PASCUA
MISA DEL DÍA
LA RESURRECCION DEL SEÑOR
PRIMERA LECTURA
Hemos comido y bebido con él después de su resurrección
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 10, 34a. 37-43
En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo:
-«Conocéis lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en Judea y en Jerusalén. Lo mataron colgándolo de un madero. Pero Dios lo resucitó al tercer día y nos lo hizo ver, no a todo el pueblo, sino a los testigos que él había designado: a nosotros, que hemos comido y bebido con él después de su resurrección. Nos encargó predicar al pueblo, dando solemne testimonio de que Dios lo ha nombrado juez de vivos y muertos. El testimonio de los profetas es unánime: que los que creen en él reciben, por su nombre, el perdón de los pecados.»
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 117, 1-2. 16ab-17. 22-23(R.: 24)
R. Éste es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo.
Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. Diga la casa de Israel: eterna es su misericordia. R.
La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es excelsa. No he de morir, viviré para contar las hazañas del Señor. R.
La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente. R.
SEGUNDA LECTURA
Buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 3, 1-4Hermanos:
Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra.
Porque habéis muerto, y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis, juntamente con él, en gloria.
Palabra de Dios.
SECUENCIA
(Es obligatorio decirla hoy; los día dentro de la Octava es potestativo)
Ofrezcan los cristianos ofrendas de alabanza a gloria de la Víctima propicia de la Pascua.
Cordero sin pecado que a las ovejas salva, a Dios y a los culpables unió con nueva alianza.
Lucharon vida y muerte en singular batalla, y, muerto el que es la Vida, triunfante se levanta.
«¿Qué has visto de camino, María, en la mañana?» «A mi Señor glorioso, la tumba abandonada,
los ángeles testigos, sudarios y mortaja. ¡Resucitó de veras mi amor y mi esperanza!
Venid a Galilea, allí el Señor aguarda; allí veréis los suyos la gloria de la Pascua. »
Primicia de los muertos, sabemos por tu gracia que estás resucitado; la muerte en ti no manda.
Rey vencedor, apiádate de la miseria humana y da a tus fieles parte en tu victoria santa.
Aleluya 1 Co 5, 7b-8a
Ha sido inmolada nuestra víctima pascual: Cristo. Así, pues, celebremos
la Pascua en el Señor.
EVANGELIO
Él había de resucitar de entre los muertos
Lectura del santo evangelio según san Juan 20, 1-9El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo:
-«Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto. »
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró.
Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte.
Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.
Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.
Palabra de Dios
CON EL DOMINGO DE RESURRECCIÓN COMIENZA UN TIEMPO PASCUAL, EN EL QUE RECORDAMOS EL TIEMPO QUE JESÚS PERMANECIÓ CON LOS APÓSTOLES ANTES DE SUBIR A LOS CIELOS, DURANTE LA FIESTA DE LA ASCENSIÓN.
DOMINGO DE RESURRECCIÓN
La Resurrección es fuente de profunda alegría. A partir de ella, los cristianos no podemos vivir más con caras tristes.Contempla los lugares donde Cristo se apareció después de Su Resurrección.
Por: Tere Vallés | Fuente: Catholic.net
IMPORTANCIA DE LA FIESTA
EL DOMINGO DE RESURRECCIÓN O DE PASCUA ES LA FIESTA MÁS IMPORTANTE PARA TODOS LOS CATÓLICOS, YA QUE CON LA RESURRECCIÓN DE JESÚS ES CUANDO ADQUIERE SENTIDO TODA NUESTRA RELIGIÓN.
CRISTO TRIUNFÓ SOBRE LA MUERTE Y CON ESTO NOS ABRIÓ LAS PUERTAS DEL CIELO.
En la Misa dominical recordamos de una manera especial esta gran alegría. Se enciende el Cirio Pascual que representa la luz de Cristo resucitado y que permanecerá prendido hasta el día de la Ascensión, cuando Jesús sube al Cielo.
Imagen: Cirio pascual en la Iglesia Catedral de las Fuerzas Armadas, Madrid.
En la Iglesia católica, cirio que, una vez bendecido, se expone en el altar el Sábado Santo y se retira el día de la Ascensión, cumpliendo una función ritual. Es el símbolo de Cristo resucitado y su luz.
LA RESURRECCIÓN DE JESÚS ES UN HECHO HISTÓRICO, CUYAS PRUEBAS ENTRE OTRAS, SON EL SEPULCRO VACÍO Y LAS NUMEROSAS APARICIONES DE JESUCRISTO A SUS APÓSTOLES.
Cuando celebramos la Resurrección de Cristo, estamos celebrando también nuestra propia liberación. Celebramos la derrota del pecado y de la muerte.
En la resurrección encontramos la clave de la esperanza cristiana:
si Jesús está vivo y está junto a nosotros, ¿qué podemos temer?, ¿qué nos puede preocupar?
Cualquier sufrimiento adquiere sentido con la Resurrección, pues podemos estar seguros de que, después de una corta vida en la tierra, si hemos sido fieles, llegaremos a una vida nueva y eterna, en la que gozaremos de Dios para siempre.
San Pablo nos dice:
“Si Cristo no hubiera resucitado, vana seria nuestra fe” (I Corintios 15,14)
Si Jesús no hubiera resucitado, sus palabras hubieran quedado en el aire, sus promesas hubieran quedado sin cumplirse y dudaríamos que fuera realmente Dios.
Pero, como Jesús sí resucitó, entonces sabemos que venció a la muerte y al pecado; sabemos que Jesús es Dios, sabemos que nosotros resucitaremos también, sabemos que ganó para nosotros la vida eterna y de esta manera, toda nuestra vida adquiere sentido.
La Resurrección es fuente de profunda alegría. A partir de ella, los cristianos no podemos vivir más con caras tristes. Debemos tener cara de resucitados, demostrar al mundo nuestra alegría porque Jesús ha vencido a la muerte.
La Resurrección es una luz para los hombres y cada cristiano debe irradiar esa misma luz a todos los hombres haciéndolos partícipes de la alegría de la Resurrección por medio de sus palabras, su testimonio y su trabajo apostólico.
Debemos estar verdaderamente alegres por la Resurrección de Jesucristo, nuestro Señor. En este tiempo de Pascua que comienza, debemos aprovechar todas las gracias que Dios nos da para crecer en nuestra fe y ser mejores cristianos. Vivamos con profundidad este tiempo.
