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"Soy un hombre de armas, un soldado, scout. Paradójicamente, al único de mi especie que admiro, empuñó solamente la palabra, su técnica fue la humildad, su táctica la paciencia y la estrategia que le dio su mayor victoria fue dejarse clavar en una cruz por aquellos que amaba".

“Espíritu Santo, inspírame lo que debo pensar, lo que debo decir, lo que debo callar, lo que debo escribir, lo que debo hacer, como debo obrar, para el bien de los hombres, de la iglesia y el triunfo de Jesucristo”.

Desde La Trinchera Del Buen Combate en Argentina. Un Abrazo en Dios y La Patria.

9 de junio de 2019

PENTECOSTÉS O DOMINGO DE PENTECOSTÉS (50 días después de Pascua) (Hch 2, 1-5) - EL DESCENSO DEL ESPÍRITU SANTO Y LA VIDA DE LOS PRIMEROS CRISTIANOS - DONES Y FRUTOS DEL ESPÍRITU SANTO (09 de Junio de 2019).

FIESTA CINCUENTA DÍAS DESPUÉS DE LA PASCUA (DOMINGO DE RESURRECCIÓN) Y QUE PONE TÉRMINO AL TIEMPO PASCUAL. DURANTE PENTECOSTÉS SE CELEBRA EL DESCENSO DEL ESPÍRITU SANTO. 

Se trata de una festividad cristiana que data del siglo primero.
https://www.youtube.com/watch?v=bMT1vTjCNkg
¿QUÉ ES PENTECOSTÉS? – LO EXPLICA BENEDICTO XVI
“La llama del Espíritu Santo arde pero no quema. Transforma para que salga la mejor parte y la más verdadera del hombre. Hace emerger su forma interior, su vocación a la verdad y al amor”. El Domingo de Pentecostés marca el último día de Pascua y conmemora el relato evangélico de la venida del Espíritu Santo sobre María y los apóstoles.
Señala la universalidad de la Iglesia

¿Qué es Pentecostés?
Benedicto XVI - (Pentecostés, 15 de mayo de 2005)
“La lectura de los Hechos de los Apóstoles narra cómo el Espíritu Santo, el día de Pentecostés, bajo los signos de un viento impetuoso y del fuego, irrumpe en la comunidad orante de los discípulos de Jesús y así da origen a la Iglesia”.
En ese momento los apóstoles comienzan su misión de anunciar la Palabra de Dios en toda lengua y lugar.
En muchos lugares del mundo se celebra la fiesta de Pentecostés en la noche del sábado con una vigilia. Benedicto XVI presidirá la Misa de Pentecostés en la basílica de San Pedro el domingo por la mañana.El Papa celebra Pentecostés y señala la universalidad de la Iglesia
En su homilía dijo que la Iglesia traspasa todas las fronteras y se refirió a ella como el hogar de la humanidad.
Benedicto XVI
“La Iglesia es por su naturaleza una y múltiple, destinada a vivir en todas las naciones, en todos los pueblos, y en los más diversos contextos sociales. Responde a su vocación, de ser signo e instrumento de unidad de todo el género humano, sólo si es autónoma de todo Estado y de toda cultura particular”.

