San Francisco de Borja ante el cadáver de la emperatriz Isabel, óleo de Mariano Salvador Maella (1739-1819), pintado en el año 1787. Vestido de caballero de la orden de Santiago, levanta el paño que cubre el rostro y las manos de la difunta y siente la llamada de Dios para abandonar las vanidades del mundo.
Capilla de San Francisco de Borja - Valencia
SAN FRANCISCO DE BORJA S.J. (1510 - 1572)
Francisco de Borja y Aragón,
S.J., también conocido como San Francisco de Borja
1 (
Gandía,
Valencia,
España,
28 de octubre de
1510-
Roma,
Estados Pontificios,
30 de septiembre de
1572)
2 fue III
General de la Compañía de Jesús, IV
duque de Gandía, I
marqués de Lombay,
Grande de España y
Virrey de Cataluña.
San Francisco de Borja
Fue hijo de
Juan de Borja y Enríquez de Luna,
III duque de Gandía, y de Juana de Aragón y Gurrea,
3 hija natural de
Alonso de Aragón, virrey de Aragón, hijo ilegítimo del rey
Fernando II de Aragón,
4 y de Ana de Gurrea, vizcondesa de Evol. Por parte de su padre, era bisnieto del papa
Alejandro VI.
4
Descendiente de realeza, Duque de Gandía, gobernador, virrey de Cataluña, consejero del emperador Carlos I de España y V de Alemania, padre de familia, viudo y sacerdote, tercer superior general de la Compañía de Jesús.
La conversión del duque de Gandía, por José Moreno Carbonero (1884), Museo del Prado.
«Ante el cadáver de una emperatriz, este gran jesuita con numerosos títulos nobiliarios, que también fue ejemplar esposo y padre, comprendió la futilidad de la vida y se convirtió. Fue el tercer prepósito general de la Orden»
San Francisco de Borja. Atribuido a Luis Salvador Carmona. Siglo XVIII. San Andrés. Zamor
" ¡No serviré nunca más a un señor que pudiese morir!"
Francisco de Borja nació en Gandía (Valencia), en 1510. Gran privado del emperador Carlos V y caballerizo de la emperatriz Isabel, vivió ejemplarmente en palacio. La vista del cadáver de la emperatriz lo impulsó a despreciar las vanidades de la corte. Fue virrey de Cataluña y duque de Gandía. Después de la muerte de su esposa, en 1546, que acabó de desligarlo del mundo, entró en la Compañía de Jesús, de la que llegó a ser superior general. Se distinguió, sobre todo, por su profunda humildad. Dio gran impulso a las misiones. Murió en Roma el 1 de octubre de 1572. Fue canonizado en 1671.
San Francisco de Borja - ya sacerdote jesuita - asistiendo a un moribundo impenitente. La sangre de Cristo protege al pecador de los demonios que esperan llevarse su alma, óleo de Francisco de Goya (1746-1828). Pintado en el año 1788.
Capilla de San Francisco de Borja - Valencia
De una carta de san Francisco de Borja, presbítero, al beato Pedro Fabro
La familia Borja, era una de las más célebres del reino de Aragón, España. Alcanzó fama mundial cuando
Alfonso Borja fue elegido Papa con el nombre de
Calixto III. A fines del mismo siglo, hubo otro
Papa Borja, Alejandro VI, quien tenía cuatro hijos cuando fue elevado al Pontificado.
La popular figura de Francisco de Borja (Gandía, 1510 – Roma, 1572) con una calavera en la mano ha sido durante generaciones el símbolo de la renuncia al mundo para abrazar el Evangelio.
La determinación hacia Jesús lo desposeyó de su “escalada” (brillante carrera, tantísimas propiedades nobiliarias, un universo de posibilidades).
Para dotar a su hijo Pedro, compró el ducado de Gandía, (en Valencia, España). Pedro, a su vez lo legó a su hijo Juan, quien fue asesinado poco después de su matrimonio. Su hijo, el tercer duque de Gandía, se casó con la hija natural de un hijo de Fernando V de Aragón.