CON EL DOMINGO DE RESURRECCIÓN COMIENZA UN TIEMPO PASCUAL, EN EL QUE RECORDAMOS EL TIEMPO QUE JESÚS PERMANECIÓ CON LOS APÓSTOLES ANTES DE SUBIR A LOS CIELOS, DURANTE LA FIESTA DE LA ASCENSIÓN.
¿CÓMO SE CELEBRA EL DOMINGO DE PASCUA?
Se celebra con una Misa solemne en la cual se enciende el cirio pascual, que simboliza a Cristo resucitado, luz de todas las gentes.
En algunos lugares, muy de mañana, se lleva a cabo una procesión que se llama “del encuentro”. En ésta, un grupo de personas llevan la imagen de la Virgen y se encuentran con otro grupo de personas que llevan la imagen de Jesús resucitado, como símbolo de la alegría de ver vivo al Señor.
En algunos países, se acostumbra celebrar la alegría de la Resurrección escondiendo dulces en los jardines para que los niños pequeños los encuentren, con base en la leyenda del “conejo de pascua”.
La costumbre más extendida alrededor del mundo, para celebrar la Pascua, es la regalar huevos de dulce o chocolate a los niños y a los amigos.
A veces, ambas tradiciones se combinan y así, el buscar los huevitos escondidos simboliza la búsqueda de todo cristiano de Cristo resucitado.
LA TRADICIÓN DE LOS “HUEVOS DE PASCUA”
El origen de esta costumbre viene de los antiguos egipcios, quienes acostumbraban regalarse en ocasiones especiales, huevos decorados por ellos mismos. Los decoraban con pinturas que sacaban de las plantas y el mejor regalo era el huevo que estuviera mejor pintado. Ellos los ponían como adornos en sus casas.
Cuando Jesús se fue al cielo después de resucitar, los primeros cristianos fijaron una época del año, la Cuaresma, cuarenta días antes de la fiesta de Pascua, en la que todos los cristianos debían hacer sacrificios para limpiar su alma. Uno de estos sacrificios era no comer huevo durante la Cuaresma. Entonces, el día de Pascua, salían de sus casas con canastas de huevos para regalar a los demás cristianos. Todos se ponían muy contentos, pues con los huevos recordaban que estaban festejando la Pascua, la Resurrección de Jesús.
Uno de estos primeros cristianos, se acordó un día de Pascua, de lo que hacían los egipcios y se le ocurrió pintar los huevos que iba a regalar. A los demás cristianos les encantó la idea y la imitaron. Desde entonces, se regalan huevos de colores en Pascua para recordar que Jesús resucitó.
Poco a poco, otros cristianos tuvieron nuevas ideas, como hacer huevos de chocolate y de dulce para regalar en Pascua. Son esos los que regalamos hoy en día.
LOS HUEVOS DE PASCUA - Tradición de la iglesia de oriente.
- Los huevos son símbolo de la tumba, que con la resurrección de Cristo ha sido rota como cáscara de huevo
- Sus colores de arco iris nos recuerdan la alianza que Dios hizo con Noé y la promesa de Dios a todas las criaturas sobre la tierra.
- La búsqueda de huevos es el modo acostumbrado de celebrar a las mujeres que llegaron a la tumba para embalsamar el cuerpo del Señor.
El ángel brillante en sus vestiduras les preguntó:
"¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo?
¡Cristo ha resucitado!"
LEYENDA DEL “CONEJO DE PASCUA”
Su origen se remonta a las fiestas anglosajonas pre-cristianas, cuando el conejo era el símbolo de la fertilidad asociado a la diosa Eastre, a quien se le dedicaba el mes de abril. Progresivamente, se fue incluyendo esta imagen a la Semana Santa y, a partir del siglo XIX, se empezaron a fabricar los muñecos de chocolate y azúcar en Alemania, esto dio origen también a una curiosa leyenda que cuenta que, cuando metieron a Jesús al sepulcro que les había dado José de Arimatea, dentro de la cueva había un conejo escondido, que muy asustado veía cómo toda la gente entraba, lloraba y estaba triste porque Jesús había muerto.
El conejo se quedó ahí viendo el cuerpo de Jesús cuando pusieron la piedra que cerraba la entrada y lo veía y lo veía preguntándose quien sería ese Señor a quien querían tanto todas las personas.
Así pasó mucho rato, viéndolo; pasó todo un día y toda una noche, cuando de pronto, el conejo vio algo sorprendente: Jesús se levantó y dobló las sábanas con las que lo habían envuelto. Un ángel quitó la piedra que tapaba la entrada y Jesús salió de la cueva ¡más vivo que nunca!
El conejo comprendió que Jesús era el Hijo de Dios y decidió que tenía que avisar al mundo y a todas las personas que lloraban, que ya no tenían que estar tristes porque Jesús había resucitado.
Como los conejos no pueden hablar, se le ocurrió que si les llevaba un huevo pintado, ellos entenderían el mensaje de vida y alegría y así lo hizo.
Desde entonces, cuenta la leyenda, el conejo sale cada Domingo de Pascua a dejar huevos de colores en todas las casas para recordarle al mundo que Jesús resucitó y hay que vivir alegres.
¡FELIZ Y SANTA PASCUA DE RESURRECCIÓN!
“En ese mismo momento, se pusieron en camino y regresaron a Jerusalén.” (Lc 24,33)
Volvieron a Jerusalén porque les ardía el corazón.
Es el gozo de estar con Cristo resucitado; es el efecto del consuelo, de la gracia consoladora de Cristo.
Con esta gracia, volvamos también nosotros a Jerusalén, porque la cruz no es más signo de ignominia y muerte sino de victoria y vida.
Volvamos a los trabajos, a la fatiga de cada día, sabiendo que este combate se libra bajo la bandera de un Rey Vencedor, que ha triunfado sobre el demonio y el pecado, pero quiere también conquistar a todas y cada una de las almas.
Alistémonos bajo su estandarte, sin escatimar esfuerzos y sacrificios en pos de la salvación de las almas, para ser partícipes de la obra de la Redención y así un día entrar en su gloria.
No claudiquemos en el intento de reconquistar para Cristo la Patria y algún día podremos reinar eternamente con Él.
DOMINGO DE RESURRECCIÓN -
Aciprensa
El Domingo de Resurrección o Vigilia Pascual es el día en que incluso la iglesia más pobre se reviste de sus mejores ornamentos, es la cima del año litúrgico. Es el aniversario del triunfo de Cristo. Es la feliz conclusión del drama de la Pasión y la alegría inmensa que sigue al dolor. Y un dolor y gozo que se funden pues se refieren en la historia al acontecimiento más importante de la humanidad:
la redención y liberación del pecado de la humanidad por el Hijo de Dios.
