti confío". Esta jaculatoria, que rezan numerosos devotos, expresa muy bien la actitud con la que también nosotros queremos abandonarnos con confianza en tus manos, oh Señor, nuestro único Salvador.Tú ardes del deseo de ser amado, y el que sintoniza con los sentimientos de tu corazón aprende a ser constructor de la nueva civilización del amor. Un simple acto de abandono basta para romper las barreras de la oscuridad y la tristeza, de la duda y la desesperación. Los rayos de tu misericordia divina devuelven la esperanza, de modo especial, al que se siente oprimido por el peso del pecado.
María, Madre de misericordia, haz que mantengamos siempre viva esta confianza en tu Hijo, nuestro Redentor. Ayúdanos también tú, santa Faustina, que hoy recordamos con particular afecto. Fijando nuestra débil mirada en el rostro del Salvador divino, queremos repetir contigo: "Jesús, en ti confío". Hoy y siempre. Amén.
"En la noche cuando estaba en mi celda, vi al Señor Jesús vestido de blanco. Una mano estaba levantada en ademán de bendecir y, con la otra mano, se tocaba el vestido, que aparecía un poco abierto en el pecho, brillaban dos rayos largos: uno era rojo y, el otro blanco. Yo me quedé en silencio contemplando al Señor. Mi alma estaba llena de miedo pero también rebosante de felicidad. Después de un rato, Jesús me dijo:
Pinta una imagen Mía, según la visión que ves, con la Inscripción : "¡Jesús, yo confío en Ti!." Yo deseo que esta Imagen sea venerada, primero en tu capilla y después en el mundo entero. Yo prometo que el alma que honrare esta imagen, no perecerá. También le prometo victoria sobre sus enemigos aquí en la tierra, pero especialmente a la hora de su muerte. Yo el Señor la defenderé como a Mi propia Gloria.
"Mi Imagen ya está en tu corazón. Yo deseo que se establezca una fiesta de la Misericordia y que esta imagen sea venerada por todo el mundo. Esta fiesta será el primer domingo después de Pascua. Deseo que los sacerdotes proclamen esta gran misericordia Mía a los pecadores."
"Los dos rayos significan Sangre y Agua- el rayo pálido representa el Agua que justifica a las almas; el rayo rojo simboliza la Sangre, que es la vida de las almas-. Ambos rayos brotaron de las entrañas mas profundas de Mi misericordia cuando mi corazón agonizado fué abierto por una lanza en la Cruz... Bienaventurado aquel que se refugie en ellos, porque la justa mano de Dios no le seguirá hasta allí".
"Sí, el primer domingo después de la Pascua es la Fiesta de la Misericordia, pero también debe estar presente la acción y pido se rinda culto a Mi Misericordia con la solemne celebración de esta Fiesta y con el culto a la imagen que ha sido pintada." (Diario 742)
"Deseo conceder el perdón total a las almas que se acerquen a la confesión y reciban la Santa Comunión el día de la Fiesta de Mi Misericordia." (Diario 1109)
"Los rayos del cuadro representan la Sangre y el Agua que brotaron del fondo de mi Misericordia, cuando mi Corazón, agonizante, fue abierto por la lanza en la Cruz".
"Los rayos pálidos simbolizan el Agua, que purifica el alma, y los rayos rojos representan la Sangre. que es la vida del alma. Estos rayos protegen al alma de la ira de mi Padre".
"Feliz el que viva bajo su sombra, porque la mano de la justicia de Dios nunca le alcanzará". Palabras de Nuestro Señor a Santa Faustina Kowalska
Cuando te acercas a la confesión, a esta Fuente de Mi Misericordia, siempre fluye sobre tu alma la Sangre y el Agua que brotó de Mi Corazón y ennoblece tu alma.
Cada vez que vas a confesarte, sumérgete toda en Mi misericordia con gran confianza para que pueda derramar sobre tu alma la generosidad de Mi gracia. Cuando te acercas a la confesión debes saber que Yo Mismo te espero en el confesionario, sólo que estoy oculto en el sacerdote, pero Yo Mismo actúo en tu alma. Aquí la miseria del alma se encuentra con Dios de la misericordia.
Di a las almas que de esta Fuente de la Misericordia las almas sacan gracias exclusivamente con el recipiente de confianza. Si su confianza es grande, Mi generosidad no conocerá límites.
Los torrentes de Mi gracia inundan las almas humildes. Los soberbios permanecen siempre en pobreza y miseria, porque Mi gracia se aleja de ellos dirigiéndose hacia los humildes (1602).
Deseo que haya una Fiesta de la Misericordia. Quiero que esta imagen que pintarás con el pincel, sea bendecida con solemnidad el primer domingo después de la Pascua de Resurrección; ese domingo deber ser la Fiesta de la Misericordia.
Una vez vi al Señor Jesús con una túnica clara; eso fue en el invernadero [209].
Escribe lo que te diré: Mi deleite es unirme a ti, espero con gran ansia y añoro este momento en que habitaré sacramentalmente en tu convento.
Mi espíritu descansará en aquel convento, bendeciré especialmente las inmediaciones donde estará el convento.
Por amor hacia ustedes alejaré todos los castigos que la justicia de Mi Padre administra merecidamente.
Hija Mía, he inclinado Mi Corazón hacia tus suplicas: tu tarea y empeño aquí en la tierra es implorar la misericordia para (40) el mundo entero.
No encontrará alma ninguna la justificación hasta que no se dirija con confianza a Mi misericordia y por eso el primer domingo después de Pascua ha de ser la Fiesta de la Misericordia.
Ese día los sacerdotes han de hablar a las almas sobre Mi misericordia infinita. Te nombro dispensadora de Mi misericordia.
Dile al confesor que la imagen esté expuesta en la iglesia y no en el convento dentro de la clausura.
Por medio de esta imagen colmaré a las almas con muchas gracias, por eso, que cada alma tenga acceso a ella.