De este matrimonio nació el 28 de octubre de 1510 Francisco de Borja y Aragón, nuestro santo, quien era nieto de un Papa (Alejandro VI) y de un rey (Fernando) y además, primo del emperador Carlos V.
San Francisco de Borja despidiéndose de sus familiares en su palacio de Gandía para ingresar en la compañía de Jesús, óleo de Francisco de Goya. Pintado en el año 1788.
Capilla de San Francisco de Borja - Valencia
Una vez que hubo terminado sus estudios, a los dieciocho años,
Francisco de Borja ingresó en la corte de este último. Por entonces, ocurrió un incidente cuya importancia no había de verse sino más tarde. En Alcalá de Henares,
Francisco de Borja quedó muy impresionado a la vista de un hombre a quien se conducía a la prisión de la Inquisición: ese hombre era
San Ignacio de Loyola.
Francisco Rizi: San Francisco de Borja, iglesia del Colegio Imperial, Madrid, 1658. Fecha14 de julio de 2009. Fuente Trabajo propio Autor: Enrique Cordero
PADRE, FE, FAMILIA Y VIRREY DE CATALUÑA (San Francisco de Borja)
Se casó a los 19 años con Leonor de Castro y tuvo ocho hijos. Al año siguiente recibió del emperador el título de
marqués de Lombay. A los 29 años, Carlos V le nombró virrey de Cataluña (1539-1543), cuya capital es Barcelona. Años después,
Francisco de Borja solía decir:
"Dios me preparó en ese cargo para ser general de la Compañía de Jesús. Ahí aprendí a tomar decisiones importantes, a mediar en las disputas, a considerar las cuestiones desde los dos puntos de vista. Si no hubiese sido virrey, nunca lo hubiese aprendido".
San Francisco de Borja
En el ejercicio de su cargo consagraba a la oración todo el tiempo que le dejaban libres los negocios públicos y los asuntos de su familia. Los personajes de la corte comentaban desfavorablemente la frecuencia con que comulgaba, ya que prevalecía entonces la idea, muy diferente de la de los primeros cristianos, de que un laico envuelto en los negocios del mundo cometía un pecado de presunción si recibía con demasiada frecuencia el sacramento del Cuerpo de Cristo. En una palabra,
el virrey de Cataluña (San Francisco de Borja)
"veía con otros ojos y oía con otras orejas que antes; hablaba con otra lengua, porque su corazón había cambiado."
San Francisco de Borja
En Barcelona se encontró con
San Pedro de Alcántara y con el
jesuita Pierre Favre. Este último encuentro, veremos después, fue decisivo para Francisco .
FRANCISCO ERA UN MODELO DE HOMBRE CRISTIANO
En 1543, a la muerte de su padre, heredó el ducado de Gandía. Como el rey Juan de Portugal se negó a aceptarle como principal personaje de la corte de Felipe II, quien iba a contraer matrimonio con su hija,
Francisco renunció al virreinato y se retiró con su familia a Gandía. Ello constituyó un duro golpe, para su carrera pública, y desde entonces el duque empezó a preocuparse más de sus asuntos personales.
San Francisco de Borja
En efecto,
fortificó la ciudad de Gandía para protegerla contra los piratas berberiscos,
construyó un convento de dominicos en Lombay y
reparó un hospital. Por entonces, el obispo de Cartagena escribió a un amigo suyo:
"Durante mi reciente estancia en Gandía pude darme cuenta de que Don Francisco es un modelo de duques y un espejo de caballeros cristianos. Es un hombre humilde y verdaderamente bueno, un hombre de Dios en todo el sentido de la palabra... Educa a sus hijos con un esmero extraordinario y se preocupa mucho por su servidumbre. Nada le agrada tanto como la compañía de los sacerdotes y religiosos..."