Nos dice San Pablo:
"Aquel que ha resucitado a Jesucristo devolverá asimismo la vida a nuestros cuerpos mortales".
No se puede comprender ni explicar la grandeza de las Pascuas cristianas sin evocar la Pascua Judía, que Israel festejaba, y que los judíos festejan todavía, como lo festejaron los hebreos hace tres mil años, la víspera de su partida de Egipto, por orden de Moisés. El mismo Jesús celebró la Pascua todos los años durante su vida terrena, según el ritual en vigor entre el pueblo de Dios, hasta el último año de su vida, en cuya Pascua tuvo efecto la cena y la institución de la Eucaristía.
CRISTO, AL CELEBRAR LA PASCUA EN LA CENA, DIO A LA CONMEMORACIÓN TRADICIONAL DE LA LIBERACIÓN DEL PUEBLO JUDÍO UN SENTIDO NUEVO Y MUCHO MÁS AMPLIO.
No es a un pueblo, una nación aislada a quien Él libera sino al mundo entero, al que prepara para el Reino de los Cielos. Las pascuas cristianas -llenas de profundas simbologías- celebran la protección que Cristo no ha cesado ni cesará de dispensar a la Iglesia hasta que Él abra las puertas de la Jerusalén celestial. La fiesta de Pascua es, ante todo la representación del acontecimiento clave de la humanidad, la Resurrección de Jesús después de su muerte consentida por Él para el rescate y la rehabilitación del hombre caído. Este acontecimiento es un hecho histórico innegable. Además de que todos los evangelistas lo han referido, San Pablo lo confirma como el historiador que se apoya, no solamente en pruebas, sino en testimonios.
Pascua es victoria, es el hombre llamado a su dignidad más grande. ¿Cómo no alegrarse por la victoria de Aquel que tan injustamente fue condenado a la pasión más terrible y a la muerte en la cruz?, ¿por la victoria de Aquel que anteriormente fue flagelado, abofeteado, ensuciado con salivazos, con tanta inhumana crueldad?
Este es el día de la esperanza universal, el día en que en torno al resucitado, se unen y se asocian todos los sufrimientos humanos, las desilusiones, las humillaciones, las cruces, la dignidad humana violada, la vida humana no respetada.
La Resurrección nos descubre nuestra vocación cristiana y nuestra misión: acercarla a todos los hombres. El hombre no puede perder jamás la esperanza en la victoria del bien sobre el mal.
- ¿Creo en la Resurrección?,
- ¿creo en mi vocación y misión cristiana?,
- ¿creo en la resurrección futura?,
- ¿me alienta en esta vida?,
son preguntas que cabe preguntarse.
El mensaje redentor de la Pascua no es otra cosa que la purificación total del hombre, la liberación de sus egoísmos, de su sensualidad, de sus complejos; purificación que , aunque implica una fase de limpieza y saneamiento interior, sin embargo se realiza de manera positiva con dones de plenitud, como es la iluminación del Espíritu , la vitalización del ser por una vida nueva, que desborda gozo y paz -suma de todos los bienes mesiánicos-, en una palabra, la presencia del Señor resucitado. San Pablo lo expresó con incontenible emoción en este texto :
"Si habéis resucitado con Cristo vuestra vida, entonces os manifestaréis gloriosos con Él" (Col. 3 1-4).
PASCUA ES EL DÍA MÁS IMPORTANTE DEL CALENDARIO CRISTIANO.
INCLUSO MÁS IMPORTANTE QUE LA NAVIDAD.
Es un asunto fundante porque en él está fundada nuestra fe.
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Ya que sin la Resurrección sería absurda y no tendría razón de ser nuestra fe.
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Si Cristo no hubiera resucitado, la Iglesia no podría anunciar ninguna Buena Noticia de salvación para nadie.
¿QUÉ SUCEDIÓ EN ESTE DÍA? ¿FUE LA RESURRECCIÓN DE JESÚS UN HECHO HISTÓRICO REAL? ¿CÓMO SE CELEBRA ESTE DÍA LA IGLESIA?
¿QUÉ PASÓ EN LA PASCUA?
- Las mujeres fueron a la tumba para ungir el cuerpo de Jesús.
- Vieron a los ángeles, que les dijeron que no estaba allí.
- Se fueron a decir a los apóstoles, que inicialmente no les creyeron.
- Pedro y el discípulo amado corrieron a ver la tumba y la encontraron vacía.
- María Magdalena tuvo un encuentro con el Cristo resucitado.
- Lo mismo tuvieron los discípulos en el camino a Emaús.
- También lo tuvo Pedro, lo mismo que tuvieron todos los apóstoles, menos Tomás, que tendría uno más adelante.
¡Jesús había resucitado de entre los muertos!
Para leer sobre los acontecimientos en el Nuevo Testamento, puede utilizar los siguientes versículos:
Mateo 28: 1-15
Marcos 16: 1-20
Lucas 24: 1-49
Juan 20: 1-31
¿FUE LA RESURRECCIÓN DE JESÚS UN EVENTO HISTÓRICO REAL?
El Catecismo de la Iglesia Católica explica:
639 El misterio de la resurrección de Cristo es un acontecimiento real, que tuvo manifestaciones históricamente comprobadas como lo atestigua el Nuevo Testamento.
Ya san Pablo, hacia el año 56, puede escribir a los Corintios:
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“Porque os transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí:
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Que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras.
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Que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras.
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Que se apareció a Cefas y luego a los Doce”.
El apóstol habla aquí de la tradición viva de la Resurrección que recibió después de su conversión a las puertas de Damasco.
¿CUÁL ES EL SIGNIFICADO DE LA TUMBA VACÍA?
El Catecismo de la Iglesia Católica explica:
640 En el marco de los acontecimientos de Pascua, el primer elemento que se encuentra es el sepulcro vacío.
No es en sí una prueba directa. La ausencia del cuerpo de Cristo en el sepulcro podría explicarse de otro modo.
A pesar de eso, el sepulcro vacío ha constituido para todos un signo esencial.
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Su descubrimiento por los discípulos fue el primer paso para el reconocimiento del hecho de la Resurrección.
Es el caso, en primer lugar, de las santas mujeres, después de Pedro.