Ya has difundido este mensaje pero deseas ayudar a salvar aún más almas en esta fiesta, mortifícate (con permiso del confesor/director espiritual):
LA HORA DE LA MISERICORDIA
María Faustina Kowalska | ||
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Religiosa y mística polaca, apóstol y difusora de la devoción a la Divina Misericordia de Jesús. | ||
Apóstol de la Divina Misericordia | ||
Nacimiento | 25 de agosto de 1905. Głogowiec, Łódź. | |
Fallecimiento | 5 de octubre de 1938 (33 años). Łagiewniki, Cracovia. | |
Venerada en | ||
Beatificación | 18 de abril de 1993 | |
Canonización | 30 de abril de 2000 | |
Festividad | 5 de octubre. |
. "De pronto la presencia de Dios me invadió e inmediatamente me vi en Roma, en la capilla del Santo Padre y al mismo tiempo estaba en nuestra capilla...Yo tomé parte en la solemne celebración, simultáneamente aquí y en Roma...Vi al Señor Jesús en nuestra capilla, expuesto en el Sacramento de la Eucaristía en el altar mayor. La capilla estaba adornada como para una fiesta, y ese día todo el que quisiera, podía entrar. La multitud era tan grande que la vista no podía alcanzarla toda. Todos estaban participando en las celebraciones con gran júbilo, y muchos de ellos obtuvieron lo que deseaban. La misma celebración tuvo lugar en Roma, en una hermosa Iglesia, y el Santo Padre, con todo el clero, estaban celebrando esta Fiesta, y entonces súbitamente yo vi a San Pedro, que estaba de pie entre el altar y el Santo Padre...Entonces de repente vi como los dos rayos, como están pintados en la imagen, brotaron de la hostia y se extendieron sobre todo el mundo. Esto duró sólo un momento, pero pareció como si hubiese durado todo el día, y nuestra capilla estuvo repleta todo el día, y todo el día abundó en júbilo. Luego, vi en nuestro altar, al Señor Jesús vivo, tal como luce en la imagen. Luego, en un instante me encontré de pie cerca de Jesús, y me paré en el altar junto al Señor Jesús, y mi espíritu estuvo lleno de una felicidad tan grande...Jesús se inclinó hacia mí y dijo con gran bondad, ‘¿Cuál es tu deseo Hija mía’ Y yo contesté, ‘Deseo que toda adoración y gloria sean dadas a Tu Misericordia’. ‘Yo ya estoy recibiendo adoración y gloria por la congregación y la celebración de esta Fiesta: ¿Qué más deseas?’ Entonces yo miré a la inmensa multitud que adoraba la Divina Misericordia y le dije a Jesús, ‘Jesús, bendice a todos aquellos que están reunidos para darte gloria y venerar Tu infinita misericordia’. Jesús hizo la señal de la cruz con su mano y esta bendición fue reflejada en las almas como un rayo de luz" (1044-1049). Muchos ven esta visión en respecto a la canonización de Santa Faustina. Jesús le mostraba a su apóstol los frutos de su trabajos y sufrimientos.
NO PASA MUY A MENUDO EN LA IGLESIA QUE SE ESTABLEZCA UNA NUEVA FIESTA LITÚRGICA NO ASOCIADA CON EL DÍA FESTIVO DE UN SANTO. SUCEDE EN RARAS OCASIONES Y NUNCA SE PRODUCE A LA LIGERA. SIN EMBARGO, EN EL AÑO 2000, SAN JUAN PABLO II CANONIZÓ A LA MÍSTICA RELIGIOSA POLACA FAUSTINA KOWALSKA Y, DURANTE LA HOMILÍA, RENOMBRÓ OFICIALMENTE AL SEGUNDO DOMINGO DE PASCUA COMO “DOMINGO DE LA DIVINA MISERICORDIA”.
“La misericordia divina llega a los hombres a través del corazón de Cristo crucificado: ‘Hija mía, di que soy el Amor y la Misericordia en persona’, pedirá Jesús a sor Faustina (Diario, p. 374). Cristo derrama esta misericordia sobre la humanidad mediante el envío del Espíritu que, en la Trinidad, es la Persona-Amor. Y ¿acaso no es la misericordia un ‘segundo nombre’ del amor (cf. Dives in misericordia, 7), entendido en su aspecto más profundo y tierno, en su actitud de aliviar cualquier necesidad, sobre todo en su inmensa capacidad de perdón? Hoy es verdaderamente grande mi alegría al proponer a toda la Iglesia, como don de Dios a nuestro tiempo, la vida y el testimonio de sor Faustina Kowalska. (…) Jesús dijo a sor Faustina: ‘La humanidad no encontrará paz hasta que no se dirija con confianza a la misericordia divina’ (Diario, p. 132)”.
“Así pues, es importante que acojamos íntegramente el mensaje que nos transmite la palabra de Dios en este segundo domingo de Pascua, que a partir de ahora en toda la Iglesia se designará con el nombre de ‘domingo de la Misericordia divina’”.
Hija Mía, habla al mundo entero de la inconcebible misericordia Mía. Deseo que la Fiesta de la Misericordia sea refugio y amparo para todas las almas y, especialmente, para los pobres pecadores. Ese día están abiertas las entrañas de Mi misericordia. Derramo todo un mar de gracias sobre las almas que se acercan al manantial de Mi misericordia. El alma que se confiese y reciba la Santa Comunión obtendrá el perdón total de las culpas y de las penas. En ese día están abiertas todas las compuertas divinas a través de las cuales fluyen las gracias. Que ningún alma tema acercarse a Mí, aunque sus pecados sean como escarlata. Mi misericordia es tan grande que en toda la eternidad no la penetrará ningún intelecto humano ni angélico. Todo lo que existe ha salido de las entrañas de Mi misericordia. Cada alma respecto a Mí, por toda la eternidad meditará Mi amor y Mi misericordia. La Fiesta de la Misericordia ha salido de Mis entrañas, deseo que se celebre solemnemente el primer domingo después de Pascua. La humanidad no conocerá paz hasta que no se dirija a la Fuente de Mi misericordia. (Diario, 699)
En todo el mundo se han construido santuarios a la Divina Misericordia. Y se siguen construyendo.
En este artículo presentamos los más importantes y significativos en las Américas.
SANTUARIO NACIONAL DE LA DIVINA MISERICORDIA EN STOCKBRIDGE, MASSACHUSETTS (ESTADOS UNIDOS)Esta Congregación fue fundada en 1673 por el Padre Estanislao Papczynski (Polonia).
Los Padres Marianos llegaron a Stockbridge, Massachusetts, en 1943 para establecer allí un noviciado de la Congregación.