Capilla de San Francisco de Borja - Valencia
Estilo neoclásico (siglo XVIII). Arquitectos: Antonio Gilabert y Lorenzo Martínez
EL ENCUENTRO CON LA MUERTE LE DA NUEVA VIDA
He aquí la historia:
El mismo año que fue nombrado Virrey de Cataluña, Francisco recibió la misión de conducir a la sepultura real de Granada los restos mortales de la emperatriz Isabel. El la había visto muchas veces rodeada de aduladores y de todas las riquezas de la corte. Al abrir el ataúd para reconocer el cuerpo, la cara de la difunta estaba ya en proceso de descomposición. Francisco entonces tomó su famosa resolución:
«¡no servir nunca más a un señor que pudiese morir!"»
Comprendió profundamente la caducidad de la vida terrena.
Algunos años más tarde, estando enferma su esposa, pidió a Dios su curación y una voz celestial le dijo:
«Tú puedes escoger para tu esposa la vida o la muerte, pero si tú prefieres la vida, ésta no será ni para tu beneficio ni para el suyo.» Derramando lágrimas, respondió: «Que se haga vuestra voluntad y no la mía.»
La muerte de Doña Leonor, su esposa, ocurrida en 1546 fue un gran dolor para Francisco. El más joven de sus ocho hijos tenía apenas ocho años cuando murió Doña Leonor.
El mismo año, el San Pedro Fabro, SJ se detuvo unos días en Gandía y Francisco hizo los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola. El 2 de Junio hizo los votos de castidad, de obediencia y de entrar en la Compañía de Jesús. San Pedro Fabro, SJ partió de ahí a Roma, llevando un mensaje del duque a San Ignacio, comunicando al fundador de la Compañía de Jesús que había hecho voto de ingresar en la orden. San Ignacio se alegró mucho de la noticia; sin embargo, aconsejó al duque que difiriese la ejecución de sus proyectos hasta que terminase la educación de sus hijos y que, mientras tanto, tratase de obtener el grado de doctor en teología en la Universidad de Gandía, que acababa de fundar. También le aconsejaba que no divulgase su propósito, pues "el mundo no tiene orejas para oír tal estruendo."
Detalle de San Francisco de Borja, por Alonso Cano. Año 1624 Sala IV
Francisco de Borja obedeció puntualmente. Pero al año siguiente, fue convocado a asistir a las cortes de Aragón, lo cual estorbaba el cumplimiento de sus propósitos. En vista de ello, San Ignacio de Loyola le dio permiso de que hiciese en privado la profesión. Tres años después, el 31 de agosto de 1550, cuando todos los hijos del duque estaban ya colocados, partió éste para Roma, se encontró con San Ignacio de Loyola y, después de renunciar al ducado de Gandía, ingresó en la Compañía de Jesús a la edad de treinta y nueve.
San Francisco de Borja
Cuatro meses más tarde, volvió a España y se retiró a una ermita de Oñate, en las cercanías de Loyola. Desde ahí obtuvo el permiso del emperador para traspasar sus títulos y posesiones a su hijo Carlos. En seguida se rasuró la cabeza y la barba, tomó el hábito clerical, y recibió la ordenación sacerdotal en la semana de Pentecostés, el 26 de mayo de 1551. "El duque que se había hecho jesuita se convirtió en la sensación de la época.
San Francisco de Borja
El Papa concedió indulgencia plenaria a cuantos asistiesen a su primera misa en Vergara, y la multitud que congregó fue tan grande que hubo que poner el altar al aire libre.
Su propósito de renunciar a los honores se vio también probado en la vida religiosa. Carlos V lo propuso como cardenal, pero Francisco de Borja no aceptó.
San Francisco de Borja
Los superiores de la casa de Oñate le nombraron ayudante del cocinero: su oficio consistía en acarrear agua y leña, en encender la estufa y limpiar la cocina. Cuando atendía a la mesa y cometía algún error el santo duque tenía que pedir perdón de rodillas a la comunidad por servirla con torpeza.
Inmediatamente después de su ordenación, empezó a predicar en la provincia de Guipúzcoa y recorría los pueblos haciendo sonar una campanilla para llamar a los niños al catecismo y a los adultos a la instrucción.
