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"Soy un hombre de armas, un soldado, scout. Paradójicamente, al único de mi especie que admiro, empuñó solamente la palabra, su técnica fue la humildad, su táctica la paciencia y la estrategia que le dio su mayor victoria fue dejarse clavar en una cruz por aquellos que amaba".

“Espíritu Santo, inspírame lo que debo pensar, lo que debo decir, lo que debo callar, lo que debo escribir, lo que debo hacer, como debo obrar, para el bien de los hombres, de la iglesia y el triunfo de Jesucristo”.

Desde La Trinchera Del Buen Combate en Argentina. Un Abrazo en Dios y La Patria.

23 de junio de 2019

CORPUS CHRISTI SOLEMNIDAD. FIESTA DEL CUERPO Y LA SANGRE DE CRISTO, DE LA PRESENCIA DE JESUCRISTO EN LA EUCARISTÍA. JUEVES DESPUÉS DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD. La fecha es movible, la fiesta se celebra 60 días después de Pascua (Domingo de Resurrección) (23/06/2019).

Jueves de Corpus Christi - Fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo, de la presencia de Jesucristo en la Eucaristía

Jueves de Corpus Christi - Fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo, de la presencia de Jesucristo en la Eucaristía
DÍA DOMINGO. SOLEMNIDAD: SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO
Evangelio: Lc 9, 11b-17 
Y acogiéndolos les hablaba del Reino de Dios, y sanaba a los que tenían necesidad. Empezaba a declinar el día, y acercándose los doce le dijeron: Despide a la muchedumbre, para que se vayan a los pueblos y aldeas de alrededor, a buscar albergue y a proveerse de alimentos; porque aquí estamos en un lugar desierto. El les dijo: Dadles vosotros de comer. Pero ellos dijeron: No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos nosotros y compremos comida para toda esta muchedumbre. Había unos cinco mil hombres. Entonces dijo a sus discípulos: Hacedlos sentar en grupos de cincuenta. Así lo hicieron, y acomodaron a todos. Tomando los cinco panes y los dos peces, miró al cielo y los bendijo, los partió y los dio a sus discípulos, para que los distribuyeran entre la muchedumbre. Comieron y se saciaron todos. Y de lo que sobró recogieron doce cestos de trozos.
MILAGRO EUCARÍSTICO DE BOLSENA (1263)
Bolsena es una pequeña ciudad, de algo más de cinco mil habitantes, que se encuentra en la zona central de Italia, un poco al norte de Roma y cerca de Orvieto. Allí tuvo lugar, durante la Edad Media, un célebre milagro que influyó decisivamente en la institución para toda la Iglesia de la fiesta del Corpus Christi: 
El milagro eucarístico de Bolsena.
Bolsena es una pequeña ciudad, de algo más de cinco mil habitantes, que se encuentra en la zona central de Italia, un poco al norte de Roma y cerca de Orvieto. Allí tuvo lugar, durante la Edad Media, un célebre milagro que influyó decisivamente en la institución para toda la Iglesia de la fiesta del Corpus Christi: 
A mediados del siglo XIII, un sacerdote llamado Pedro de Praga tenía muchas dudas sobre su fe, en particular sobre la presencia real de Cristo en la Eucaristía. Pedro hizo una peregrinación a Roma en el año 1263 para rezar ante la tumba de San Pedro pidiendo que su fe se fortalezca.
Después de su estancia en Roma se sintió fortalecido en su vocación como sacerdote, e inició su viaje de regreso a Praga. En el camino se detuvo en la localidad de Bolsena al norte de Roma por la noche. Visitó la parroquia de Santa Cristina donde las reliquias de esta mártir del tercer siglo se veneraban. Su visita a la tumba de Santa Cristina quien estaba dispuesta a morir por su fe sacudió la fe de Pedro una vez más, así que antes de celebrar la Misa se dice que él oró "por la fuerza del alma y el extremo abandono que Dios da a los que confían plenamente en en él."
Parroquia de Santa Cristina, Bolsena, lugar donde ocurrió el milagro eucaristico
Mientras celebraba la Misa, la hostia comenzó a sangrar y la sangre cayó sobre el corporal que se encontraba sobre el altar. Asustado y confundido, el sacerdote trató de ocultar el hecho y concluyó la celebración, envolviendo la forma con el purificador del cáliz y dejándolo en la Sacristía. En el camino, unas gotas de sangre cayeron en el suelo de mármol y en los escalones del altar.



