San Mauricio | ||
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Comuna de Suiza | ||
Escudo | ||
Suiza | ||
Valais | ||
Distrito San Mauricio | ||
Superficie | ||
7,18 km² | ||
Población 4516 hab. (2013) | ||
Lengua Francés |
Abadía territorial de San Mauricio | ||
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La abadía de San Mauricio vista desde el pueblo. | ||
Tipo Abadía territorial Advocación | ||
San Mauricio Ubicación | ||
San Mauricio Cantón del Valais Suiza | ||
Coordenadas: 46°13′10″N 7°00′12″E (mapa) | ||
Uso | ||
Culto Iglesia Católica Orden | ||
Canónigos regulares de san Agustín | ||
Arquitectura | ||
Construcción 515 (fundación) Fundador | ||
San Segismundo |
San Mauricio | ||
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Estatua del santo en la Catedral de Magdeburgo, que lleva su nombre. | ||
Mártir | ||
Nacimiento siglo III Tebas (Egipto) Fallecimiento | ||
287 Agaunum, hoy la Abadía de San Mauricio, Valais (Suiza) Venerado en | ||
la Iglesia católica y en la Iglesia copta Principal Santuario | ||
Abadía de San Mauricio, (Valais,Suiza) como lugar de su muerte, y la Catedral de Magdeburgo(Alemania) como lugar depositario de sus reliquias desde el año 961 Festividad | ||
22 de septiembre (Católica), 5 de octubre=Thout 5 (Copta) Atributos | ||
soldado con bandera; soldado siendo ejecutado por otros soldado; caballero negro con armadura, portando un estandarte y la palma del martirio; caballero con armadura y una cruz roja en su pecho, que es el emblema de la Orden de San Mauricio del Reino del Piamonte y Cerdeña Patronazgo | ||
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-"Las verdaderas actas de los mártires". TEODORICO RUINART. Madrid, 1776.).San Mauricio y compañeros mártires de la Legión Tebana. 22 de septiembre y 22 de febrero (Iglesia Oriental)
La primera noticia que se tiene de San Mauricio es una carta que escribe San Euquerio de Lyon(16 de noviembre) al obispo Salvio de Octodorum, narrándole la historia del martirio, según dice “habiéndola tomado de los autores fidedignos, de aquellos mismos que me han asegurado haberla aprendido del santo hombre Isaac, obispo de Ginebra, a quien el bienaventurado obispo de Sión,Teodoro, había hecho la relación” (1). Es decir, que asegura contar hechos ciertos, tomándolos de estas fuentes. Sí, pero no, pues hay algún que otro error histórico que hacen dudar. Euquerio vivió en el siglo V y narra la carta motivado por la gran devoción que hay en Agauna (lugar del martirio) y otros sitios a los mártires tebanos. La carta está llena de datos históricos, geográficos, pero nos permite sacar algo en limpio:
“Señor, nosotros somos vuestros soldados, es verdad; pero también somos siervos del verdadero Dios, y nos gloriamos de confesarle. Nos habéis honrado con la milicia; pero á Dios le debemos la inestimable gracia de la inocencia. De vos recibimos el sueldo como una recompensa debida a nuestros trabajos; pero de Dios tenemos la vida como un don puramente gratuito, y que jamás podemos merecerlo. Luego, ¿no nos es permitido obedecer más a nuestro Emperador desde que nuestro Dios nos lo prohíbe? Sí, por cierto. Nos lo prohíbe nuestro Dios y Señor vuestro. Mandadnos cosas justas, y nos hallaréis sumisos, obedientes, prontos á emprenderlo todo por vuestro servicio y por vuestra gloria. Mostradnos al enemigo y lo veréis derrotado: nuestras manos no aguardan mas que vuestras órdenes para su más sangriento destrozo; pero jamás nos conspiraremos contra los fieles que son vuestros vasallos”.