San Francisco de Borja
Por su parte, el superior de Francisco le trataba con la severidad que le parecía exigir la nobleza del duque. Indudablemente que el santo sufrió mucho en aquella época, pero jamás dio la menor muestra de impaciencia.
En cierta ocasión en que se había abierto una herida en la cabeza, el médico le dijo al vendársela: "Temo, señor que voy a hacer algún daño a vuestra gracia". Francisco de Borja respondió:
"Nada puede herirme más que ese tratamiento de dignidad que me dais".
San Francisco de Borja
Después de su conversión, el duque empezó a practicar penitencias extraordinarias; era un hombre muy gordo, pero su talle empezó a estrecharse rápidamente. Aunque sus superiores pusieron coto a sus excesos, San Francisco de Borja se las ingeniaba para inventar nuevas penitencias. Más tarde, admitía que, sobre todo antes de ingresar en la Compañía de Jesús, había mortificado su cuerpo con demasiada severidad
San Francisco de Borja
Durante algunos meses predicó fuera de Oñate. El éxito de su predicación fue inmenso. Numerosas personas le tomaron por director espiritual. Él fue de los primeros en reconocer el valor grandísimo de Santa Teresa de Jesús. Después de obrar maravillas en Castilla y Andalucía, se sobrepasó a sí mismo en Portugal.
San Francisco de Borja. Parroquia de los Jesuítas - Barcelona.
SAN IGNACIO LE DA EL CARGO DE PROVINCIAL
San Ignacio de Loyola le nombró provincial de la Compañía de Jesús en España. San Francisco de Borja dio muestras de su celo y, en toda ocasión expresaba su esperanza de que la Compañía de Jesús se distinguiese en el servicio de Dios por tres normas:
- la oración y los sacramentos,
- la oposición a la mentalidad del mundo
- y la perfecta obediencia. Esas eran las características del alma del santo.
Dios utilizó a San Francisco de Borja para establecer la nueva orden en España. Fundó una multitud de casas y colegios durante sus años de general. Ello no le impedía, sin embargo, preocuparse por su familia y por los asuntos de España. Por ejemplo, dulcificó los últimos momentos de Juana la Loca, quien había perdido la razón cincuenta años antes, a raíz de la muerte de su esposo y, desde entonces, había experimentado una extraña aversión por el clero.
San Francisco de Borja
Al año siguiente, poco después de la muerte de San Ignacio de Loyola, Carlos V abdicó, se enclaustró en el monasterio de Yuste y mandó llamar a San Francisco de Borja. El emperador nunca había sentido predilección por la Compañía de Jesús y declaró al santo que no estaba contento de que hubiese escogido esa orden. Éste confesó los motivos por los que se había hecho jesuita y afirmó que Dios le había llamado a un estado el que se uniese la acción a la contemplación y en el que se viese libre de dignidades que le habían acosado en el mundo.
Aclaró que, por cierto la Compañía de Jesús era una orden nueva, pero el fervor de sus miembros valía más que la antigüedad, ya que "la antigüedad no es una garantía de fervor". Con eso quedaron disipados los prejuicios de Carlos V.
San Francisco de Borja
LO ELIGEN SUPERIOR GENERAL Y DESEMPEÑA UNA GRAN LABOR
San Francisco no era partidario de la Inquisición y este tribunal no le veía con buenos ojos, por lo que Felipe II tuvo que escuchar más de una vez las calumnias que los envidiosos levantaban contra el santo duque. Éste permaneció en Portugal hasta 1561, cuando el Papa Pío IV le llamó a Roma a instancias del P. Laínez, general de los jesuitas.
San Francisco de Borja
En Roma se le acogió cordialmente. Entre los que asistían regularmente a sus sermones se contaban el cardenal Carlos Borromeo y el cardenal Ghislieri, quien más tarde fue Papa con el nombre de Pío V. Ahí se interiorizó más de los asuntos de la Compañía y empezó a desempeñar cargos de importancia. En 1566, a la muerte del P. Laínez, fue elegido general, cargo que ejerció hasta su muerte.