“El discípulo que Jesús amaba” afirma que, al entrar en el sepulcro vacío y al descubrir “las vendas en el suelo vio y creyó”.
Eso supone que constató en el estado del sepulcro vacío que la ausencia del cuerpo de Jesús no había podido ser obra humana y que Jesús no había vuelto simplemente a una vida terrenal como había sido el caso de Lázaro.
¿QUÉ IMPORTANCIA TIENEN LAS APARICIONES DESPUÉS DE LA RESURRECCIÓN DE CRISTO?
El Catecismo de la Iglesia Católica explica:
641 María Magdalena y las santas mujeres, que iban a embalsamar el cuerpo de Jesús enterrado a prisa en la tarde del Viernes Santo por la llegada del Sábado fueron las primeras en encontrar al Resucitado.
Así las mujeres fueron las primeras mensajeras de la Resurrección de Cristo para los propios Apóstoles.
642 Todo lo que sucedió en estas jornadas pascuales compromete a cada uno de los Apóstoles – y a Pedro en particular – en la construcción de la era nueva que comenzó en la mañana de Pascua.
Como testigos del Resucitado, los Apóstoles son las piedras de fundación de su Iglesia.
La fe de la primera comunidad de creyentes se funda en el testimonio de hombres concretos, conocidos de los cristianos y de los que la mayor parte aún vivían entre ellos.
Estos “testigos de la Resurrección de Cristo” son ante todo Pedro y los Doce, pero no solamente ellos.
Pablo habla claramente de más de quinientas personas a las que se apareció Jesús en una sola vez, además de Santiago y de todos los Apóstoles
643 Ante estos testimonios es imposible interpretar la Resurrección de Cristo fuera del orden físico, y no reconocerlo como un hecho histórico.
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Sabemos por los hechos que la fe de los discípulos fue sometida a la prueba radical de la pasión y de la muerte en cruz de su Maestro, anunciada por Él de antemano.
¿QUÉ IMPORTANCIA TIENE LA RESURRECCIÓN DE CRISTO PARA NOSOTROS?
El Catecismo de la Iglesia Católica explica:
651 “Si no resucitó Cristo, vana es nuestra predicación, vana también vuestra fe”.
La Resurrección constituye ante todo la confirmación de todo lo que Cristo hizo y enseñó.
Todas las verdades, incluso las más inaccesibles al espíritu humano, encuentran su justificación si Cristo, al resucitar, ha dado la prueba definitiva de su autoridad divina según lo había prometido.
658 Cristo, “el primogénito de entre los muertos”, es el principio de nuestra propia resurrección, ya desde ahora por la justificación de nuestra alma, más tarde por la vivificación de nuestro cuerpo.
¿CUÁL ES LA VERDAD DE FE DE LA RESURRECCIÓN?
La verdad de fe, toma en cuenta estas cuatro afirmaciones
1 – La resurrección de Jesús no es una vuelta a su vida anterior, para volver a morir de nuevo. Jesús entra en la vida definitiva de Dios; es “exaltado” por Dios; es una vida diferente a la nuestra.
2 – Jesús resucitado no es una “alma inmortal”, ni un fantasma. Es un hombre completo, con cuerpo, vivo, concreto, que ha sido liberado de la muerte, del dolor, de las limitaciones materiales, con todo lo que constituye su personalidad.
3 – Dios interviene, no para volver a unir el cuerpo y el alma de Jesús, sino que ocurre un nuevo prodigio, una intervención creadora de Dios. El Padre actúa con su fuerza creadora y poderosa, levantando al muerto Jesús a la vida definitiva y plena.
4 – No se trata de que Jesús resucitó “en la fe” de sus discípulos, o “en su recuerdo”.
Es algo que aconteció verdaderamente en el muerto Jesús y no en la mente o en la imaginación.
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Jesús realmente ha sido liberado de la muerte y ha alcanzado la vida definitiva de Dios.
CÓMO SE CONMEMORA EL DÍA DE HOY?
La gran celebración de la Pascua fue en la noche del Sábado Santo.
Fue la Vigilia Pascua. En consecuencia, las celebraciones del Domingo de Pascua son más moderadas.
De acuerdo con el documento principal que rige las celebraciones relacionadas con la Pascua,
Paschales Solemnitatis:
La misa es celebrada el día de Pascua con gran solemnidad.
Es conveniente que el rito penitencial, tome la forma de una aspersión con el agua de la Vigilia, durante el cual la antífona Vidi aquam, o algún otro canto de índole bautismal sea cantado.
Las fuentes en la entrada de la iglesia también deben llenarse con la misma agua.
¿CUÁL ES EL PAPEL DEL “CIRIO PASCUAL”?
El cirio pascual tiene su lugar apropiado, ya sea en el ambón o junto al altar y debe ser iluminado en todas las celebraciones litúrgicas más solemnes de la temporada hasta el domingo de Pentecostés, ya sea en la misa, en la mañana y en la oración de la tarde.
Después de la temporada de Pascua el Cirio se debe mantener con honor en el baptisterio, de modo que las velas de los bautizados se puedan encender en él en la celebración del Bautismo.
En la celebración de los funerales, el Cirio Pascual se debe colocar junto al féretro, para indicar que la muerte de un cristiano es su propia Pascua.
El cirio pascual no ha de encenderse ni permanecer en el santuario fuera de la temporada de Pascua.
¿CUÁLES SON LAS CELEBRACIONES POPULARES?
Este día de resurrección es alegre pero triste para los cofrades; alegre por la manifestación de la resurrección que sustenta la religión y triste porque la Semana Santa finaliza.
Hay pocas procesiones en el día de hoy.
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Tampoco suele congregarse mucha gente porque en muchas ciudades comienzan a preparar las calles para volver a la rutina diaria.
Tras las últimas procesiones es habitual ir a disfrutar de la gastronomía propia de la ciudad.
¿Y CUALES SON LAS PECULIARIDADES GASTRONÓMICAS?
Una es la tradición de los huevos de Pascua, que desde el jueves es habitual comprarlos.
Los huevos de Pascua que hoy se regalan a los niños no es una tradición pagana, sino que tiene sus orígenes en la religión cristiana.
Durante la Edad Media, en Semana Santa, era común que los censos feudales se pagaran con huevos.
Por lo que se estipuló que el día de pago fuese el domingo de Pascua.
Es entonces cuando a principios el siglo XIX, en Alemania, Italia y Francia, aparecieron los primeros huevos hechos con chocolate, que se comenzaron a regalar conmemorando estas costumbres tan antiguas.