Aquí Euquerio da una noticia importante “De este gran número de Mártires no hemos podido saber el nombre sino de tres, que son: el de los Santos Mauricio, Exuperio, y Cándido, por más diligencias que hemos hecho. A la verdad, la Ciudad de Solothurn conserva aún el día de hoy la memoria de Víctor [otro] y Urso, que comúnmente se cree ser dos soldados de esta dichosa Legión”. Es decir, que ninguno de los nombres que luego veremos pueden ser ciertos si en el siglo V solo constaban esos cinco nombres; y de ellos, dos “que comúnmente se cree ser”, o sea, que tampoco. La carta de Euquerio termina narrando algunos milagros que ocurrieron durante la construcción de la basílica de Agauna que hizo construir San Teodoro de Octodorum (16 de agosto), luego de haber tenido una supuesta revelación del sitio en que reposaban los cuerpos de todos los mártires. Esta parte se considera añadida posteriormente.
La basílica construida por San Teodoro de Octodurum (al que también se ha acusado de inventar las reliquias, la leyenda y demás), y poblada por monjes al estilo acemeta (3), actualmente es una abadía donde reposan las supuestas reliquias de la mayoría de los legionarios. Incluidas un anillo y una ampolla con sangre de San Mauricio. En Veriolez hay una losa plana, en la que se dice que San Mauricio se arrodilló para ser degollado.
Y la tercera dice que, habiendo confiado una mujer a su hijo al monasterio de San Mauricio de Valais, el niño murió niño murió. Su madre estaba inconsolable y esa noche se le apareció San Mauricio y le dijo: “No llores por tu hijo como si hubiera muerto, que vive entre nosotros. Y te doy la prueba: Ve temprano en la mañana a la iglesia, a escuchar el oficio de los monjes”. Así lo hizo la señora y oyó, entre las voces de los monjes, la de su propio hijo cantando el oficio de Laudes. Y de ahí en adelante fue todos los días a oírlo.
San Pedro Damiani (21 de febrero) cuenta que un clérigo orgulloso y ambicioso, fue promovido a prior de los canónigos de una iglesia dedicada a San Mauricio mediante trampas y engaños. Un día, al terminar la misa, se oyó una voz que dijo: “El que se enaltece será humillado". Y contestó airado el sacerdote: "Eso no es del todo correcto. Porque si mis enemigos me hubieran humillado, no estaría presidiendo una iglesia hermosa y rica". Y en ese momento, un rayo lo mató, dejándolo con las tripas al aire.
Carlomagno lo proclamó patrón de la casa real y se hacía acompañar por una bellísima arqueta-relicario (hoy se venera en Xanten), con reliquias de Mauricio y sus compañeros Florencio, Cándido, Malloso y Casio. También fue nombrado patrón de las Cruzadas. Antes de la reforma protestante, existieron numerosas iglesias, altares y reliquias de San Mauricio en los Países Bajos, Alemania (4). Destaca la devoción en Magdeburg, donde es patrono junto a Santa Catalina desde el siglo X. En Francia tiene iglesias dedicadas desde al menos el siglo XIII. Y, por último, dato que pocos conocen, la famosa abadía de Claraval, le está dedicada.
- San Albano. 21 de junio.
- San Alberto de Cuneo. 19 de agosto y 22 de septiembre.
- San Alejandro de Bérgamo. 26 de agosto y 22 de septiembre.
- San Alverio de Fossano. 2 de enero y 22 de septiembre.
- San Antonino de Piacenza. 4 de julio, 22 y 30 de septiembre, y 13 de noviembre (traslación de las reliquias).
- San Antonino de Susa. 22 de septiembre.
- San Atilio. 28 de junio y 22 de septiembre.
- San Barolo. 22 de septiembre.
- San Benedicto de Vistrorio. Tercer domingo de octubre y 22 de septiembre.
- San Celestino de Canavese. Primer domingo de octubre y 22 de septiembre.
- San Constantino de Dronfield. 22 de septiembre.