San Francisco de Borja
Durante los siete años que desempeñó ese oficio, dio tal ímpetu a su orden en todo el mundo, que puede llamársele el segundo fundador. El celo con que propagó las misiones y la evangelización del mundo pagano inmortalizó su nombre. Y no se mostró menos diligente en la distribución de sus súbditos en Europa para colaborar a la reforma de las costumbres. Su primer cuidado fue establecer un noviciado regular en Roma y ordenar que se hiciese otro tanto en las diferentes provincias.
Durante su primera visita a la Ciudad Eterna, quince años antes, se había interesado mucho en el proyecto de fundación del Colegio Romano y había regalado una generosa suma para ponerlo en práctica.
San Francisco de Borja
Como general de la Compañía, se ocupó personalmente de dirigir el Colegio y de precisar el programa de estudios. Prácticamente fue él, quien fundó el Colegio Romano, aunque siempre rehusó el título de fundador, que se da ordinariamente a Gregorio XIII, quien lo restableció con el nombre de Universidad Gregoriana.
San Francisco construyó la iglesia de San Andrés del Quirinal y fundó el noviciado en la residencia contigua; además, empezó a construir el Gesu y amplió el Colegio Germánico, en el que se preparaban los misioneros destinados a predicar en aquellas regiones del norte de Europa en las que el protestantismo había hecho estragos.
San Pío V tenía mucha confianza en la Compañía de Jesús y gran admiración por su general, de suerte que San Francisco de Borja podía moverse con gran libertad. A él se debe la extensión de la Compañía de Jesús más allá de los Alpes, así como el establecimiento de la provincia de Polonia. Valiéndose de su influencia en la corte de Francia, consiguió que los jesuitas fuesen bien recibidos en ese país y fundasen varios colegios. Por otra parte reformó las misiones de la India, las del Extremo Oriente y dio comienzo a las misiones de América.
Borja abraza al joven príncipe Felipe en el funeral de la Emperatriz Isabel
Entre su obra legislativa hay que contar una nueva edición de las reglas de la Compañía y una serie de directivas para los jesuitas dedicados a trabajos particulares. A pesar del extraordinario trabajo que desempeñó durante sus siete años de generalato, jamás se desvió un ápice de la meta que se había fijado, ni descuidó su vida interior.
Un siglo más tarde escribió el P. Verjus:
"Se puede decir con verdad que la Compañía debe a San Francisco de Borja su forma característica y su perfección. San Ignacio de Loyola proyectó el edificio y echó los cimientos; el P. Laínez construyó los muros; San Francisco de Borja techó el edificio y arregló el interior y, de esta suerte, concluyó la gran obra que Dios había revelado a San Ignacio".
San Francisco de Borja
No obstante sus muchas ocupaciones, San Francisco encontraba tiempo todavía para encargarse de otros asuntos. Por ejemplo, cuando la peste causó estragos en Roma,1566, el santo reunió limosnas para asistir a los pobres y envió a sus súbditos, por parejas, a cuidar a los enfermos de la ciudad, no obstante el peligro al que los exponía.
Se le ofreció el cargo de cardenal y tenía posibilidades de llegar a ser Papa, pero no lo aceptó.
Lámina Giclée Arte Fino San Ignacio Y San Francisco De Borja Contemplando Una Alegoría De La Eucaristía - Óleo De Juan De Valdés Lea
En 1571, el Papa envió al cardenal Bonelli con una embajada a España, Portugal y Francia, y San Francisco de Borja le acompañó. Aunque la embajada fue un fracaso desde el punto de vista político, constituyó un triunfo personal de Francisco. En todas partes se reunían multitudes para "ver al santo duque" y oírle predicar; Felipe II, olvidando las antiguas animosidades, le recibió tan cordialmente como sus súbditos.