A la difusión de la devoción a la Divina Misericordia en Estados Unidos contribuyó el Rev. P. José Jarzebowski, de la Congregación de los Padres Marianos de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María, que tuvo conocimiento de los escritos de S. Faustina Kowalska a través del Rev. P. Miguel Sopocko, confesor de S. Faustina.
El Santuario fue construido entre los años 1950 a 1960 en Eden Hill, Stockbridge.
En 1996 recibió la designación de “Santuario Nacional de la Divina Misericordia” por la Conferencia Episcopal Católica de los Estados Unidos.
En el Segundo Domingo de Pascua o de la Divina Misericordia del año 2002, acudieron al Santuario de la Divina Misericordia de Eden Hill, Stockbridge, unos 18.000 peregrinos por diferentes medios y en 260 autocares, y se contó con la presencia de Su Eminencia el Cardenal Franciszek Macharski, Arzobispo de Cracovia, Polonia, que celebró la Santa Misa y pronunció la homilía de ese Domingo.
Todos los años en el Segundo Domingo de Pascua se celebra la fiesta de la Divina Misericordia con gran afluencia de fieles. En el año 2003 la Santa Misa fue celebrada por Mons. Thomas L. Dupre, Obispo de Springfield, y el número de peregrinos superó los 20.000.
SANTUARIO DE LA DIVINA MISERICORDIA EN TOCUILA, DIÓCESIS DE TEXCOCO (MÉXICO)
En el mismo lugar, la Comunidad de Jesús ha creado y dirige el “Centro de Espiritualidad y Evangelización de la Divina Misericordia”. (www.comjesus.org, en español
SANTUARIO DE JESÚS MISERICORDIOSO EN BUENOS AIRES (ARGENTINA)
Fue gracias a su esfuerzo y fe inquebrantables que se dio impulso a la Devoción, y se levantó el Santuario a Jesús Misericordioso sito en la calle Pedro Ignacio Rivera 4591, Buenos Aires, primero en América Latina bajo esa advocación. (www.divinamisericordia.org, en español)
SANTUARIO DEL SEÑOR DE LA DIVINA MISERICORDIA EN SURCO (PERÚ)
En el Santuario se ha colocado una reliquia de Santa Faustina Kowalska.
Todos los años el Segundo Domingo de Pascua o de la Divina Misericordia se realiza una procesión acompañando al Señor de la Divina Misericordia, a la que asiste mucha gente.
En el año 2003 el Cardenal Mons. Juan Luis Cipriani celebró la Santa Misa en la fiesta de la Divina Misericordia y concelebraron los Obispos auxiliares de Lima Mons. Adriano Tomasi y Mons. José Antonio Eguren.
En la homilía el Sr. Cardenal dijo: “Vamos a llevar este mensaje (de la Divina Misericordia) al mundo entero, pero teniéndolo primero en el corazón”, y también invocó a la Virgen María, Madre de misericordia y Madre del Señor de la Divina Misericordia. Después de la Santa Misa, unas 65 hermandades de Lima y Callao participaron en la procesión que recorrió las principales calles de Surco. (www.arzobispadodelima.org/notas/2003/abril/v_270403a.htm, en español ).
En el Domingo de la Divina Misericordia de 2004, en el Santuario Arquidiocesano de la Divina Misericordia, celebró la Santa Misa el Arzobispo de Lima, Cardenal Juan Luis Cipriani Thorne.
En el día de la Fiesta de la Divina Misericordia de 2005 (3 de Abril), el Arzobispado de Lima, publicó un comunicado de Mons. Cipriani, Cardenal – Arzobispo de Lima y Primado del Perú, en relación al fallecimiento del Papa Juan Pablo II, que comienza:
“En la Víspera de la Fiesta de la Divina Misericordia, devoción muy querida por Su Santidad Juan Pablo II, Dios Padre ha querido convocarlo a su Reino. Ante su partida, y confortados por los signos de la bondad del Señor, invito a todos los fieles católicos y peruanos de buena voluntad a elevar sus oraciones por su eterno descanso. …”.SANTUARIO DE LA DIVINA MISERICORDIA, ARQUIDIÓCESIS DE PUEBLA (MÉXICO)
Allí numerosos promotores profesan y proclaman, imploran y practican la Divina Misericordia, llevando este mensaje a parroquias de la diócesis y a otras parroquias más lejanas con la aprobación de sus respectivos Obispos.
En el Domingo de la Divina Misericordia, Monseñor Rosendo Huesca Pacheco, Arzobispo de Puebla, celebró la Santa Misa a la que asistieron gran cantidad de fieles.
Dice el Sr. Arzobispo de Puebla:
”Dios se nos ha revelado en la Sagrada Escritura y en la Tradición de la Iglesia como un Dios misericordioso, y ha querido recordar a la humanidad esta gran verdad a través de Santa María Faustina Kowalska, a quien dijo: ‘Apóstol de Mi misericordia, proclama al mundo entero Mi misericordia insondable’ (Diario, 1142)” (Palabras de Monseñor Rosendo Huesca a la revista Fuente de Misericordia, Asociación de Auxiliares Marianos, Stockbridge, MA 01263, USA).
La Ermita-Santuario está atendida por el Rector y la Asociación Diocesana Carmelitana de Fieles de la Divina Misericordia. ( www.santafaustina.org , en español)
“Decretamos que la Capilla de Adoración a la Divina Misericordia sea considerada y estimada como Santuario de la Divina Misericordia para la Diócesis de Tilarán”.
“Que desde esta ‘Casa y Santuario’, se propague oficialmente para la Diócesis de Tilarán las devociones a la Divina Misericordia y a la Virgen del Carmen y su Santo Escapulario y que los fieles que vivan y peregrinen a este Santuario reciban y gocen de los bienes espirituales y celestiales que la Iglesia y yo, por mi ministerio, dispongo y hago partícipes, a saber: bendiciones, gracias e indulgencias”. (Decreto de Mons. Héctor Morera, Obispo de Tilarán, de 16 de julio de 2002).La nueva construcción del Santuario de la Divina Misericordia, está situada cerca de la Capilla, la cual se puede ver al fondo.
El Santuario está regido por los Carmelitas Teresianos de la Divina Misericordia.