- San Dalmacio de Borgo San Dalmazzo. 5 de diciembre y 22 de septiembre. (este al parecer fue en realidad un obispo, al que la confusión convirtió en soldado mártir).
- San Defendente de Marsella. 1 de enero y 22 de septiembre.
- San Evencio de Cly (al parecer solo fue un eremita o un pastor). 22 de septiembre.
- San Félix de Borgo San Felice. Primer domingo de agosto, 12 de julio y 22 de septiembre.
- San Félix de Zurich, mártir con Régula y Exuperancio. 11 y 22 de septiembre.
- San Florencio de Mondovi. 3 de marzo y 22 de septiembre.
- San Fortunato de Casei. 16 de octubre (o tercer domingo de octubre) y 22 de septiembre.
- San Gereon de Colonia, con otros 318. 10 de octubre y 22 de septiembre.
- San Gil de Turín. 22 de septiembre.
- San Gilmer de Borgo San Domnino. 16 de septiembre y 22 de septiembre.
- San Gregorio “el moro” de Colonia. 15 de octubre y 22 de septiembre.
- San Grisógono de Saluzzo. 22 de septiembre.
- San Hipólito de Bardonecchia. 22 de septiembre.
- San Jorio de Val di Susa. 23 de abril y 22 de septiembre.
- San Juliano de Fénis. 22 de septiembre.
- San Juvenal de Andrate. 22 de septiembre.
- San Magno de Cuneo. 19 de agosto y 22 de septiembre.
- San Malloso de Birten, 10 de octubre y 22 de septiembre.
- San Marchesse de Altessano. Primer domingo de septiembre y 22 de septiembre.
- San Martiniano de Turín. 5 de diciembre y 22 de septiembre.
- San Martino de Rivoli. 22 de septiembre.
- San Mauro de Ancora. Tercer domingo de septiembre y 22 de septiembre.
- San Membotto de Mogola. 23 de marzo (invención de las reliquias), primer domingo de septiembre, 22 de septiembre.
- San Pancracio de Villa Dora. 22 de septiembre.
- San Pantaleón de Torgnon. 27 de julio y 22 de septiembre.
- San Paragorio de Noli y compañeros, 7 y 22 de septiembre.
- San Poncio de Pradleves. 23 de junio y 22 de septiembre.
- San Próspero de Canavese. Primer domingo de septiembre y 22 de septiembre.
- San Quirico de Monferrato. 11 de marzo y 22 de septiembre.
- San Restituto de Cesana. 29 de mayo y 22 de septiembre.
- San Segundo de Pinerolo. 22 de septiembre.
- San Segundo de Ventimiglia. 20 de noviembre y 22 de septiembre.
- San Segundo. 26 de agosto y 22 de septiembre.
- San Teodoro de Vercelli. 22 de septiembre.
- San Valeriano de Cumiana. 14 de abril y 22 de septiembre.
- San Valerio de Casale. 22 de septiembre.
- San Víctor de Caselle. 22 de septiembre.
- San Víctor de Solothurn. 30 de septiembre y 22 de septiembre.
- San Víctor de Xanten, y 330 más. 10 de octubre y 22 de septiembre.
- Santos Amor y Viator de Franche-Compté. 9 de agosto.
- Santos Abundio, Asterio, Cesáreo, Longino, Deseado y Demetrio de Caramagna. 22 de septiembre.
- Santos Alvacio y Amancio de Rivalba. 22 de septiembre.
- Santos Besso y Porcier. 10 de agosto, 1 de diciembre y 22 de septiembre.
- Santos Casio, Florencio y Pío de Bonn. 10 de octubre y 22 de septiembre.
- Santos Chiaffredo, Constancio, Olimpio y otros, de Saluzzo. 7 (Chiaffredo), 18 (Constancio) y 22 de septiembre.
- Santos Cosano, Pelagio, Damián y Serena, virgen, de Novalesa. 22 de septiembre.