Altar donde Pedro de Praga celebraba Misa cuando ocurrió el milagro eucaristico, Bolsena
Sorprendido, Pedro viajó a la ciudad cercana de Orvieto donde el Papa Urbano IV estaba alojado. El Papa, entonces, envió al obispo de Orvieto a Bolsena para comprobar la veracidad de la historia y recuperar las reliquias.

Catedral de Orvieto

Capilla del Corporal, Orvieto 

Procesión del Corpus Christi, Orvieto

Procesión del Corpus Christi, Orvieto

Catedral de Orvieto: Relicario del Corporal
El Papa Urbano IV reconoció el milagro y el 11 de agosto 1264 instituyó para toda la Iglesia una fiesta llamada Corpus Christi, a partir de una fiesta ya existente desde 1247 en la diócesis de Lieja, en Bélgica, para celebrar la presencia real de Cristo en la Eucaristía, como reacción a las ideas de Berengario de Tours, según la cual la presencia de Cristo no era real, sino sólo simbólica. El Papa encomendó a santo Tomás de Aquino la tarea de preparar los textos del Oficio y de la Misa de la fiesta, y se estableció que el Corpus Christi se celebre en el primer jueves después de la octava de Pentecostés.
Rafael: El Milagro de Bolsena
Las reliquias del milagro se conservan en la catedral de Orvieto. En la Capilla del Corporal se venera la Hostia Santa, el corporal y el purificador. En 1338 se colocaron en el relicario de Ugolino di Vieri, donde se encuentran actualmente. El relicario se colocó, a partir de 1363, sobre el altar de mármol que se encuentra en la misma capilla. El altar donde ocurrió el milagro fue colocado, desde la primera mitad del siglo XVI , en el atrio de la basílica subterránea de Santa Cristina en Bolsena. En Bolsena se conservan en sus respectivos relicarios las lápidas de mármol manchadas con la Sangre del Milagro.
Milagro Eucarístico de Bolsena (1263)
La Hostia Santa se conserva actualmente detrás del altar de la Capilla del Corporal en la catedral de Orvieto. Cada año durante la solemnidad, el corporal sale de la catedral junto con el Santísimo Sacramento en procesión solemne a lo largo de toda la ciudad.
El milagro eucarístico de Orvieto es un recordatorio extraordinario para nosotros de una verdad simple, que Jesucristo, Dios mismo, el creador del cielo y de la tierra, nuestro Creador, viene a nosotros y se entrega en la Eucaristía.