El Papa destacó la universalidad de la Iglesia. Dijo que la Iglesia es y debe ser católica y universal. Algo que quedó patente después de escuchar los idiomas utilizados durante la celebración.
Chica
“¿Cómo es posible que cada uno de nosotros lo escuche en su lengua nativa?
Hombre
“El que no tiene el espíritu de Cristo no es de Cristo”.
Benedicto XVI concluyó su homilía añadiendo que los cristianos e iglesias deben estar en armonía con la Iglesia Católica. También dijo que la Iglesia sólo puede estar unida cuando recibe el fuego del Espíritu Santo.
Benedicto XVI
“La llama del Espíritu Santo arde perono quema. Transforma para que salga la mejor parte y la más verdadera del hombre. Hace emerger su forma interior, su vocación a la verdad y al amor”.
El Domingo de Pentecostés marca el último día de Pascua y conmemora el relato evangélico de la venida del Espíritu Santo sobre María y los apóstoles.
LA PROMESA DEL PARÁCLITO Y LA ELECCIÓN DE MATÍAS
La historia de la Iglesia cristiana comienza con el descenso del Espíritu Santo sobre los Apóstoles. Antes de su Ascensión al cielo, nuestro Señor Jesucristo mandó a sus apóstoles que no se apartasen de Jerusalén hasta ser revestidos de poder supremo desde lo alto. Esperando el cumplimiento de esta promesa del Señor, ellos después de rezar eligieron a Matías como el duodécimo Apóstol en lugar del traidor Judas; eligiendo al suplente de Judas, los Apóstoles condicionaron que el mismo debía ser testigo de la obra y Resurrección de Cristo.
En el quincuagésimo día después de la Pascua, en la festividad judía de Pentecostés, que coincidió con un domingo, los apóstoles se reunieron para rezar. Asimismo se encontraba presente junto a ellos la Madre de Dios y algunos otros cristianos, en total 120 personas
La Venida del Espíritu Santo (Pentecostés).
EL ESPÍRITU SANTO Y SU EFECTO EN LOS FIELES
Como a las 9 de la mañana de repente se oyó un ruido parecido al de un viento fuerte, y este sonido llenó la casa del monte Sión donde se hallaban los Apóstoles (el cenáculo de Sión donde tuvo lugar la Última Cena) y sobre cada uno de ellos descansó una dividida lengua de fuego. Las señales externas eran necesarias para los hombres de aquella época, todavía insuficientemente espirituales, para llevarlos a la fe. 
Los Apóstoles sintieron una gran animación, esclarecimiento y sed de predicación de la salvadora Palabra de Dios, o sea, la Santa doctrina de nuestro Señor Jesucristo. Repentinamente obtuvieron la capacidad de expresarse en varios idiomas.
Pentecostés, por El Greco.
INMEDIATAMENTE COMENZÓ LA EVANGELIZACIÓN
Para las fiestas de Pascua y Pentecostés, en Jerusalén se reunían los hebreos procedentes de diversos países. Viviendo durante tiempo prolongado fuera de Palestina, olvidaron la lengua hebrea, de suerte que sólo hablaban los idiomas de los países donde moraban permanentemente. Por tanto fueron llamados "helenistas," mientras que los gentiles que fueron convertidos a la fe judía se denominaban "prosélitos." Para la fiesta de Pascua se juntaron en Jerusalén entre uno y dos millones de ellos.
Muchos de ellos sintieron el ruido y se reunieron alrededor de la casa donde se encontraban los Apóstoles. Éstos salieron y comenzaron su predicación dirigiéndose a cada uno en el idioma de su país. Algunos quedaron asombrados, mientras que otros se burlaban, diciendo: "Están embriagados del vino dulce."
Entonces, el Apóstol Pedro, a quien acompañaban los otros once Apóstoles, pronunció palabras potentes, diciendo que ellos no estaban embriagados ya que no es más que la hora de la mañana, sino que Dios hizo cumplir la profecía del santo Profeta Joel referente al descenso del Espíritu Santo. También el Apóstol Pedro dijo acerca del Salvador, "a Quien vosotros habéis matado, pero Dios Lo ha resucitado, y Él, después de su gloriosa Ascensión, ha enviado al Espíritu Santo."