LA TRADICIÓN DE LOS HUEVOS DE PASCUA VA ASOCIADA A LA IMAGEN DEL CONEJO DE PASCUA QUE TAMBIÉN TIENE SU PECULIAR LEYENDA.
Ésta cuenta la historia de una mujer que pintaba huevos para sus hijos en la Pascua. Una vez decidió esconderlos en el jardín en distintos nidos. Cuando los niños encontraron los huevos, un conejo saltó del nido. Entonces, ellos pensaron que el conejo les había traído los huevos y así comenzó la historia.Esta imagen se transmitió a los Estados Unidos por los inmigrantes alemanes que llegaron al Pennsylvania Dutch Country durante el siglo XVIII.Los niños creían que si se portaban bien, el Oschter Haws, que era el nombre que daban al conejito, pondría huevos de colores.Construían nidos en lugares apartados o escondidos de la casa, el granero o el jardín, para que éste pusiera sus huevos.Más tarde empezaría la tradición de construir elaboradas cestas para poner los huevos.
¿LA PASCUA INSTITUCIONALIZÓ EL DOMINGO COMO DÍA FESTIVO Y DE DESCANSO?.
En la religión judía en cambio, como no se reconoce la resurrección de Cristo, el día festivo sigue siendo el Sabbath o sábado.
El Domingo de Resurrección es el culpable de que los domingos sean los que se consideran festivos y de descanso en la semana.
Ya que como es una fiesta clave del calendario litúrgico, en los primeros siglos del cristianismo, se cambió gracias a ella el día dedicado al descanso y a la alabanza a Dios nuestro creador, del Sábado al Domingo.
"Mientras estaban desconcertadas a causa de esto, se les aparecieron dos hombres con vestiduras deslumbrantes.Como las mujeres, llenas de temor, no se atrevían a levantar la vista del suelo, ellos les preguntaron: "¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado. Recuerden lo que él les decía cuando aún estaba en Galilea: 'Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de los pecadores, que sea crucificado y que resucite al tercer día'". (Lc 24, 4-8).
HOMILÍA DE S.S. BENEDICTO XVI EN LA VIGILIA PASCUAL 2008
¡Ha resucitado, aleluya!” “Sursum corda”, levantemos el corazón, fuera de la maraña de todas nuestras preocupaciones, de nuestros deseos, de nuestras angustias, de nuestra distracción, levantad vuestros corazones, vuestra interioridad… siempre debemos apartarnos de los caminos equivocados, en los que tan a menudo nos movemos con nuestro pensamiento y obras. Siempre tenemos que dirigirnos a Él, que es el Camino, la Verdad y la Vida. Siempre hemos de ser “convertidos”, dirigir toda la vida a Dios. Y siempre tenemos que dejar que nuestro corazón sea sustraído de la fuerza de gravedad, que lo atrae hacia abajo, y levantarlo interiormente hacia lo alto: en la verdad y el amor. En esta hora damos gracias al Señor, porque en virtud de la fuerza de su palabra y de los santos Sacramentos nos indica el itinerario justo y atrae hacia lo alto nuestro corazón. Y lo pedimos así: Sí, Señor, haz que nos convirtamos en personas pascuales, hombres y mujeres de la luz, colmados del fuego de tu amor. Amén.
VIGILIA PASCUAL 2007 -BENEDICTO XVI, HOMILÍA
"Sus heridas os han curado" (1 P 2,24), éste es el anuncio que Pedro dirigió a los primeros convertidos. Aquellas llagas, que en un primer momento fueron un obstáculo a la fe para Tomás, porque eran signos del aparente fracaso de Jesús; aquellas mismas llagas se han vuelto, en el encuentro con el Resucitado, pruebas de un amor victorioso. Estas llagas que Cristo ha contraído por nuestro amor nos ayudan a entender quién es Dios y a repetir también: "Señor mío y Dios mío". Sólo un Dios que nos ama hasta cargar con nuestras heridas y nuestro dolor, sobre todo el dolor inocente, es digno de fe.
LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR
La pascua celebra la resurrección de Jesucristo, victorioso sobre la muerte. Su victoria es nuestra victoria. Verdad fundamental de la fe cristiana. Un canto pascual a esta fiesta la llama "La reina de todas la estaciones," "día esplendoroso," "la fiesta regia de todas las fiestas". Éste es el día que hizo el Señor. La Iglesia se reúne felizmente cansada después de la intensidad de la Vigilia Pascual. El Padre nos recibe en casa, como al hijo pródigo, nos agasaja con un banquete y nos da una túnica nueva.
Según San León Magno,
Jesús se apresuró a resucitar cuanto antes porque tenía prisa en consolar a su Madre y a los discípulos (Sermón 71, 2).
YA HAN PASADO LOS 40 DÍAS DEL AYUNO CUARESMAL. HOY COMENZAMOS "LOS CINCUENTA DÍAS DE LA PASCUA," SIETE SEMANAS MÁS UN DÍA–UNA "SEMANA DE SEMANAS" DESDE AHORA HASTA LA FIESTA DE PENTECOSTÉS.
En estos cincuenta días nuestro Señor resucitado nos dirige hacia el sol de la primavera. Nuestro maravilloso Jardinero planta su cruz entre nosotros como nuevo árbol de la vida. Nuestro Buen Pastor nos conduce a los pasos floridos del paraíso.
ADVERTENCIA DEL PAPA FRANCISCO: SI NO SOMOS CAPACES DE ANUNCIAR QUE EL SEÑOR ESTÁ VIVO, NO SOMOS CRISTIANOS. Domingo, 16 de abril de 2017.
Francisco recordó que la esencia de la misión cristiana es anunciar la Resurrección de Cristo. Foto: Daniel Ibáñez (ACI Prensa).
En la homilía, Francisco recordó la esencia de la misión cristiana, que toma su modelo de las mujeres que vieron primero a Jesucristo Resucitado y comunicaron a todos la noticia.
“Vayamos a anunciar, a compartir, a descubrir que es cierto: el Señor está vivo. Vivo y queriendo resucitar en tantos rostros que han sepultado la esperanza, que han sepultado los sueños, que han sepultado la dignidad. Y si no somos capaces de dejar que el Espíritu nos conduzca por este camino, entonces no somos cristianos”, advirtió Francisco al final de su intervención, según recoge Aciprensa.