Este nuevo edificio del Santuario Diocesano de la Divina Misericordia fue bendecido por Mons. Vittorino Girardi, Obispo de Tilarán, el 30 de junio de 2010.
PARROQUIA DE SAN JUAN BAUTISTA Y SANTUARIO DIOCESANO DE JESÚS SEÑOR DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN TENANGO DEL AIRE, DIÓCESIS DE VALLE DE CHALCO, MÉXICO
Después del esfuerzo misionero en propagar la espiritualidad de la Divina Misericordia durante muchos años, y a solicitud de los Padres Palotinos, el Sr. Arzobispo de Río de Janeiro, Dom Orani Joao Tempesta, creó el Santuario de la Divina Misericordia en 2009.
Ese mismo año, visitó el Santuario el Cardenal-Arzobispo de Cracovia Stanislaw Dziwisz, quien fue durante 39 años Capellán y Secretario de Karol Wojtyla, el Papa Juan Pablo II, cuando éste era Arzobispo de Cracovia.
SANTUARIO DE LA DIVINA MISERICORDIA EN CURITIBA, PARANÁ, BRASIL
Fechas importantes en la historia del Santuario de la Divina Misericordia son: 1992, donación del terreno por el Instituto de las Apóstolas del Sagrado Corazón de Jesús, herencia de una familia. 1994, creación de la Parroquia de la Divina Misericordia. 2002, Dedicación del Santuario de la Divina Misericordia por el Arzobispo Metropolitano de Curitiba.
SANTUARIO DE LA DIVINA MISERICORDIA EN GUAYAQUIL, ECUADOR
En 2009 se efectuó la Bendición de la primera piedra del Santuario, así como la celebración de una Misa Solemne en el terreno en el que se construye el Santuario. La primera fase de edificación se espera que esté terminada en 2011.
El Santuario está ubicado en una zona de bosque y naturaleza. Tendrá capacidad para 1.500 personas, y contará con un lago con las 14 estaciones del Vía Crucis, y un segundo lago con los misterios del Rosario. También una Casa retiro para 50 personas.
“La idea es que las familias puedan venir a pasar el día en el Santuario, no solo a la Misa sino para un momento de reflexión”.La Asociación de la Divina Misericordia colabora en la difusión de la espiritualidad, y ahora también en las aportaciones para terminar la obra.
SANTUARIO DE LA DIVINA MISERICORDIA EN CANCÚN, MÉXICO
Fotografía del día de la Consagración del Santuario de la Divina Misericordia, que está situado en la región 238 de Cancún.
Se pueden ver un cuadro de Jesús Misericordioso, un cuadro de la Virgen de Guadalupe, y otro de Santa Faustina Kowalska.
Allí, en un altar lateral bajo el cuadro de Jesús Misericordioso, están las reliquias de Santa Faustina Kowalska, autora del libro “Diario.
La Divina Misericordia en mi alma”, a quien el Papa Juan Pablo II llamó apóstol de la Divina Misericordia, que vivió y murió en el Convento.
Como se ha dicho, el Papa Juan Pablo II, cuando era joven y trabajaba en unas canteras de la fábrica Solvay, pasaba junto al Santuario todos los días.
En el año 2002 Juan Pablo II volvió a Cracovia, la ciudad en la que también fue Arzobispo, y consagró la nueva Basílica de la Divina Misericordia, construida junto al Santuario y al Convento. Junto a ella se ha proyectado también una Casa de Retiro, una Casa del Peregrino y aparcamientos.
Estas son palabras del Papa:
“En este santuario encomiendo hoy solemnemente el mundo a la Misericordia Divina, y lo hago con el deseo ardiente de que el mensaje del amor misericordioso de Dios, proclamado desde aquí por Santa Faustina, llegue a todos los habitantes de la tierra y llene los corazones de esperanza” (Juan Pablo II, 17-8-2002). (www.sanktuarium.krakow.pl , página en polaco, inglés y alemán)SANTUARIO DEL AMOR MISERICORDIOSO EN COLLEVALENZA (ITALIA)
“Recuerdo con emoción la peregrinación que tuve la alegría de realizar, hace veinte años, al Santuario del Amor Misericordioso de Collevalenza.SANTUARIO DE LA DIVINA MISERICORDIA, IGLESIA DEL SANTO SPIRITO IN SASSIA, ROMA
Fue mi primer viaje apostólico después del atentado del 13 de mayo en la plaza de San Pedro…
Del Corazón traspasado del Redentor brota la fuente infinita del amor misericordioso.
Dios es ‘rico en misericordia’.
Que toda vuestra existencia sea un canto a este sublime misterio de salvación.
Haced que todos los que encontráis en vuestro apostolado diario sientan que el Padre celestial está siempre ‘especialmente cercano al hombre, sobre todo cuando sufre, cuando está amenazado en el núcleo mismo de su existencia y de su dignidad’ (Dives in misericordia)”.(Juan Pablo II, 11-8-2001. Carta al Superior general de la Congregación de Hijos del Amor Misericordioso).
Este Santuario del Amor Misericordioso fue llevado adelante por la Venerable Madre Esperanza de Jesús (1893-1983), cuyo nombre en el siglo era María José Alhama y Valera, nacida en Santomera, Murcia, España, fundadora de las Congregaciones de religiosas y de religiosos del Amor Misericordioso, y cuyo mensaje puede resumirse en: “Ser signo de Amor y Misericordia en el mundo”. (www.collevalenza.it , en italiano, español y otros idiomas)
En esta iglesia construida en el siglo XVI, y que guarda una reliquia de Santa Faustina Kowalska, está el Centro de Espiritualidad de la Divina Misericordia instituido por el Santo Padre, con actividades de formación y difusión del culto a la Divina Misericordia principalmente en la diócesis de Roma y en Italia.
Desde 1994 la iglesia del Santo Spirito es Santuario de la Divina Misericordia. En 1995 el Santo Padre bendijo la imagen de Jesús Misericordioso que allí se venera.
En el Segundo Domingo de Pascua o de la Divina Misericordia de 2002, antes del rezo del Regina Coeli, el Papa Juan Pablo II envió un saludo a los numerosos fieles que se habían reunido en esta iglesia próxima al Vaticano para celebrar el Domingo de la Misericordia Divina.
