El baptisterio de Florencia es octogonal
En la antigüedad los baptisterios se construían con planta octogonal.
¿Por qué?
Es muy sencillo. Se quería significar la nueva Creación que se inaguró a partir de la Resurrección de Jesucristo.
El resucitado vive ya en su cuerpo una vida gloriosa, la misma vida de la que nos hace partícipes a todos cuantos hemos renacido como criaturas nuevas en las aguas del Bautismo.
En la antigüedad se quiso expresar esta realidad mediante los edificios octogonales.
El octavo día es el nombre que recibe el Domingo de la Resurrección de Cristo.
En un domingo, Dios inició la Creación y en un sábado descansó.
Ahora, el siguiente día corresponde a una nueva semana. Es un domingo perpetuo. En realidad, ese Día tuvo su comienzo en la mañana en que Cristo resucitó y no terminará nunca o en todo caso, de terminar, lo haría en el último día de la historia, cuando Jesús venga definitivamente para llevarnos a su Reino.
En ese último día del tiempo, se consumarán todas las cosas en Cristo.
Los cristianos vivimos la alegría del octavo día, el Día del Señor. Seguimos sus pasos para identificarnos con Él. Vivimos bajo su luz que ilumina nuestra entera existencia y sabemos que nunca más volverán las tinieblas de la noche, pues "en esperanza hemos sido salvados".
Puerta del paraíso, recientemente restaurada
La puerta norte del Baptisterio recibe el nombre de "Puerta del Paraíso" porque, al parecer, el mismo Miguel Ángel exclamó al verla:
“Es tan bella que tendría que estar colocada en la puerta del paraíso”.
Publicado por Joan Carrerashttp://nosponemosencamino.blogspot.com.ar/2012/11/el-octavo-dia.html?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed:+NosPonemosEnCamino+(+++++Nos+ponemos+en+camino)
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