“Con la Resurrección, Cristo no ha movido solamente la piedra del sepulcro, sino que quiere también hacer saltar todas las barreras que nos encierran en nuestros estériles pesimismos, en nuestros calculados mundos conceptuales que nos alejan de la vida, en nuestras obsesionadas búsquedas de seguridad y en desmedidas ambiciones capaces de jugar con la dignidad ajena”, dijo.
Francisco recordó de nuevo el relato de la resurrección de Jesús y el sentimiento de sus discípulos ante su muerte.
“Podemos imaginar esos pasos, el típico paso de quien va al cementerio, paso cansado de confusión, paso debilitado de quien no se convence de que todo haya terminado de esa forma. Podemos imaginar sus rostros pálidos, bañados por las lágrimas y la pregunta: ¿cómo puede ser que el Amor esté muerto?”.
Pero por otro lado están las mujeres, “dos mujeres capaces de no evadirse, capaces de aguantar, de asumir la vida como se presenta y de resistir el sabor amargo de las injusticias. Y allí están, frente al sepulcro, entre el dolor y la incapacidad de resignarse, de aceptar que todo siempre tenga que terminar igual”.
El Pontífice afirmó que en el rostro de estas mujeres se puede ver reflejado el de otros:
“Tantas madres y abuelas, el rostro de niños y jóvenes que resisten el peso y el dolor de tanta injusticia inhumana” o el de “todos aquellos que caminando por la ciudad sienten el dolor de la miseria, el dolor por la explotación y la trata”.
“En ellas también vemos el rostro de aquellos que sufren el desprecio por ser inmigrantes, huérfanos de tierra, de casa, de familia; el rostro de aquellos que su mirada revela soledad y abandono por tener las manos demasiado arrugadas. Ellas son el rostro de mujeres, madres que lloran por ver cómo la vida de sus hijos queda sepultada bajo el peso de la corrupción, que quita derechos y rompe tantos anhelos, bajo el egoísmo cotidiano que crucifica y sepulta la esperanza de muchos, bajo la burocracia paralizante y estéril que no permite que las cosas cambien. Ellas, en su dolor, son el rostro de todos aquellos que, caminando por la ciudad, ven crucificada la dignidad”.
Francisco recordó que
todos llevamos dentro la promesa y la certeza “de la fidelidad de Dios”. “Pero también nuestros rostros hablan de heridas, hablan de tantas infidelidades, personales y ajenas, hablan de nuestros intentos y luchas fallidas”.
En la homilía, el Papa advirtió que a veces
“casi sin darnos cuenta, podemos acostumbrarnos a convivir con el sepulcro, a convivir con la frustración. Más aún, podemos llegar a convencernos de que esa es la ley de la vida, anestesiándonos con desahogos que lo único que logran es apagar la esperanza que Dios puso en nuestras manos”.
Así son, tantas veces, nuestros pasos, así es nuestro andar, como el de estas mujeres, un andar entre el anhelo de Dios y una triste resignación. No sólo muere el Maestro, con él muere nuestra esperanza. Sin embargo, “el latir del Resucitado se nos ofrece como don, como regalo, como horizonte. El latir del Resucitado es lo que se nos ha regalado, y se nos quiere seguir regalando como fuerza transformadora, como fermento de nueva humanidad”.
El Santo Padre invitó a los fieles a acudir con las mujeres al sepulcro y “anunciar la noticia”. “A todos esos lugares donde parece que el sepulcro ha tenido la última palabra, y donde parece que la muerte ha sido la única solución. Vayamos a anunciar, a compartir, a descubrir que es cierto: el Señor está vivo”.
TEXTO COMPLETO DE LA HOMILÍA DEL PAPA FRANCISCO. Domingo, 16 de abril de 2017.
«En la madrugada del sábado, al alborear el primer día de la semana, fueron María la Magdalena y la otra María a ver el sepulcro» (Mt 28,1). Podemos imaginar esos pasos…, el típico paso de quien va al cementerio, paso cansado de confusión, paso debilitado de quien no se convence de que todo haya terminado de esa forma… Podemos imaginar sus rostros pálidos… bañados por las lágrimas y la pregunta, ¿cómo puede ser que el Amor esté muerto?
A diferencia de los discípulos, ellas están ahí —como también acompañaron el último respiro de su Maestro en la cruz y luego a José de Arimatea a darle sepultura—; dos mujeres capaces de no evadirse, capaces de aguantar, de asumir la vida como se presenta y de resistir el sabor amargo de las injusticias. Y allí están, frente al sepulcro, entre el dolor y la incapacidad de resignarse, de aceptar que todo siempre tenga que terminar igual.
Y si hacemos un esfuerzo con nuestra imaginación, en el rostro de estas mujeres podemos encontrar los rostros de tantas madres y abuelas, el rostro de niños y jóvenes que resisten el peso y el dolor de tanta injusticia inhumana. Vemos reflejados en ellas el rostro de todos aquellos que caminando por la ciudad sienten el dolor de la miseria, el dolor por la explotación y la trata. En ellas también vemos el rostro de aquellos que sufren el desprecio por ser inmigrantes, huérfanos de tierra, de casa, de familia; el rostro de aquellos que su mirada revela soledad y abandono por tener las manos demasiado arrugadas. Ellas son el rostro de mujeres, madres que lloran por ver cómo la vida de sus hijos queda sepultada bajo el peso de la corrupción, que quita derechos y rompe tantos anhelos, bajo el egoísmo cotidiano que crucifica y sepulta la esperanza de muchos, bajo la burocracia paralizante y estéril que no permite que las cosas cambien. Ellas, en su dolor, son el rostro de todos aquellos que, caminando por la ciudad, ven crucificada la dignidad.
En el rostro de estas mujeres, están muchos rostros, quizás encontramos tu rostro y el mío. Como ellas, podemos sentir el impulso a caminar, a no conformarnos con que las cosas tengan que terminar así. Es verdad, llevamos dentro una promesa y la certeza de la fidelidad de Dios. Pero también nuestros rostros hablan de heridas, hablan de tantas infidelidades, personales y ajenas, hablan de nuestros intentos y luchas fallidas. Nuestro corazón sabe que las cosas pueden ser diferentes pero, casi sin darnos cuenta, podemos acostumbrarnos a convivir con el sepulcro, a convivir con la frustración. Más aún, podemos llegar a convencernos de que esa es la ley de la vida, anestesiándonos con desahogos que lo único que logran es apagar la esperanza que Dios puso en nuestras manos. Así son, tantas veces, nuestros pasos, así es nuestro andar, como el de estas mujeres, un andar entre el anhelo de Dios y una triste resignación. No sólo muere el Maestro, con él muere nuestra esperanza.