EXPLICACIÓN DE LA FIESTA
Corpus Christi es la fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo, de la presencia de Jesucristo en la Eucaristía. Este día recordamos la institución de la Eucaristía que se llevó a cabo el Jueves Santo durante la Última Cena, al convertir Jesús el pan y el vino en su Cuerpo y en su Sangre.
Catedral de Orvieto: Relicario del Corporal
Es una fiesta muy importante porque la Eucaristía es el regalo más grande que Dios nos ha hecho, movido por su querer quedarse con nosotros después de la Ascensión.
Corpus Christi
Blessed Sacrament procession, First Annual Southeastern Eucharistic Congress, Charlotte, North Carolina - 20050924-01.jpg
Corpus Christi, CharlotteCarolina del Norte.
Día de celebración60 días después del Domingo de Resurrección
Lugar de celebraciónDía internacional
ORIGEN DE LA FIESTA
Dios utilizó a santa Juliana de Mont Cornillon para propiciar esta fiesta. La santa nace en Retines cerca de Liège, Bélgica en 1193. Quedó huérfana muy pequeña y fue educada por las monjas Agustinas en Mont Cornillon. 
Milagro Eucarístico de Bolsena (1263)
Cuando creció, hizo su profesión religiosa y más tarde fue superiora de su comunidad. Por diferentes intrigas tuvo que irse del convento. Murió el 5 de abril de 1258, en la casa de las monjas Cistercienses en Fosses y fue enterrada en Villiers.
Santa Juliana de Lieja
Juliana santa.jpg
Religiosa y mística, promotora de la Fiesta de
Corpus Christi.
Nacimiento1193.
Retinnes, Bélgica.
Fallecimiento5 de abril de 1258.
Fosses, Bélgica.
Venerada enBélgica
Festividad5 de abril
Juliana, desde joven, tuvo una gran veneración al Santísimo Sacramento. Y siempre añoraba que se tuviera una fiesta especial en su honor. Este deseo se dice haberse intensificado por una visión que ella tuvo de la Iglesia bajo la apariencia de luna llena con una mancha negra, que significaba la ausencia de esta solemnidad.
Ella le hizo conocer sus ideas a Roberto de Thorete, el entonces obispos de Liège, también al docto Dominico Hugh, más tarde cardenal legado de los Países Bajos; a Jacques Pantaleón, en ese tiempo archidiácono de Liège, después obispo de Verdun, Patriarca de Jerusalén y finalmente al Papa Urbano IV. 
El milagro eucarístico de Orvieto es un recordatorio extraordinario para nosotros de una verdad simple, que Jesucristo, Dios mismo, el creador del cielo y de la tierra, nuestro Creador, viene a nosotros y se entrega en la Eucaristía.
El obispo Roberto se impresionó favorablemente y como en ese tiempo los obispos tenían el derecho de ordenar fiestas para sus diócesis, invocó un sínodo en 1246 y ordenó que la celebración se tuviera el año entrante; también el Papa ordenó, que un monje de nombre Juan debía escribir el oficio para esa ocasión. El decreto está preservado en Binterim (Denkwürdigkeiten, V.I. 276), junto con algunas partes del oficio.
El obispo Roberto no vivió para ver la realización de su orden, ya que murió el 16 de octubre de 1246, pero la fiesta se celebró por primera vez por los cánones de San Martín en Liège. Jacques Pantaleón llegó a ser Papa el 29 de agosto de 1261. La ermitaña Eva, con quien Juliana había pasado un tiempo y quien también era ferviente adoradora de la Santa Eucaristía, le insistió a Enrique de Guelders, obispo de Liège, que pidiera al Papa que extendiera la celebración al mundo entero.
Urbano IV, siempre siendo admirador de esta fiesta, publicó la bula “Transiturus” el 8 de septiembre de 1264, en la cual, después de haber ensalzado el amor de nuestro Salvador expresado en la Santa Eucaristía, ordenó que se celebrara la solemnidad de “Corpus Christi” en el día jueves después del domingo de la Santísima Trinidad, al mismo tiempo otorgando muchas indulgencias a todos los fieles que asistieran a la santa misa y al oficio. Este oficio, compuesto por el doctor angélico, Santo Tomás de Aquino, por petición del Papa, es uno de los más hermosos en el breviario Romano y ha sido admirado aun por Protestantes.
La muerte del Papa Urbano IV (el 2 de octubre de 1264), un poco después de la publicación del decreto, obstaculizó que se difundiera la fiesta. Pero el Papa Clemente V tomó el asunto en sus manos y en el concilio general de Viena (1311), ordenó una vez más la adopción de esta fiesta. Publicó un nuevo decreto incorporando el de Urbano IV. Juan XXII, sucesor de Clemente V, instó su observancia.
Capilla del Corporal, Orvieto
Ninguno de los decretos habla de la procesión con el Santísimo como un aspecto de la celebración. Sin embargo estas procesiones fueron dotadas de indulgencias por los Papas Martín V y Eugenio IV y se hicieron bastante comunes en a partir del siglo XIV.
La fiesta fue aceptada en Cologne en 1306; en Worms la adoptaron en 1315; en Strasburg en 1316. En Inglaterra fue introducida de Bélgica entre 1320 y 1325. En los Estados Unidos y en otros países la solemnidad se celebra el domingo después del domingo de la Santísima Trinidad.
En la Iglesia griega la fiesta de Corpus Christi es conocida en los calendarios de los sirios, armenios, coptos, melquitas y los rutinios de Galicia, Calabria y Sicilia.