- Santos Graciano, Carpóforo y Fidel. 13 de marzo y 22 de septiembre.
- Santos Julián, Bisuzio, Isidoro y Martiniano de Dora Riparia. 28 de agosto y 22 de septiembre.
- Santos Mariano y Próspero de Mondovi. 22 de septiembre.
- Santos Mateo y Gusmeo. 11 y 22 de septiembre.
- Santos Mauricio, Jorge y Tiberio de Pinerolo. 24 de abril y 22 de septiembre.
- Santos Octavio, Adventor y Solutor de Turín. 20 de noviembre y 22 de septiembre.
- Santos Palmacio, Majencio, Constancio, Crescencio, Justino, Leandro, Alejandro, Sotero,Hormisdas, Papirio y Jovaniano de Tréveris. 5 de octubre, 12 de diciembre y 22 de septiembre.
- Santos Sebastián y Alverio de Fossano. 26 de enero (invención de las reliquias) y 22 de septiembre).
- Santos Tégulo, Sulpicio, Vital y Juvenal de Cavanese. 25 de octubre y 22 de septiembre.
- Santos Tirso y Bonifacio de Traer. 4 de octubre y 22 de septiembre.
- Santos Víctor de Pollenzo y compañeros. 13 de mayo y 22 de septiembre.
(2) Eusebio, aunque no habla de los mártires tebanos, confirma esta hipótesis en su Historia Eclesiástica (Libro VIII), afirmando que especialmente Diocleciano y Maximiano lo hicieron varias veces, como medio de sacar a la luz a cristianos, tenidos como posibles traidores. Aún en tiempos de paz y sin persecuciones oficiales, lo hicieron. En un pasaje de su crónica llega a hablar de un general, cuyo nombre no conocía, al que se le había obligado a sacrificar a los dioses junto a sus soldados, impreando Diocleciano y Maximiano. La mayoría permaneció fiel a sus creencias y algunos de ellos fueron condenados a muerte. ¿Mauricio? Conocía la historia, pero no los nombres, porque estos serían añadidos luego? ¿Es solo otro caso, de la misma época? No lo sabemos.
(3) Acemetas eran unos monjes de origen oriental, de los que se creía no dormían, pues rezaban el oficio litúrgico constantemente, día y noche. Está claro que tenían establecidos turnos de oración.
(4) En 1489 fueron hallados en Schoz, Lucerna, 200 cuerpos en lo que habría sido un cementerio. Sin pruebas ni estudios, fueron tomados como reliquias de los mártires tebanos y puestos al culto. Hoy no lo están. En el Acta Sanctorum los Bolandistas repudian vehementemente estas reliquias.
San Mauricio y compañeros mártires de la Legión Tebana. 22 de septiembre y 22 de febrero (Iglesia Oriental)
Los documentos.