San Francisco de Borja says goodbye to his family - Francisco De Goya
Pero la fatiga del viaje apresuró el fin de San Francisco. Su primo el duque Alfonso, alarmado por el estado de su salud, le envió desde Ferrara a Roma en una litera. Sólo le quedaban ya dos días de vida. Por intermedio de su hermano Tomás, San Francisco envió sus bendiciones a cada uno sus hijos y nietos y, a medida que su hermano le repetía los nombres de cada uno, oraba por ellos.
Francisco de Borja delante del féretro de Isabel de Portugal". Jean Paul Laurens (1876)
Tenía una profunda devoción a la Eucaristía y a la Virgen Santísima. Gravemente enfermo, cuando solo le quedaban dos días de vida, quiso visitar el Santuario Mariano de Loreto.
Cuando el santo perdió el habla, un pintor entró a retratarle. Al ver al pintor, San Francisco manifestó su desaprobación con la mirada y el gesto y no se dejó pintar. Murió a la media noche del 30 de septiembre de 1572. Según la expresión del P. Brodrick fue
"uno de los hombres más buenos, amables y nobles que había pisado nuestro pobre mundo."
San Francisco de Borja: ingreso en la Compañia de
Jesús. Catedral de Valencia - España
LA HUMILDAD
Desde el momento de su "conversión", San Francisco de Borja, canonizado en 1671, cayó en la cuenta de la importancia y de la dificultad de alcanzar la verdadera humildad y se impuso toda clase de humillaciones a los ojos de Dios y de los hombres. Cierto día, en Valladolid, donde el pueblo recibió al santo en triunfo, el P. Bustamante observó que Francisco se mostraba todavía más humilde que de ordinario y le preguntó la razón de su actitud. El replicó:
"Esta mañana, durante la meditación, caí en la cuenta de que mi verdadero sitio está en el infierno y tengo la impresión de que todos los hombres, aun los más tontos, deberían gritarme: ‘¡Ve a ocupar tu sitio en el infierno!’".
San Ignacio Haciendo penitencia en la Cueva de Manresa / Juan De Valdés Leal
Un día confesó a los novicios que, durante los seis años que llevaba meditando la vida de Cristo, se había puesto siempre en espíritu a los pies de Judas; pero que recientemente había caído en la cuenta de que Cristo había lavado los pies del traidor y por ese motivo ya no se sentía digno de acercarse ni siquiera a Judas.
San Francisco de Borja en Granada. Salvador Maella. Catedral de Valencia.
Francisco no se dejó engañar por el mundo. Sabiéndose nada confió todo en Jesucristo y logró la santidad.
Su fallecimiento se produjo en Roma el 1 de octubre de 1572. Urbano VIII lo beatificó el 23 de noviembre de 1624. Clemente X lo canonizó el 12 de abril de 1671.
En mayo de 1931, su cuerpo, venerado en la casa religiosa de Madrid, fue quemado en el incendio que causaron los revolucionarios.
San Francisco de Borja - Santa Cueva - Iglesia Manresa, España
LA CONVERSIÓN DE SAN FRANCISCO DE BORJA
Sic transit gloria mundi. De esta manera San Pablo define la condición humana en una de sus epístolas: la gloria del mundo es transitoria.
San Francisco de Borja
El lienzo "Conversión del Duque de Gandía" del pintor José Moreno Carbonero (1884), recoge la escena, ambientada en la Capilla Real de Granada, donde se observa la reacción de Francisco de Borja y Aragón al abrirse -luego de varios días de viaje- el féretro y contemplar el cadáver putrefacto de la emperatriz, Isabel de Portugal, mujer de Carlos V, lo que produce un hondo efecto desalentador en Francisco de Borja, duque de Gandía, quien prácticamente cae derrumbado ante uno de sus caballeros.
Francisco de Borja, (1510-1572) Duque de Gandía, destacado miembro de la Corte de España, Marqués de Lombay, Grande de España y Virrey de Cataluña
Francisco había acompañado el cadáver durante su viaje hasta su destino final en Granada y debía certificar que correspondía efectivamente a la emperatriz.