El Concilio de Trento declara que muy piadosa y religiosamente fue introducida en la Iglesia de Dios la costumbre, que todos los años, determinado día festivo, se celebre este excelso y venerable sacramento con singular veneración y solemnidad, y reverente y honoríficamente sea llevado en procesión por las calles y lugares públicos. En esto los cristianos atestiguan su gratitud y recuerdo por tan inefable y verdaderamente divino beneficio, por el que se hace nuevamente presente la victoria y triunfo de la muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.
Procesión del Corpus Christi en Barcelona
EL MILAGRO DE BOLSENA
En el siglo XIII, el sacerdote alemán, Pedro de Praga, se detuvo en la ciudad italiana de Bolsena, mientras realizaba una peregrinación a Roma. 
El sacerdote alemán, Pedro de Praga
Era un sacerdote piadoso, pero dudaba en ese momento de la presencia real de Cristo en la Hostia consagrada. 
Altar donde Pedro de Praga celebraba Misa cuando ocurrió el milagro eucaristico, Bolsena
Cuando estaba celebrando la Misa junto a la tumba de Santa Cristina, al pronunciar las palabras de la Consagración, comenzó a salir sangre de la Hostia consagrada y salpicó sus manos, el altar y el corporal.
La misa de Bolsena (Messa di Bolsena) - Rafael Sanzio, 1512
El sacerdote estaba confundido. Quiso esconder la sangre, pero no pudo. Interrumpió la Misa y fue a Orvieto, lugar donde residía el Papa Urbano IV.
Altar donde Pedro de Praga celebraba Misa cuando ocurrió el milagro eucaristico, Bolsena. Milagro Eucarístico de Bolsena (1263)
El Papa escuchó al sacerdote y mandó a unos emisarios a hacer una investigación. Ante la certeza del acontecimiento, el Papa ordenó al obispo de la diócesis llevar a Orvieto la Hostia y el corporal con las gotas de sangre.
Se organizó una procesión con los arzobispos, cardenales y algunas autoridades de la Iglesia. A esta procesión, se unió el Papa y puso la Hostia en la Catedral. Actualmente, el corporal con las manchas de sangre se exhibe con reverencia en la Catedral de Orvieto.
Parroquia de Santa Cristina, Bolsena, lugar donde ocurrió el milagro eucaristico
A partir de entonces, miles de peregrinos y turistas visitan la Iglesia de Santa Cristina para conocer donde ocurrió el milagro.
Milagro Eucarístico de Bolsena (1263)
En Agosto de 1964, setecientos años después de la institución de la fiesta de Corpus Christi, el Papa Paulo VI celebró Misa en el altar de la Catedral de Orvieto. Doce años después, el mismo Papa visitó Bolsena y habló en televisión para el Congreso Eucarístico Internacional. Dijo que la Eucaristía era “un maravilloso e inacabable misterio”.
TRADICIONES MEXICANAS DE CORPUS CHRISTI
Esta fiesta tradicional data del año 1526. Se acostumbra rendir culto al Santísimo Sacramento en la Catedral de México. El centro de la festividad era la celebración solemne de la Misa, seguida de una imponente procesión que partía del Zócalo, en la que la Sagrada Eucaristía, portada por el arzobispo bajo palio, era escoltada por autoridades virreinales, cabildo, cofradías, ejército, clero y pueblo. Había también representaciones teatrales alusivas, música y vendimia especial.
"Las Rocas", carros triunfales centenarios que desfilan en la procesión de Valencia.
Los campesinos traían en sus mulas algunos frutos de sus cosechas para ofrecérselas a Dios como señal de agradecimiento. Esto dio origen a una gran feria que congregaba artesanos y comerciantes de distintos rumbos del país, que traían mercancías a lomo de mula (frutos de la temporada y artesanías que transportaban en guacales).
Catedral de Orvieto
Cuentan que un hombre, llamado Ignacio, tenía dudas acerca de su vocación sacerdotal y un jueves de Corpus le pidió a Jesucristo que le enviara una señal. Al Pasar el Santísimo Sacramento frente a Ignacio en la procesión, Ignacio pensó: "Si ahí estuviera presente Dios, hasta las mulas se arrodillarían" y, en ese mismo instante, la mula del hombre se arrodilló. Ignacio interpretó esto como señal y entregó su vida a Dios en el sacerdocio y se dedicó para siempre a transmitir a los demás las riquezas de la Eucaristía.
Milagro Eucarístico de Bolsena (1263)
Así fue como surgieron las mulitas elaboradas con hojas de plátano secas con pequeños guacales de dulces de coco o de frutas, de diversos tamaños.
Ponerse una mulita en la solapa o comprar una mulita para adornar la casa, significa que, al igual que la mula de Ignacio, nos arrodillamos ante la Eucaristía, reconociendo en ella la presencia de Dios.
Rafael: El Milagro de Bolsena
Esta fiesta se celebra cada año el jueves después de la Santísima Trinidad. Se lleva a cabo en la Catedral y los niños se visten de inditos para agradecer la infinita ternura de Jesús. Se venden mulitas con gran colorido.
DIVERSAS MANERAS DE CELEBRAR ESTA FIESTA - PARTICIPAR EN LA PROCESIÓN CON EL SANTÍSIMO.
La procesión con el Santísimo consiste en hacer un homenaje agradecido, público y multitudinario de la presencia real de Cristo en la Eucaristía. Se acostumbra sacar en procesión al Santísimo Sacramento por las calles y las plazas o dentro de la parroquia o Iglesia, para afirmar el misterio del Dios con nosotros en la Eucaristía.
Esta costumbre ayuda a que los valores fundamentales de la fe católica se acentúen con la presencia real y personal de Cristo en la Eucaristía.
LA HORA SANTA