El Santo Padre expresó su agradecimiento al Cardenal Fiorenzo Angelini que había celebrado la Santa Misa y exhortó a todos a “ser siempre y en todo lugar apóstoles del amor misericordioso”.
En el Domingo de la Misericordia Divina de 2003, después del Regina Caeli desde el Vaticano el Santo Padre Juan Pablo II también tuvo un recuerdo para todas las personas reunidas en torno a esta iglesia del Espíritu Santo:
“Saludo, finalmente, a los peregrinos de lengua italiana, en especial a los fieles que, con ocasión del Domingo de la Divina Misericordia, se han dado cita en la iglesia de Santo Spirito in Sassia y han venido aquí para la oración del Regina Caeli. Aliento la obra de tal Centro de espiritualidad e invoco sobre él la celeste protección de Santa Faustina Kowalska y a San Juan Pablo II …”En 2008 se celebró en Roma un Congreso Apostólico Mundial sobre la Divina Misericordia, del 2 al 6 de Abril, con participación de numerosos Cardenales, Arzobispos y Obispos, y delegados y participantes de muchos países.
El Congreso tuvo lugar en el Santuario de la Divina Misericordia, Iglesia del Espíritu Santo in Sassia, Roma.
SANTUARIO DE LA DIVINA MISERICORDIA EN MADRID (ESPAÑA)
El cuadro está situado en la capilla lateral, al lado del Sagrario. Al otro lado del cuadro de Jesús de la Divina Misericordia, está el cuadro de la Virgen María, Madre de Misericordia, y también un cuadro de Santa Faustina.
El Santuario de la Divina Misericordia, sito en la Parroquia Virgen del Mar, se encuentra en la calle Peones, en el barrio de San Blas de Madrid (estación de Metro de San Blas), y en los locales del Santuario está el Centro del Apostolado de la Divina Misericordia, teléfono 913242366.
En la fachada del Santuario hay también un cuadro de Jesús de la Divina Misericordia.
El Párroco de Virgen del Mar, Santuario de la Divina Misericordia de Madrid, es el P. Diego Martínez Linares, que es asimismo Presidente del Movimiento Apostólico de la Divina Misericordia de Madrid, y autor del libro “El rostro misericordioso de Dios” (Madrid, 2001) sobre la espiritualidad de la Divina Misericordia.
El P. Diego es también Superior General de la Comunidad Misionera que rige el Santuario de la Divina Misericordia de Tocuila, Diócesis de Texcoco (México).
SANTUARIO DE LA DIVINA MISERICORDIA EN MURCIA (ESPAÑA)
El 29 de Enero de 2006, el Sr. Obispo D. Juan Antonio Reig Plá bendijo el templo como Santuario de la Divina Misericordia.
También bendijo un gran cuadro del Cristo de la Divina Misericordia situado en el centro, y dos cuadros situados a los lados, uno de la Virgen Madre del Amor Hermoso y otro de Santo Tomás de Aquino.
SANTUARIO DE LA DIVINA MISERICORDIA EN VILNUS (LITUANIA)
Fue canonizada por el Papa Juan Pablo II, quien era un firme defensor del mensaje de la Divina Misericordia.
En las visiones de sor Faustina, Jesús insistió:
“Confía en mí, porque yo soy un Señor misericordioso. La confianza en mi misericordia”.Siguiendo las instrucciones del Salvador, Santa Faustina mandó hacer una pintura hecha de Jesús, como se ve en sus visiones.
La imagen, que pronto ganó fama por las gracias especiales, se conserva en el Santuario de la Divina Misericordia de Vilnus y atrae a miles de peregrinos.
Muchos visitantes también están interesados en ver la pequeña casa donde vivió Santa Faustina, así como los lugares vinculados con el Beato Miguel Sopocko, el santo sacerdote que era su guía espiritual.
La “Semana de la Divina Misericordia” se celebra cada año en Vilna desde el Domingo de Pascua a la fiesta de la Divina Misericordia, incluso, una procesión ecuménica se realiza la tarde del lunes de Pascua que se conoce como el “Sendero de Luz” y que procede de la Puerta de la Aurora al Santuario Divina Misericordia.
SANTUARIO DE LA DIVINA MISERICORDIA EN MYSLIBORZ, POLONIA
El Santuario y el Convento de Mysliborz pertenecen a la Congregación de Hermanas de Jesús Misericordioso, fundada por el beato P. Miguel Sopocko, confesor de Santa Faustina Kowalska.
SANTUARIO DE LA DIVINA MISERICORDIA EN BIALYSTOK, POLONIA
En esta zona elevada se instaló en 2008 el Altar para la celebración de la Santa Misa, y la beatificación del P. Miguel Sopocko.
En el Santuario de la Divina Misericordia de Bialystok, está la tumba del Beato Miguel Sopocko.
Comprende una zona muy extensa de terreno, con 25 pueblos y casi 15.000 habitantes, pertenecientes a diferentes tribus y religiones.
Colaboran 25 catequistas como voluntarios. Los católicos son más de 4.000 personas que están bautizadas y figuran inscritas en el registro parroquial.
SANTUARIO DE LA DIVINA MISERICORDIA EN KABUGA, RUANDA
El lema del Congreso fue “La Misericordia Divina como antídoto al mal que asola nuestra sociedad”.
Entre otros participantes estaba una Hermana de la congregación a la que pertenece Santa Faustina, que habló sobre el movimiento “Faustinum” de apóstoles de la Divina Misericordia.
SANTUARIO DE LA DIVINA MISERICORDIA EN KIABAKARI, TANZANIA
SANTUARIO DE LA DIVINA MISERICORDIA EN MADRAS-MYLAPORE, INDIA
Arriba, a la entrada del Santuario, hay una imagen de Jesús Misericordioso.
En el Santuario también hay una reliquia de Santa Faustina Kowalska, traída de Polonia.
SANTUARIO DE LA DIVINA MISERICORDIA EN MARILAO, BULACAN, ISLAS FILIPINAS
En el Altar hay un cuadro de Jesús Misericordioso, y a los lados del cuadro imágenes de Angeles.
En el Santuario hay otras imágenes y cuadros. Citamos una imagen de San José con el Niño Jesús; un cuadro con una copia del Decreto Papal, dado por el Papa Juan Pablo II, erigiendo este Santuario Nacional de la Divina Misericordia.