El duque de Gandía descorre el velo que cubre el rostro de la emperatriz Isabel y mira horrorizado la putrefacción de la carne y exclama:
"Nunca más, nunca más servir a señor que se me pueda morir".
Francisco de Borja, como toda la Corte, estaba anteriormente cautivado por la belleza física y espiritual de Isabel de Portugal y sentía por ella una rendida devoción.
Isabel de Portugal, retratada porTiziano. La muerte de la emperatriz causó una impresión tan profunda en Francisco de Borja, que consideró esa fecha como la de su conversión.
Luego del incidente que se representa en la pintura de José Moreno, que le permitió al futuro santo comprender lo vano de toda gloria humana, solicitó permiso para dejar la vida pública y abandonar la Corte, pero Carlos V no accedió a sus deseos y, además, le nombró Virrey de Cataluña, cargo que desempeñó de 1539 a 1543. Ese año heredó el ducado de Gandía a la muerte de su padre.
El poderoso duque que se convirtió en humilde y santo sacerdote
La muerte de su esposa en 1546 le impulsó a ingresar en la Compañía de Jesús, con la que ya tenía contacto desde unos años antes. El 2 de junio de ese año hizo los votos de castidad y obediencia y solicitó a Ignacio de Loyola su admisión en la Compañía.
http://www.youtube.com/watch?v=kMBbQBL3RWw
Éste aceptó su proposición, pero le conminó a solucionar antes diversos asuntos familiares -alguno de sus hijos todavía era muy pequeño-, a realizar estudios de Teología en la Universidad de Gandía, que acababa de fundar, y a mantener en secreto, de momento, sus intenciones.
Autógrafo (firma) de San Francisco de Borja y Aragón, IV Duque de Gandía, como General de la Compañía de Jesús.
Así lo hizo Francisco de Borja y en 1550, acabados ya sus estudios, se despidió definitivamente de su familia y se trasladó a Roma, donde ingresó en la Compañía de Jesús tras renunciar al ducado de Gandía a favor de su primogénito Carlos. En sus inicios desarrollaba funciones muy simples: su oficio consistía en acarrear agua y leña, en encender la estufa y limpiar la cocina. Siempre se distinguió por su profunda humildad. Al año siguiente, en mayo de 1551, fue ordenado sacerdote.
San Francisco de Borja . Goya. Despedida en Gandía. Catedral de Valencia
Tras renunciar al Cardenalato al que había sido propuesto por Carlos V, se convirtió en director espiritual de la regente Juana de Portugal, reconfortó espiritualmente a doña Juana "la loca" en sus últimos momentos en Tordesillas, y realizó numerosas fundaciones, entre ellas el primer noviciado de la Compañía en España, en Simancas.
San Francisco de Borja
Dentro de la Compañía ocupó importantes cargos. En 1554 San Ignacio le nombró comisario general de la Compañía en España, y dos años más tarde le confió el cuidado de las misiones de las Indias Orientales y Occidentales, es decir, de todas las misiones de la Compañía a las que dio gran impulso. Posteriormente, se instaló en Roma, donde, en 1565, se convirtió en el tercer General de la Compañía de Jesús, cargo que ocupó hasta su muerte.
San Francisco de Borja fue prácticamente el fundador de la Compañía de Jesús en España, ya que estableció una multitud de casas y colegios durante sus años
En mayo de 1931, su cuerpo, venerado en la casa religiosa de Madrid, fue quemado en el incendio que causaron las milicias marxistas.
Tenía una profunda devoción a la Eucaristía y a la Virgen Santísima. Gravemente enfermo, cuando solo le quedaban dos días de vida, quiso visitar el Santuario Mariano de Loreto. Cuando el santo perdió el habla, un pintor entró a retratarle.
San Francisco de Borja
Al ver al pintor, San Francisco manifestó su desaprobación con la mirada y el gesto y no se dejó pintar. Murió a la media noche del 30 de septiembre de 1572. Según la expresión del P. Brodrick fue "uno de los hombres más buenos, amables y nobles que había pisado nuestro pobre mundo". Francisco de Borja fue beatificado en 1624 y canonizado en 1671.