«De pronto tembló fuertemente la tierra» (Mt 28,2). De pronto, estas mujeres recibieron una sacudida, algo y alguien les movió el suelo. Alguien, una vez más salió, a su encuentro a decirles: «No teman», pero esta vez añadiendo: «Ha resucitado como lo había dicho» (Mt 28,6). Y tal es el anuncio que generación tras generación esta noche santa nos regala: No temamos hermanos, ha resucitado como lo había dicho. «La vida arrancada, destruida, aniquilada en la cruz ha despertado y vuelve a latir de nuevo» (cfr R. Guardini, El Señor). El latir del Resucitado se nos ofrece como don, como regalo, como horizonte. El latir del Resucitado es lo que se nos ha regalado, y se nos quiere seguir regalando como fuerza transformadora, como fermento de nueva humanidad. Con la Resurrección, Cristo no ha movido solamente la piedra del sepulcro, sino que quiere también hacer saltar todas las barreras que nos encierran en nuestros estériles pesimismos, en nuestros calculados mundos conceptuales que nos alejan de la vida, en nuestras obsesionadas búsquedas de seguridad y en desmedidas ambiciones capaces de jugar con la dignidad ajena.
Cuando el Sumo Sacerdote y los líderes religiosos en complicidad con los romanos habían creído que podían calcularlo todo, cuando habían creído que la última palabra estaba dicha y que les correspondía a ellos establecerla, Dios irrumpe para trastocar todos los criterios y ofrecer así una nueva posibilidad. Dios, una vez más, sale a nuestro encuentro para establecer y consolidar un nuevo tiempo, el tiempo de la misericordia. Esta es la promesa reservada desde siempre, esta es la sorpresa de Dios para su pueblo fiel: alégrate porque tu vida esconde un germen de resurrección, una oferta de vida esperando despertar
Y eso es lo que esta noche nos invita a anunciar: el latir del Resucitado, Cristo Vive. Y eso cambió el paso de María Magdalena y la otra María, eso es lo que las hace alejarse rápidamente y correr a dar la noticia (cf. Mt 28,8). Eso es lo que las hace volver sobre sus pasos y sobre sus miradas. Vuelven a la ciudad a encontrarse con los otros.
Así como ingresamos con ellas al sepulcro, los invito a que vayamos con ellas, que volvamos a la ciudad, que volvamos sobre nuestros pasos, sobre nuestras miradas. Vayamos con ellas a anunciar la noticia, vayamos… a todos esos lugares donde parece que el sepulcro ha tenido la última palabra, y donde parece que la muerte ha sido la única solución. Vayamos a anunciar, a compartir, a descubrir que es cierto: el Señor está Vivo. Vivo y queriendo resucitar en tantos rostros que han sepultado la esperanza, que han sepultado los sueños, que han sepultado la dignidad. Y si no somos capaces de dejar que el Espíritu nos conduzca por este camino, entonces no somos cristianos.
Vayamos y dejémonos sorprender por este amanecer diferente, dejémonos sorprender por la novedad que sólo Cristo puede dar. Dejemos que su ternura y amor nos muevan el suelo, dejemos que su latir transforme nuestro débil palpitar.
¿SÁBADO O DOMINGO? ¿CUAL ES EL DÍA DEL SEÑOR?. Padre Jordi Rivero
EL DOMINGO ES EL DÍA DE LA RESURRECCIÓN DE CRISTO. LOS CATÓLICOS LOS CELEBRAMOS CON LA SANTA MISA Y CUMPLIMOS CON EL TERCER MANDAMIENTO DEL DECÁLOGO.
Desde el tiempo del Nuevo Testamento (tiempos Apostólicos), el domingo remplazó al sábado judío como día dedicado al Señor para darle culto y descansar de las labores.
La Iglesia católica no "cambia la Biblia", como dicen algunas sectas que se aferran al sábado.
ES UN HECHO HISTÓRICO QUE DESDE EL PRINCIPIO (DESDE EL SIGLO I) LOS CRISTIANOS CELEBRAN EL DÍA DEL SEÑOR EL DOMINGO. LA IGLESIA ES FIEL A LA DOCTRINA DE LOS APÓSTOLES.
No fue hasta la época moderna que algunas sectas, desconociendo la realidad histórica, se revirtieron a la práctica judía de celebrar el sábado en vez del domingo.
EVIDENCIA BÍBLICA
-"El primer día de la semana, estando nosotros reunidos para la fracción del pan" -Hechos 20,7.
EL "PRIMER DÍA DE LA SEMANA" ES EL DOMINGO
Evidencia de los Padres Apostólicos: Estos vivieron en los dos primeros siglos y son testigos de la fe y la práctica de la Iglesia recibida de los Apóstoles.
Los que vivían según el orden de cosas antiguo han pasado a la nueva esperanza, no observando ya el sábado, sino el día del Señor, en el que nuestra vida es bendecida por El y por su muerte. -S. Ignacio de Antioquía, Magn. 9,1
San Ignacio de Antioquía |
Icono que representa a Ignacio devorado por las fieras. |
Padre de la Iglesia, obispo, mártir |
Nace | c. 35 |
Fallece | entre el año 98 y el 110
Roma |
Principal Santuario | Basílica de San Clemente de Letrán, Roma, Italia |
Festividad |
|
Atributos | Cadenas y leones |
Y nos reunimos todos el día del sol, primero porque en este día, que es el primero de la creación, cuando Dios empezó a obrar sobre las tinieblas y la materia; y también porque es el día en que Jesucristo, nuestro Salvador, resucitó de entre los muertos.
RAZÓN POR CELEBRAR EL DOMINGO COMO DÍA DEL SEÑOR
La transferencia del día del Señor del sábado, séptimo día, al domingo (día primero de la semana) ocurrió en tiempo de los apóstoles (ver arriba) con motivo de la resurrección de Jesucristo. El domingo Cristo resucita, vence la muerte y completa la obra redentora. Si bien el séptimo día (sábado) Dios "descansó" al fin de la creación, el domingo es el día en que todo es re-creado en Jesucristo. Ahora es posible el culto a Dios en espíritu y en verdad.
Además, el domingo es el día de Pentecostés, en que estaban reunidos los Apóstoles con María Santísima en oración y se derramó el Espíritu Santo.