También hay un precioso cuadro de Ntra. Sra. del Perpetuo Socorro, advocación de la Virgen María muy venerada en Filipinas, que se muestra en la fotografía.
SANTUARIO DE LA DIVINA MISERICORDIA EN EL SALVADOR, ISLA DE MINDANAO, ISLAS FILIPINAS
También hay otra Capilla debajo de la imagen.
A la Capilla que hay en el Corazón se llega por los rayos que parten de dicho Corazón, que son también escaleras de acceso.
La imagen de Jesús de la Divina Misericordia mide algo más de 15 metros de alto.
SANTUARIO DE LA DIVINA MISERICORDIA EN KEYSBOROUGH, MELBOURNE, AUSTRALIA
LA ESTATUA MÁS ALTA DE JESÚS SE ENTRONIZA EN LA INDIA: 13 METROS DE ALTO
El lunes 30 de septiembre de 2013, el Cardenal George Alencherry, cabeza de la Iglesia católica siro malabar, bendijo la estatua de la India más alta de Jesús en Sagar, en el estado de Madhya Pradesh (MP), con la presencia de más de 20 obispos y peregrinos procedentes de EE.UU., Canadá, Francia, Alemania e Italia y miles de cristianos indios y no cristianos, devotos de la Divina Misericordia.
La diócesis donde está instalada cuenta con con 6 millones de habitantes, pero tan solo 7.000 de ellos son católicos.
Pesa 1,5 toneladas y está posada sobre una base de hormigón de 30 metros para protegerla contra las tormentas y los terremotos. Mide 13 metros de alto, 5 metros de ancho y 1 de profundidad.
Los rayos del corazón de Jesús son de 6.4 metros de largo.
Y en la base está la inscripción “Jesús, en ti confío”, en inglés.
La idea de la estatua monumental llegó a la mente del obispo Anthony Chirayath de Sagar, quien el 5 de octubre de 2007, durante una visita a San Francisco (EE.UU.), vio en una visión un santuario de la Divina Misericordia.
Oyó un mensaje interior que le ordenaba la construcción de un santuario en Sagar dedicado a la Divina Misericordia.
En su visión, vio a miles de personas de todas las religiones que acudían a los pies de Jesús y obtener múltiples bendiciones.
A pesar de que no tomó este mensaje en serio al principio, en los siguientes días llegó a saber que otras dos personas tuvieron visiones similares exactamente el 5 de octubre.
Estas dos personas eran extrañas al obispo y vivían en continentes separados.
Luego, el Rector del Santuario Nacional de la Divina Misericordia en Stockbridge (EE.UU.)oyendo la intención del Obispo, le regaló una imagen de la Divina Misericordia en lienzo, que está consagrada en la capilla del Centro de Renovación en Khajuria Guru.
DURANTE LA SANTA MISA
EN EL DOMINGO DE LA MISERICORDIA DIVINA,
VÍSPERA DE SU 80° CUMPLEAÑOS
Domingo 15 de abril de 2007
Queridos hermanos y hermanas:
Según una antigua tradición, este domingo se llama domingo "in Albis". En este día, los neófitos de la Vigilia pascual se ponían una vez más su vestido blanco, símbolo de la luz que el Señor les había dado en el bautismo. Después se quitaban el vestido blanco, pero debían introducir en su vida diaria la nueva luminosidad que se les había comunicado; debían proteger diligentemente la llama delicada de la verdad y del bien que el Señor había encendido en ellos, para llevar así a nuestro mundo algo de la luminosidad y de la bondad de Dios.
El Santo Padre Juan Pablo II quiso que este domingo se celebrara como la fiesta de la Misericordia Divina: en la palabra "misericordia" encontraba sintetizado y nuevamente interpretado para nuestro tiempo todo el misterio de la Redención. Vivió bajo dos regímenes dictatoriales y, en contacto con la pobreza, la necesidad y la violencia, experimentó profundamente el poder de las tinieblas, que amenaza al mundo también en nuestro tiempo. Pero también experimentó, con la misma intensidad, la presencia de Dios, que se opone a todas estas fuerzas con su poder totalmente diverso y divino: con el poder de la misericordia. Es la misericordia la que pone un límite al mal. En ella se expresa la naturaleza del todo peculiar de Dios: su santidad, el poder de la verdad y del amor.
Hace dos años, después de las primeras Vísperas de esta festividad, Juan Pablo II terminó su existencia terrena. Al morir, entró en la luz de la Misericordia divina, desde la cual, más allá de la muerte y desde Dios, ahora nos habla de un modo nuevo. Tened confianza —nos dice— en la Misericordia divina. Convertíos día a día en hombres y mujeres de la misericordia de Dios. La misericordia es el vestido de luz que el Señor nos ha dado en el bautismo. No debemos dejar que esta luz se apague; al contrario, debe aumentar en nosotros cada día para llevar al mundo la buena nueva de Dios.
Precisamente en estos días particularmente iluminados por la luz de la misericordia divina se da una coincidencia significativa para mí: puedo volver la mirada atrás para repasar mis 80 años de vida. Saludo a todos los que han venido aquí para celebrar conmigo este aniversario. Saludo, ante todo, a los señores cardenales, expresando en especial mi gratitud al decano del Colegio cardenalicio, señor cardenal Angelo Sodano, que se ha hecho intérprete autorizado de los sentimientos comunes. Saludo a los arzobispos y obispos, en particular a los auxiliares de la diócesis de Roma, de mi diócesis; saludo a los prelados y a los demás miembros del clero, a los religiosos, a las religiosas y a todos los fieles presentes. Dirijo, además, un saludo deferente y agradecido a las personalidades políticas y a los miembros del Cuerpo diplomático, que han querido honrarme con su presencia. Saludo, por último, con afecto fraterno al enviado personal del Patriarca ecuménico Bartolomé I, su eminencia Ioannis, metropolita de Pérgamo, expresando mi aprecio por este gesto de amabilidad y deseando que el diálogo teológico católico-ortodoxo prosiga con renovado empeño.