La primera noticia que se tiene de San Mauricio es una carta que escribe San Euquerio de Lyon (16 de noviembre) al obispo Salvio de Octodorum entre 441 y 448, narrándole la historia del martirio, según dice “habiéndola tomado de los autores fidedignos, de aquellos mismos que me han asegurado haberla aprendido del santo hombre Isaac, obispo de Ginebra, a quien el bienaventurado obispo de Sión, Teodoro, había hecho la relación”. Es decir, que asegura contar hechos ciertos, tomándolos de estas fuentes. Sí, pero no, pues hay algún que otro error histórico que hacen dudar, como veremos después. Euquerio vivió en el siglo V y narra la carta motivado por la gran devoción que hay en Agauna (lugar del martirio) y otros sitios a los mártires tebanos. La carta está llena de datos históricos, geográficos, pero nos permite sacar algo en limpio:
“Señor, nosotros somos vuestros soldados, es verdad; pero también somos siervos del verdadero Dios, y nos gloriamos de confesarle. Nos habéis honrado con la milicia; pero á Dios le debemos la inestimable gracia de la inocencia. De vos recibimos el sueldo como una recompensa debida a nuestros trabajos; pero de Dios tenemos la vida como un don puramente gratuito, y que jamás podemos merecerlo. Luego, ¿no nos es permitido obedecer más a nuestro Emperador desde que nuestro Dios nos lo prohíbe? Sí, por cierto. Nos lo prohíbe nuestro Dios y Señor vuestro. Mandadnos cosas justas, y nos hallaréis sumisos, obedientes, prontos á emprenderlo todo por vuestro servicio y por vuestra gloria. Mostradnos al enemigo y lo veréis derrotado: nuestras manos no aguardan mas que vuestras órdenes para su más sangriento destrozo; pero jamás nos conspiraremos contra los fieles que son vuestros vasallos”.Y así, por el estilo, un escrito en que demuestran como han sido y serían fieles a su juramento de soldado si este no se opusiera a la justicia y la fe cristiana. Y Maximiano, al leer esto, no esperó más, y mandó degollarlos a todos; martirio este que esperaron y aceptaron los legionarios con sumisión y fortaleza. No estaba el legionario Víctor entre ellos, al llegar, le contaron lo que había pasado y este, declarando su fe cristiana, repudió el acto infame que se había cometido y también fue asesinado. El supuesto cuerpo de este Víctor se encuentra en Brieg.
La basílica construida por San Teodoro de Octodurum (al que también se ha acusado de inventar las reliquias, la leyenda y demás), fue en principio poblada por monjes acemetas, de origen oriental, de los que se creía no dormían, pues rezaban el oficio litúrgico constantemente, día y noche. Está claro que tenían establecidos turnos de oración. Actualmente es una abadía donde reposan las supuestas reliquias de la mayoría de los legionarios. Incluidas un anillo y una ampolla con sangre de San Mauricio. En Veriolez hay una losa plana, en la que se dice que San Mauricio se arrodilló para ser degollado.
San Mauricio es patrono de los soldados, vitralistas y tintoreros (estos dos patronatos son por su nombre, y su supuesto color de piel “moro”), tejedores, sobrereros. Se le invoca como protector de las viñas y contra la gota, el dolor de oídos y las enfermedades de los caballos. En Francia tiene dedicadas las catedrales de Vienne, Tours, Angers y Mirepoix. Es el patrono de Cerdeña, la casa real de Saboya y diversas ciudades, de la infantería, los herreros. Una Orden Militar lleva su nombre. En la iconografía ocurre a veces verlo de color negro, pero esto es por lo dicho arriba, su nombre y su procedencia, Mauritania. Viste de soldado, con diversos uniformes, unos más anacrónicos que otros en época, región, materiales, etc. En la pintura es normal verlo acompañado de sus compañeros, o en escenas de martirio.
Y la tercera dice que, habiendo confiado una mujer a su hijo al monasterio de San Mauricio de Valais, el niño murió niño murió. Su madre estaba inconsolable y esa noche se le apareció San Mauricio y le dijo: “No llores por tu hijo como si hubiera muerto, que vive entre nosotros. Y te doy la prueba: Ve temprano en la mañana a la iglesia, a escuchar el oficio de los monjes”. Así lo hizo la señora y oyó, entre las voces de los monjes, la de su propio hijo cantando el oficio de Laudes. Y de ahí en adelante fue todos los días a oírlo.
San Pedro Damiani (21 de febrero) cuenta que un clérigo orgulloso y ambicioso, fue promovido a prior de los canónigos de una iglesia dedicada a San Mauricio mediante trampas y engaños. Un día, al terminar la misa, se oyó una voz que dijo: “El que se enaltece será humillado". Y contestó airado el sacerdote: "Eso no es del todo correcto. Porque si mis enemigos me hubieran humillado, no estaría presidiendo una iglesia hermosa y rica". Y en ese momento, un rayo lo mató, dejándolo con las tripas al aire.
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