Maino - Pentecostés, 1620-1625. Museo del Prado
LOS PRIMEROS EFECTOS DE LA GRACIA DE DIOS EN LA IGLESIA PRIMITIVA
El sermón del Apóstol Pedro estuvo impregnado con la fuerza espiritual y con el amor para con los extraviados judíos. Estos se enternecieron y preguntaban: "¿Qué tenemos que hacer?" El Apóstol contestó: "Arrepentís y recibid el bautismo para la absolución de los pecados, luego obtendréis el don del Espíritu Santo." En aquel día fueron bautizados 3.000 hombres.
Después de Pentecostés los Apóstoles Pedro y Juan iban hacia el templo para orar. En la entrada del templo se encontraba sentado un mendigo, cojo desde su nacimiento, que no podía caminar y suplicaba por una limosna. El Apóstol Pedro le dijo: "No tengo ni plata ni oro, pero lo que tengo te doy: en nombre de Jesús Nazareno Cristo, levántate y anda." Éste saltó y se alejó alabando a Dios.
Este milagro impresionó mucho al pueblo. Después de las palabras pronunciadas por el Apóstol Pedro se bautizaron 2.000 hombres. De esta manera, el número de los cristianos dentro de un corto lapso ascendió hasta 5.000 personas.
La Venida del Espíritu Santo (Pentecostés).
LA VIDA DE LA PRIMERA COMUNIDAD CRISTIANA
Los primitivos cristianos se reunían diariamente en el templo y escuchaban los sermones de los Apóstoles, y en los días del Señor (domingos) se juntaban en casas particulares para oficiar la Santa Eucaristía (Liturgia) y con el fin de comulgar de los Santos Cuerpo y Sangre de Cristo.
Asimismo, tenían caridad mutua, de suerte que parecía que tenían un sólo corazón y una sola alma. Muchos cristianos vendían sus haciendas, y el dinero recibido lo entregaban a los Apóstoles y a los pobres.
La Venida del Espíritu Santo (Pentecostés).
EL SUCESO DE ANANÍAS Y SAFIRA
Un hombre llamado Ananías con su esposa Safira habían vendido su hacienda y trajeron el dinero recibido a los Apóstoles, pero escondieron una parte del mismo. Lo hicieron por dos razones. Por un lado, querían glorificarse entre los cristianos como abnegados y buenos, ya que toda su posesión la dieron a los pobres, y por otro, clandestinamente querían vivir para su propio placer teniendo suficiente plata. Con el fin de cortar de raíz este espíritu nada cristiano, el Apóstol Pedro explicó que la propiedad pertenecía a Ananías y Safira, encontrándose completamente bajo su poder, pero el acto cometido fue un gran pecado. Pedro dijo: "Ananías, ¿por qué permitiste a Satanás introducir en tu corazón el pensamiento de mentir al Espíritu Santo? No mentiste a los hombres, sino a Dios." Al instante, Ananías y luego Safira cayeron muertos.
Los Apóstoles realizaban muchos milagros, y aun la sombra del Apóstol Pedro sanaba a los enfermos. La abundancia de los dones del Espíritu Santo regocijaba a los creyentes y convertía al cristianismo a numerosos incrédulos. Sin embargo, los envidiosos jefes judíos odiaban a los Apóstoles.
Mural ortodoxo del Pentecostés en una iglesia rusa.
LOS DIÁCONOS
En medio de los cristianos se encontraban los judíos de Palestina y los llegados de otros países, llamados "helenistas." Éstos últimos murmuraban quejándose que sus viudas recibían menos subsidios durante la distribución.
Por consiguiente, los Apóstoles sugirieron que los creyentes eligiesen siete varones piadosos, sobre quienes los Apóstoles impusieron orando las manos, lo que produjo el descenso del Espíritu Santo. De esta manera apareció la sagrada dignidad de los "diáconos" (la palabra diácono significa "servidor").
Aparte de la distribución de los subsidios, los diáconos ayudaban a los apóstoles en sus sermones y ejecución de los sacramentos.
 