Estamos reunidos aquí para reflexionar sobre el transcurso de un largo período de mi existencia. Obviamente, la liturgia no debe servir para hablar del propio yo, de sí mismo; sin embargo, la vida propia puede servir para anunciar la misericordia de Dios. "Vosotros, los que teméis al Señor, venid a escuchar: os contaré lo que ha hecho conmigo", dice un salmo (Sal 66, 16). Siempre he considerado un gran don de la Misericordia divina el hecho de que se me haya concedido la gracia de que mi nacimiento y mi renacimiento tuvieran lugar —por decirlo así— juntos, en el mismo día, al inicio de la Pascua. Así, en un mismo día, nací como miembro de mi familia y de la gran familia de Dios.
Sí, doy gracias a Dios porque he podido experimentar lo que significa "familia"; he podido experimentar lo que quiere decir paternidad, pues he podido comprender desde dentro que Dios es Padre; sobre la base de la experiencia humana he tenido acceso al grande y benévolo Padre que está en el cielo. Ante él tenemos una responsabilidad, pero, al mismo tiempo, él deposita su confianza en nosotros, porque en su justicia se refleja siempre la misericordia y la bondad con que acepta también nuestra debilidad y nos sostiene, de modo que poco a poco podamos aprender a caminar con rectitud.
Doy gracias a Dios porque he podido experimentar en profundidad lo que significa la bondad materna, siempre abierta a quien busca refugio y precisamente así capaz de darme la libertad. Doy gracias a Dios por mi hermana y mi hermano, que han estado fielmente cerca de mí con su ayuda a lo largo del camino de la vida. Doy gracias a Dios por los compañeros que he encontrado en mi camino, por los consejeros y los amigos que me ha dado. Le doy gracias de modo particular porque, desde el primer día, he podido entrar y crecer en la gran comunidad de los creyentes, en la que está abierto de par en par el confín entre la vida y la muerte, entre el cielo y la tierra; le doy gracias por haber podido aprender tantas cosas, aprovechando la sabiduría de esta comunidad, que no sólo encierra las experiencias humanas desde los tiempos más remotos: la sabiduría de esta comunidad no es solamente sabiduría humana, sino que en ella nos alcanza la sabiduría misma de Dios, la Sabiduría eterna.
En la primera lectura de este domingo se nos narra que, en los albores de la Iglesia naciente, la gente llevaba a los enfermos a las plazas para que Pedro, al pasar, los cubriera con su sombra: a esta sombra se atribuía una fuerza de curación, pues provenía de la luz de Cristo y por eso encerraba algo del poder de su bondad divina.
La sombra de Pedro, mediante la comunidad de la Iglesia católica, ha cubierto mi vida desde el inicio, y he aprendido que es una sombra buena, una sombra de curación porque, en definitiva, proviene precisamente de Cristo mismo. Pedro era un hombre con todas las debilidades de un ser humano, pero sobre todo era un hombre lleno de una fe apasionada en Cristo, lleno de amor a él. Mediante su fe y su amor, la fuerza de curación de Cristo, su fuerza unificadora, ha llegado a los hombres, aunque mezclada con toda la debilidad de Pedro. Busquemos también hoy la sombra de Pedro, para estar en la luz de Cristo.
Nacimiento y renacimiento; familia terrena y gran familia de Dios: este es el gran don de las múltiples misericordias de Dios, el fundamento en el que nos apoyamos. Prosiguiendo por el camino de la vida, después me salió al encuentro un don nuevo y exigente: la llamada al ministerio sacerdotal. En la fiesta de san Pedro y san Pablo de 1951, cuando mis compañeros y yo —éramos más de cuarenta— nos encontramos en la catedral de Freising postrados en el suelo se invocó a todos los santos en favor nuestro, me pesaba la conciencia de la pobreza de mi existencia ante esta tarea. Sí, era un consuelo el hecho de que se invocara sobre nosotros la protección de los santos de Dios, de los vivos y de los muertos. Sabía que no estaría solo.
Y ¡qué confianza nos infundían las palabras de Jesús, que después, durante la liturgia de la ordenación, pudimos escuchar de los labios del obispo: "Ya no os llamo siervos, sino amigos". He experimentado profundamente que él, el Señor, no es sólo el Señor, sino también un amigo. Ha puesto su mano sobre mí, y no me abandonará. Estas palabras se pronunciaban entonces en el contexto de la concesión de la facultad de administrar el sacramento de la Reconciliación y así, en nombre de Cristo, de perdonar los pecados. Es lo mismo que hemos escuchado hoy en el Evangelio: el Señor sopla sobre sus discípulos. Les concede su Espíritu, el Espíritu Santo: "A quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados...". El Espíritu de Jesucristo es fuerza de perdón. Es fuerza de la Misericordia divina. Da la posibilidad de volver a comenzar siempre de nuevo. La amistad de Jesucristo es amistad de Aquel que hace de nosotros personas que perdonan, de Aquel que nos perdona también a nosotros, que nos levanta continuamente de nuestra debilidad y precisamente así nos educa, nos infunde la conciencia del deber interior del amor, del deber de corresponder a su confianza con nuestra fidelidad.
En el pasaje evangélico de hoy también hemos escuchado la narración del encuentro del apóstol Tomás con el Señor resucitado: al apóstol se le concede tocar sus heridas, y así lo reconoce, más allá de la identidad humana de Jesús de Nazaret, en su verdadera y más profunda identidad: "¡Señor mío y Dios mío!" (Jn 20, 28). El Señor ha llevado consigo sus heridas a la eternidad. Es un Dios herido; se ha dejado herir por amor a nosotros. Sus heridas son para nosotros el signo de que nos comprende y se deja herir por amor a nosotros. Nosotros podemos tocar sus heridas en la historia de nuestro tiempo, pues se deja herir continuamente por nosotros. ¡Qué certeza de su misericordia nos dan sus heridas y qué consuelo significan para nosotros! ¡Y qué seguridad nos dan sobre lo que es él: "Señor mío y Dios mío"! Nosotros debemos dejarnos herir por él.