Es una manera práctica y muy bella de adorar a Jesús Sacramentado. El Papa Juan Pablo II la celebra, al igual que la mayoría de las Parroquias de todo el mundo, los jueves al anochecer, para demostrar a Cristo Eucaristía amor y agradecimiento y reparar las actitudes de indiferencia y las faltas de respeto que recibe de uno mismo y de los demás hombres.
Consiste en realizar una pequeña reflexión evangélica, en presencia de Jesús Sacramentado y, al final, se rezan unas letanías especiales para demostrarle a Jesús nuestro amor.
Se puede celebrar de manera formal con el Santísimo Sacramento solemnemente expuesto en la custodia, con incienso y con cantos, o de manera informal con la Hostia dentro del Sagrario. Cualquiera de las dos maneras agrada a Jesús.
Se inicia con la exposición del Santísimo Sacramento o, en su defecto, con una oración inicial a Jesucristo estando todos arrodillados frente al Sagrario.
A continuación, se procede a la lectura de un pasaje del Evangelio y al comentario del mismo por parte de alguno de los participantes.
Luego, se reflexiona adorando a Jesús, Rey del Universo, en la Eucaristía.
Se termina con las invocaciones y las letanías correspondientes y, en el caso de que la Hora Eucarística se haya hecho delante del Santísimo solemnemente expuesto, el sacerdote da la bendición con el Santísimo; en caso contrario, se finaliza la Hora Santa con una plegaria conocida de agradecimiento.
La custodia en procesión por las calles de Toledo.
RECORDAR EN FAMILIA LO QUE ES LA EUCARISTÍA
¿Qué es la Eucaristía?
La Eucaristía es uno de los siete Sacramentos. Nos recuerda el momento en el que el pan y el vino se convierten en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo. Éste es el alimento del alma. Así como nuestro cuerpo necesita comer para vivir, nuestra alma necesita comulgar para estar sana. Cristo dijo: "El que come mi Carne y bebe mi Sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré el último día."
¿En qué nos ayuda la Eucaristía? 
Todos queremos ser buenos, ser santos y nos damos cuenta de que el camino de la santidad no es fácil, que no bastan nuestras fuerzas humanas para lograrlo. Necesitamos fuerza divina, de Jesús. Esto sólo será posible con la Eucaristía. Al comulgar, nos podemos sentir otros, ya que Cristo va a vivir en nosotros. Podremos decir, con San Pablo: "Vivo yo, pero ya no soy yo, sino Cristo quien vive en mí."
¿En qué parte de la Misa se realiza la Eucaristía? 
Después de rezar el Credo, se llevan a cabo: el ofertorio, la consagración y la comunión.
Ofertorio: Es el momento en que el sacerdote ofrece a Dios el pan y el vino que serán convertidos en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Nosotros podemos ofrecer, con mucho amor, toda nuestra vida a Dios en esta parte de la Misa.
Consagración: Es el momento de la Misa en que Dios, a través del sacerdote, convierte el pan y el vino en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo. En este momento nos arrodillamos como señal de amor y adoración a Jesús, Dios hecho hombre, que se hace presente en la Eucaristía.
Comunión: Es recibir a Cristo Eucaristía en nuestra alma, lo que produce ciertos efectos en nosotros:
nos une a Cristo y a su Iglesia,
une a los cristianos entre sí,
alimenta nuestra alma,
aumenta en nosotros la vida de gracia y la amistad con Dios,
perdona los pecados veniales,
nos fortalece para resistir la tentación y no cometer pecado mortal.
¿Qué condiciones pone la Iglesia para poder comulgar? 
La Iglesia nos pide dos condiciones para recibir la comunión:
Estar en gracia, con nuestra alma limpia todo pecado mortal.
Cumplir el ayuno eucarístico: no comer nada una hora antes de comulgar.
¿Cada cuánto puedo recibir la Comunión Sacramental? 
La Iglesia recomienda recibir la Comunión siempre que vayamos a Misa. Es obligación recibir la Comunión, al menos, una vez al año en el tiempo de Pascua, que son los 50 días comprendidos entre el Domingo de Resurrección y el Domingo de Pentecostés.
¿Qué hacer después de comulgar?
Se recomienda aprovechar la oportunidad para platicarle a Dios, nuestro Señor, todo lo que queramos: lo que nos alegra, lo que nos preocupa; darle gracias por todo lo bueno que nos ha dado; decirle lo mucho que lo amamos y que queremos cumplir con su voluntad; pedirle que nos ayude a nosotros y a todos los hombres; ofrecerle cada acto que hagamos en nuestra vida.
Procesión del Corpus Christi, Orvieto
¿Qué hacer cuando no se puede ir a comulgar?
Se puede llevar a cabo una comunión espiritual. Esto es recibir a Jesús en tu alma, rezando la siguiente oración:
"Creo, Jesús mío, que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo ardientemente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Quédate conmigo y no permitas que me separe de ti.
Amén"
EL PAN DE VIDA - Meditación
Una vez más recordamos este milagro que podemos llamar clamoroso, espectacular, que todo el mundo reconoció con asombro, y a partir del cual bastantes quisieron proclamarlo rey, según narra san Juan: Aquellos hombres, viendo el milagro que Jesús había hecho, decían: Este es verdaderamente el Profeta que viene al mundo. Jesús, conociendo que iban a venir para llevárselo y hacerlo rey, se retiró de nuevo al monte él solo.