AL CELEBRAR EL DOMINGO SOMOS FIELES A JESUCRISTO. EL NO VINO A ABOLIR EL ANTIGUO TESTAMENTO SINO A DARLE CUMPLIMIENTO CON SU MUERTE Y RESURRECCIÓN.
Todo se cumple en El. Vemos en muchos textos como Jesucristo, para dar cumplimiento, presenta la ley antigua en una nueva forma que sorprende a sus oyentes por su novedad y exigencia. La ley queda perfeccionada en Cristo. Por ejemplo, Jesús dice en Mateo 5,27
"Habéis oído que se dijo: "No cometerás adulterio." Pues yo os digo: Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón.".
Jesús no está "cambiando la Biblia" sino revelando un sentido mas profundo que solo podía conocerse por su enseñanza y por la gracia del Espíritu que El nos da.
EL ANTIGUO Y EL NUEVO TEMPLO; ANTIGUOS CORDEROS Y EL CORDERO.
Los judíos iban a la sinagoga o al Templo el sábado. Es imposible continuar celebrando el culto del sábado según el Antiguo Testamento. Aquel se centraba en el Templo de Jerusalén, el cual fue destruido por los romanos en 70 A.D. Tampoco hay ya sacrificio de animales como requería la antigua alianza. Todo eso encuentra su cumplimiento en Cristo. El mismo es el Nuevo Templo, y el Cordero del Sacrificio y el Sacerdote Eterno.
JESÚS DIJO «DESTRUID ESTE SANTUARIO Y EN TRES DÍAS LO LEVANTARÉ.» -Juan 2,19.
Muchos lo entendieron en forma literal y se escandalizaron de Jesús. Pero Jesús hablaba del Nuevo Templo que es Su propio Cuerpo, que resucitaría al tercer día: El domingo. El Templo de Jerusalén fue destruido pero Cristo resucitado es el Nuevo Templo que jamás será destruido. Por el bautismo los cristianos nos unimos a Cristo para ser miembros de su Cuerpo Místico, Nuevo Templo que es la Iglesia. Los cristianos somos, en Cristo, templo espiritual y como tal nos reunimos para celebrar la Santa Misa el domingo, el nuevo día del Señor.
ES EVIDENTE QUE JESÚS PREPARÓ A SUS DISCÍPULOS PARA UN NUEVO ENTENDIMIENTO DEL "DÍA DEL SEÑOR".
- Nadie cose un remiendo de paño sin tundir en un vestido viejo, pues de otro modo, lo añadido tira de él, el paño nuevo del viejo, y se produce un desgarrón peor.
- Nadie echa tampoco vino nuevo en pellejos viejos; de otro modo, el vino reventaría los pellejos y se echaría a perder tanto el vino como los pellejos: sino que el vino nuevo, en pellejos nuevos.
- Y sucedió que un sábado, cruzaba Jesús por los sembrados, y sus discípulos empezaron a abrir camino arrancando espigas. Decíanle los fariseos: «Mira ¿por qué hacen en sábado lo que no es lícito?» El les dice: «¿Nunca habéis leído lo que hizo David cuando tuvo necesidad, y él y los que le acompañaban sintieron hambre, cómo entró en la Casa de Dios, en tiempos del Sumo Sacerdote Abiatar, y comió los panes de la presencia, que sólo a los sacerdotes es lícito comer, y dio también a los que estaban con él?» Y les dijo: «El sábado ha sido instituido para el hombre y no el hombre para el sábado. De suerte que el Hijo del Hombre también es Señor del sábado.» (Mc 2,21-28)
- Jesús se presentó a los Apóstoles el domingo de Resurrección y ellos le adoraron.
LOS CRISTIANOS LE DAMOS A DIOS PADRE EL CULTO MAS PERFECTO
El mismo Jesucristo que se ofrece y nosotros nos ofrecemos al Padre POR Cristo, Con El y En El.
Algunas sectas fundadas en EE.UU. hace poco mas de un siglo se han revertido al Sábado. No entienden lo arriba mencionado, en gran parte porque carecen de conocimiento histórico del cristianismo y la interpretación bíblica de los Padres. Para entender la Biblia hay que situarse con la Iglesia en la mente de Cristo que interpreta el Antiguo Testamento de una forma nueva y sin embargo mas fiel. Pero antes de discutir sobre cual es el día del Señor hay que recordar lo mas importante de ese día:
La Santa Misa, la cual es el culto mas perfecto que le ofrecemos a Dios. ¿De qué vale pelear por el día del culto si ni siquiera se acepta el culto mismo?
JUAN PABLO II TRATA EL TEMA DEL DÍA DEL SEÑOR EN PROFUNDIDAD EN SU ENCÍCLICA "DIES DOMINI".
El #59
Este aspecto festivo del domingo cristiano pone de relieve de modo especial la dimensión de la observancia del sábado veterotestamentario. En el día del Señor, que el Antiguo Testamento vincula a la creación (cf. Gn 2, 1-3; Ex 20, 8-11) y del Éxodo (cf. Dt 5, 12-15), el cristiano está llamado a anunciar la nueva creación y la nueva alianza realizadas en el misterio pascual de Cristo. La celebración de la creación, lejos de ser anulada, es profundizada en una visión cristocéntrica, o sea, a la luz del designio divino de «hacer que todo tenga a Cristo por Cabeza, lo que está en los cielos y lo que está en la tierra» (Ef 1,10). A su vez, se da pleno sentido también al memorial de la liberación llevada a cabo en el Éxodo, que se convierte en memorial de la redención universal realizada por Cristo muerto y resucitado.
El domingo, pues, más que una «sustitución» del sábado, es su realización perfecta, y en cierto modo su expansión y su expresión más plena, en el camino de la historia de la salvación, que tiene su culmen en Cristo.
Fuente:
http://www.corazones.org/biblia_y_liturgia/textos_bib_liturgia/domingos_a/pascua_a/dom_resurrec_a.htm
http://www.corazones.org/biblia_y_liturgia/temporadas/semana_santa/domingo_resurreccion.htm
http://www.corazones.org/apologetica/sabado.htm
http://www.corazones.org/biblia_y_liturgia/temporadas/pascua/a_pascua.htm
http://es.catholic.net/op/articulos/18277/domingo-de-resurreccin.html
http://www.religionenlibertad.com/advertencia-del-papa-somos-capaces-anunciar-que--56217.htm
http://forosdelavirgen.org/622/domingo-de-resurreccion-domingo-de-semana-santa/
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