Las misericordias de Dios nos acompañan día a día. Basta tener el corazón vigilante para poderlas percibir. Somos muy propensos a notar sólo la fatiga diaria que a nosotros, como hijos de Adán, se nos ha impuesto. Pero si abrimos nuestro corazón, entonces, aunque estemos sumergidos en ella, podemos constatar continuamente cuán bueno es Dios con nosotros; cómo piensa en nosotros precisamente en las pequeñas cosas, ayudándonos así a alcanzar las grandes. Al aumentar el peso de la responsabilidad, el Señor ha traído también nueva ayuda a mi vida. Constato siempre con alegría y gratitud cuán grande es el número de los que me sostienen con su oración; de los que con su fe y su amor me ayudan a desempeñar mi ministerio; de los que son indulgentes con mi debilidad, reconociendo también en la sombra de Pedro la luz benéfica de Jesucristo. Por eso, en esta hora, quisiera dar gracias de corazón al Señor y a todos vosotros.
Quisiera concluir esta homilía con la oración del santo Papa León Magno, la oración que, precisamente hace treinta años, escribí sobre el recordatorio de mi consagración episcopal: "Pedid a nuestro buen Dios que fortalezca la fe, incremente el amor y aumente la paz en nuestros días. Que me haga a mí, su humilde siervo, idóneo para su tarea y útil para vuestra edificación, y me conceda prestar un servicio tal que, junto con el tiempo que se me conceda, crezca mi entrega. Amén".
© Copyright 2007 - Libreria Editrice Vaticana
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Oración al principio (opcional): Expiraste, Jesús, pero la fuente de vida brotó para las almas y el mar de misericordia se abrió para el mundo entero. Oh fuente de vida, insondable Misericordia Divina, abarca al mundo entero y derrámate sobre nosotros (Diario, 1319).
Oh Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús, como una Fuente de Misericordia para nosotros, en Ti confío (Diario, 84). Primero se reza una vez el Padre Nuestro, el Ave María y el Credo de los Apóstoles.
Padre Nuestro: Padre Nuestro, que estás en el cielo, santificado sea Tu nombre; venga a nosotros Tu reino; hágase Tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
Ave María: Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Credo de los Apóstoles: Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, Su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
En las cuentas grandes del Padre Nuestro antes de cada decena: Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero (476).
En las 10 cuentas pequeñas de cada decena: Por Su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Repita el "Padre Eterno" y "Por Su dolorsa Pasión": (Números 6 y 7) Rece cuatro decenas más.
Después de cinco decenas, la doxología final (tres veces): Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
Oración final (opcional): Oh Dios Eterno, en quien la misericordia es infinita y el tesoro de compasión inagotable, vuelve a nosotros Tu mirada bondadosa y aumenta Tu misericordia en nosotros, para que en momentos difíciles no nos desesperemos ni nos desalentamos, sino que, con gran confianza, nos sometamos a Tu santa voluntad, que es el Amor y la Misericordia Mismos (950).
CÓMO REZAR LA CORONILLA A LA DIVINA MISERICORDIA
La Coronilla a la Divina Misericordia se reza con un rosario común. En el Santurario Nacional de la Divina Misericordia en Stockbridge, Massachusetts, el rezo de la Coronilla es precedido por dos oraciones tomadas del Diario de Santa Faustina y seguido por una oración final.
CORONILLA A LA DIVINA MISERICORDIA REZADA EN FORMA DE NOVENA
Además de la Novena a la Divina Misericordia dictada por nuestro Señor a Santa Ma. Faustina para su uso personal, le reveló una oración poderosa que quería que todos rezaran: la Coronilla a la Divina Misericordia. La Hermana Faustina la recitaba casi constantemente, y de manera especial por los agonizantes. Nuestro Señor le insistió en que alentara a los demás a hacer lo mismo, prometiendo gracias extraordinarias para quienes recitaran esta oración especial.
Esta Coronilla, puede rezarse a cualquier hora, pero nuestro Señor pidió específicamente que se recitara en forma de novena, de manera especial, durante los nueve días anteriores a la Fiesta de la Misericordia. Hizo esta promesa: Durante este novenario concederé a las almas toda clase de gracias (Diario, 796).
Podemos rezar esta novena de coronillas por nuestras propias intenciones particulares o podemos ofrecerlas junto con la Novena a la Divina Misericordia por las intenciones diarias dictadas por nuestro Señor a Santa Ma. Faustina (vea el lado posterior de este folleto).
Nuestro Señor dijo a Santa Faustina:
Reza incesantemente esta coronilla que te he enseñado. Quienquiera que la rece recibirá gran misericordia a la hora de la muerte …Cuando recen esta coronilla junto a los moribundos, Me pondré entre el Padre y el alma agonizante no como el Juez justo sino como el Salvador misericordioso. …
Los sacerdotes se la recomendarán como la última tabla de salvación. Hasta el pecador más emperdernido, si reza esta coronilla una sola vez, recibirá la gracia de Mi misericordia infinita. Deseo que el mundo entero conozca Mi misericordia. … A través de ella obtendrás todo, si lo que pides está de acuerdo con Mi voluntad. (687, 1541, 1731).
CÓMO REZAR LA CORONILLA A LA DIVINA MISERICORDIA
Recite la oración inicial (opcional).
Recite el Padre Nuestro.
Recite el Ave María.
Recite el Credo de los Apóstoles.
Recite el "Padre Eterno"
Recite diez veces "Por Su dolorosa Pasión" en las cuentas del Ave María.
Repita por cuatro decenas, recitando el "Padre Eterno" en la cuenta grande del "Padre Nuestro" y "Por Su dolorosa Pasión" en las cuentas pequeñas del "Ave María".
Al terminar las cinco decenas, en el medallón, recite la doxología tres veces ("Santo Dios...").
Recite la oración final (opcional).
http://es.wikipedia.org/wiki/Divina_Misericordia
https://www.aciprensa.com/recursos/fiesta-de-la-divina-misericordia-segundo-domingo-de-pascua-2120/
http://www.corazones.org/jesus/divina_misericordia_fiesta.htm
http://www.corazones.org/jesus/divina_misericordia_imagen.htm
http://es.aleteia.org/2017/04/22/cuando-es-el-domingo-de-la-divina-misericordia/
http://forosdelavirgen.org/24997/santuarios-de-la-divina-misericordia-en-america/
http://forosdelavirgen.org/24986/santuarios-de-la-divina-misericordia-en-europa/
http://forosdelavirgen.org/25018/algunos-santuarios-catolicos-de-la-divina-misericordia-en-asia-africa-y-oceania/
https://www.ladivinamisericordia.org/QD/coronilla.php
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