Los hombres reconocen en Jesús a alguien excepcional. De hecho, el Señor no oculta su poder. No sólo en una ocasión, muchas veces realizó prodigios ante la gente. Eran uno de los medios que utilizó para probar su condición de Mesías. Llevar a cabo lo que ningún hombre sería capaz de hacer, probaba al menos su gran unión con Dios. Así lo entendieron las gentes sencillas que contemplaron pasmadas multiplicarse el pescado y el pan ante sus ojos. Reconocerle como autor de hechos milagrosos, equivalía a aceptar su condición mesiánica de Redentor. Los milagros eran una prueba más de que se cumplían en Él las Escrituras acerca del Mesías. De ahí la resistencia, por ejemplo, de los fariseos a reconocer los prodigios de Jesús. Éste no expulsa los demonios sino por Beezebul, el príncipe de los demonios, decían de Él.

No buscaba, en todo caso, Jesucristo en primer lugar solucionar las situaciones humanamente lamentables –como las muchas enfermedades– de la gente de su tiempo. Más bien quería que lo aceptaran como Salvador que venía con el Evangelio, la gran noticia para toda la humanidad, de que por Él y en Él estábamos destinados a vivir la Vida de Dios. Concretamente, ese alimento que sació el hambre de la multitud, que milagrosamente les había concedido, era, ante todo, un preludio del Pan de Vida eterna –su propio cuerpo y su sangre– que dentro de poco les iba a ofrecer como alimento. Un alimento en verdad para la Vida eterna, que es la única vida propia de los hijos de Dios. Un alimento, según las palabras del mismo Cristo, imprescindible para esa Vida:si no coméis la carne del Hijo del Hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros.