Francisco no se dejó engañar por el mundo. Sabiéndose nada, confió todo en Jesucristo. Su conversión la determinó ver el cuerpo de Isabel de Portugal, mujer de Carlos V, en avanzado estado de descomposición, lo que le permitió comprender lo poco valiosa y fugaz que es la gloria humana. Fue el duque que renunció a riquezas y poder, y se convirtió en el humilde y santo sacerdote que sirvió a Dios, su Señor, esto es: al único Señor que por ser eterno no puede morir, como dijo ante el cuerpo corrupto de la que fuera una muy estimada y bellísima emperatriz.
MEDITACIÓN SOBRE TRES VIRTUDES DE SAN FRANCISCO DE BORJA
Los que usan del mundo vivan como si no usasen, porque la apariencia de este mundo pasa. (1 Corintios, 7, 31)
Goya, San Francisco con el moribundo. Catedral de Valencia
San Francisco, duque de Gandía, nacido en 1510, mereció ser llamado por Carlos Quinto el milagro de los príncipes por sus cualidades y virtudes. Después de haber vivido santamente en Colonia como capitán general y después en su principado, entró en 1545, después de cuatro años de viudez, en la Compañía de Jesús, de la que llegó a ser superior general a pesar de sus lágrimas. Sus admirables predicaciones hacían llorar a todos los asistentes. Rehusó el cardenalato y murió en 1572.
I. Este ilustre servidor de Dios permaneció humilde en medio de los honores. Tú no tienes las eminentes cualidades que distinguían a este gran santo, y, sin embargo, estás lleno de orgullo. Ello es porque no piensas, como él, que la figura de este mundo pasa. Despréndete de los bienes del mundo para no tener pena de abandonarlos en el momento de la muerte. Estemos preparados para todo acontecimiento, de modo de no sentir pena por lo que dejemos detrás. (Tertuliano).
II. Su austeridad y mortificación lucieron aun en de las delicias de la corte. Se armaba de un cilicio cada vez que debía encontrarse entre mujeres; ayunó durante dos años rigurosísimamente. Pero estas austeridades nada fueron comparadas a las que practicó después de su entrada en religión. ¿Esta conducta no es acaso la condenación de tu delicadeza? No te excuses alegando tus malos hábitos, tú puedes, tanto como él, corregirlos y adquirir otros buenos.
III. Tenía una devoción tan tierna que ni aun importantes asuntos que debía atender desviaban su pensamiento de Dios: su jornada era una oración continua. Cada mes elegía un santo como proyector especial; él fue quien introdujo en la Compañía de Jesús esta santa costumbre. ¿En qué punto te hallas tú acerca de la devoción? ¿De todas las épocas de tu vida diste siquiera una a Dios? ¡Has sido niño, adolescente, has llegado a la edad de la madurez y nunca has sido virtuoso! (San Clemente de Alejandría)
Referencias
Francisco de Borja y Aragón, S.J., también conocido como San Francisco de Borja
Fuente:
http://www.corazones.org/santos/francisco_borja.htm
http://www.catolicidad.com/2014/09/nunca-mas-servir-senor-que-se-me-pueda.html
http://www.oocities.org/ar/misa_tridentina04/oc/10.html
San Francisco de Borja, un claro ejemplo de conversión al renunciar a todos los honores y bienes terrenales, que en su persona y época eran realmente muchos, por ser de la corte de Carlos V, la mas poderosa de la tierra.
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ResponderBorrarSaludos desde España, Carlos Alberto.
ResponderBorrarHe leido con mucho interés el presente artículo, y ha llamado mi atención el cuadro que aparece al principio del mismo. Como se puede ver, el escudo que aparece en la esquina superior derecha es una combinación del escudo jesuita y el de los escolapios. ¿Podría decirme si conoce el nombre de la obra y su autor y el motivo de tal símbolo? Gracias de antemano, mi teniente coronel.
Mis disculpas pero desconozco las respuestas. He buscado pero no encuentro.
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