Jesús se expresaba con gran claridad, aún sabiendo que bastantes no querrán aceptar sus palabras. Los suyos, sin embargo, con Pedro a la cabeza, creen en Él. Tú tienes palabras de vida eterna, confiesa el Príncipe de los Apóstoles. Pero muchos, a partir de entonces, se apartaron de su compañía. Como sucede en nuestro tiempo, la bondad intachable del Maestro, su autoridad indiscutible y la infinidad de prodigios sobrehumanos y evidentes, resultan irrelevantes –no significan nada– cuando no se quiere creer. Cuando lo único que interesa es el propio criterio inamovible, las verdades más notorias se puedan recibir como un insulto que no vale la pena escuchar.

Hoy como ayer, parece incomprensible en tantos ambientes que el amor de Dios por sus hijos le lleve a darnos su misma Vida, alimentándonos de Sí. Tendríamos que purificarnos del egoísmo y la desconfianza que nos reducen a la pequeñez de nosotros mismos, que tan grande se nos antoja. Nuestro Dios se nos ha mostrado generoso hasta el extremo y de modo patente, para que pudiéramos apreciarlo con nuestros propios ojos. Pero, además, ha dispuesto que podamos alcanzar todo el tesoro de su Amor, que nos enriquece con la Vida Eterna, con la misma facilidad que el alimento más común y accesible.

Hoy, que celebramos con toda la Iglesia la Solemnidad del Cuerpo y Sangre del Señor, Pan de Vida Eterna, suplicamos a la Trinidad Beatísima nos conceda contemplar la Sagrada Forma con más reverencia cada día. Con una gratitud más viva, que quiera manifestarse en obras de correspondencia, en adoración efectiva en el templo, y también fuera de él: cuando nuestra conducta en lo corriente debe indicar que la vida de Cristo nos gobierna.

¡Te adoro con devoción, Dios escondido!, aclamamos a Jesucristo, realmente presente en las Especies Eucarísticas, repitiendo las palabras del himno. Es necesario detenerse ante el sagrario, ante la custodia, sin prisas, para manifestar a Jesús nuestro amor, nuestros deseos de cambiar, de mejorar para Él, de corresponder –de intentar corresponder– al Amor suyo. Es también el momento –esa adoración ante la Eucaristía– de la súplica esperanzada por tantas necesidades espirituales y materiales, propias y ajenas. Pidamos, ante todo, más santidad: más amor a Dios en nosotros y en todos los hombres. Rogamos así a nuestro Dios Bueno y Todopoderoso lo mejor, lo que Él mismo desea concedernos: lo que más nos enriquece, la esencia misma de la felicidad.

Nuestra Madre del Cielo es Maestra segura para sus hijos, que quieren admirar más y más el Misterio de Amor encerrado en la Eucaristía. El trato asiduo con Santa María nos conduce de suyo y del mejor modo a Jesús Sacramentado.
Evangelio: Lc 9, 11b-17 
Fuente:
Por: Tere Vallés | Fuente: Catholic.net 
http://es.catholic.net/op/articulos/1342/jueves-de-corpus-christi.html
Fuente: www.corazones.org
http://kuxx-divinamisericordia.blogspot.com.ar/2013/05/milagro-eucaristico-de-bolsena-1263.html
http://www.fluvium.org/textos/pedicacion/160529.htm

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