La Venida del Espíritu Santo (Pentecostés).
EN LA FIESTA DE PENTECOSTÉS - PARA HABLAR CON DIOS - San Josemaría Escrivá 
De pronto, vino del cielo un ruido, semejante a una fuerte ráfaga de viento, que resonó en toda la casa donde se encontraban. Entonces vieron aparecer unas lenguas como de fuego, que descendieron por separado sobre cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en distintas lenguas, según el Espíritu les permitía expresarse. 
(Hechos de los apóstoles 2, 2-3)
San Josemaría Escrivá - nace en España el 9 de enero de 1902 y fallece en Roma, el 26 de junio de 1975. El 2 de octubre de 1928 Dios le hace ver el Opus Dei.
El Gran Desconocido
  • Frecuenta el trato del Espíritu Santo —el Gran Desconocido— que es quien te ha de santificar. No olvides que eres templo de Dios. —El Paráclito está en el centro de tu alma: óyele y atiende dócilmente sus inspiraciones. Camino, 57 
  • El corazón necesita, entonces, distinguir y adorar a cada una de las Personas divinas. De algún modo, es un descubrimiento, el que realiza el alma en la vida sobrenatural, como los de una criaturica que va abriendo los ojos a la existencia. Y se entretiene amorosamente con el Padre y con el Hijo y con el Espíritu Santo; y se somete fácilmente a la actividad del Paráclito vivificador, que se nos entrega sin merecerlo: ¡los dones y las virtudes sobrenaturales! Amigos de Dios, 306
  • Ayúdame a pedir una nueva Pentecostés, que abrase otra vez la tierra. Surco, 213
  • Camino seguro de humildad es meditar cómo, aun careciendo de talento, de renombre y de fortuna, podemos ser instrumentos eficaces, si acudimos al Espíritu Santo para que nos dispense sus dones. Los Apóstoles, a pesar de haber sido instruidos por Jesús durante tres años, huyeron despavoridos ante los enemigos de Cristo. Sin embargo, después de Pentecostés, se dejaron azotar y encarcelar, y acabaron dando la vida en testimonio de su fe. Surco, 283 
La Venida del Espíritu Santo (Pentecostés).
Visión sobrenatural
  • ¡Solo! —No estás solo. Te hacemos mucha compañía desde lejos. —Además..., asentado en tu alma en gracia, el Espíritu Santo —Dios contigo— va dando tono sobrenatural a todos tu pensamientos, deseos y obras. Camino, 273 
  • Entre los dones del Espíritu Santo, diría que hay uno del que tenemos especial necesidad todos los cristianos: el don de sabiduría que, al hacernos conocer a Dios y gustar de Dios, nos coloca en condiciones de poder juzgar con verdad sobre las situaciones y las cosas de esta vida. Es Cristo que pasa, 133
  • Invoca al Espíritu Santo en el examen de conciencia, para que tú conozcas más a Dios, para que te conozcas a ti mismo, y de esta manera puedas convertirte cada día. Forja, 326 
  • Tres puntos importantísimos para arrastrar las almas al Señor: que te olvides de ti, y pienses sólo en la gloria de tu Padre Dios; que sometas filialmente tu voluntad a la Voluntad del Cielo, como te enseñó Jesucristo; que secundes dócilmente las luces del Espíritu Santo. Surco, 793 
La Venida del Espíritu Santo (Pentecostés).
La acción del Espíritu Santo
  • Nuestro Señor Jesús lo quiere: es preciso seguirle de cerca. No hay otro camino. Esa es la obra del Espíritu Santo en cada alma —en la tuya—: sé dócil, no opongas obstáculos a Dios, hasta que haga de tu pobre carne un Crucifijo. Surco, 978 
La Venida del Espíritu Santo (Pentecostés).
Llamada a los crisitianos de hoy
  • Veo todas las incidencias de la vida —las de cada existencia individual y, de alguna manera, las de las grandes encrucijadas de las historia— como otras tantas llamadas que Dios dirige a los hombres, para que se enfrenten con la verdad; y como ocasiones, que se nos ofrecen a los cristianos, para anunciar con nuestras obras y con nuestras palabras ayudados por la gracia, el Espíritu al que pertenecemos.
  • Cada generación de cristianos ha de redimir, ha de santificar su propio tiempo: para eso, necesita comprender y compartir las ansias de los otros hombres, sus iguales, a fin de darles a conocer, con don de lenguas cómo deben corresponder a la acción del Espíritu Santo, a la efusión permanente de las riquezas del Corazón divino. A nosotros, los cristianos, nos corresponde anunciar en estos días, a ese mundo del que somos y en el que vivimos, el mensaje antiguo y nuevo del Evangelio.
  • No es verdad que toda la gente de hoy —así, en general y en bloque— esté cerrada, o permanezca indiferente, a lo que la fe cristiana enseña sobre el destino y el ser del hombre; no es cierto que los hombres de estos tiempos se ocupen sólo de las cosas de la tierra, y se desinteresen de mirar al cielo. Aunque no faltan ideologías —y personas que las sustentan— que están cerradas, hay en nuestra época anhelos grandes y actitudes rastreras, heroísmos y cobardías, ilusiones y desengaños; criaturas que sueñan con un mundo nuevo más justo y más humano, y otras que, quizá decepcionadas ante el fracaso de sus primitivos ideales, se refugian en el egoísmo de buscar sólo la propia tranquilidad, o en permanecer inmersas en el error.
  • A todos esos hombres y a todas esas mujeres, estén donde estén, en sus momentos de exaltación o en sus crisis y derrotas, les hemos de hacer llegar el anuncio solemne y tajante de San Pedro, durante los días que siguieron a la Pentecostés: Jesús es la piedra angular, el Redentor, el todo de nuestra vida, porque fuera de El no se ha dado a los hombres otro nombre debajo del cielo, por el cual podamos ser salvos. Es Cristo que pasa, 132
La Venida del Espíritu Santo (Pentecostés).
CREO EN EL ESPÍRITU SANTO 
EL ESPÍRITU SANTO UNE ÍNTIMAMENTE A LOS FIELES CON CRISTO DE MODO QUE FORMAN UN SOLO CUERPO, LA IGLESIA, DONDE EXISTE UNA DIVERSIDAD DE MIEMBROS Y FUNCIONES.
1. Creo en el Espíritu Santo 1.1. La Tercera Persona de la Santísima Trinidad
En la Sagrada Escritura, el Espíritu Santo es llamado con distintos nombres: Don, Señor, Espíritu de Dios, Espíritu de Verdad y Paráclito, entre otros. Cada una de estas palabras nos indica algo de la Tercera Persona de la Santísima Trinidad. Es “Don”, porque el Padre y el Hijo nos lo envían gratuitamente: el Espíritu ha venido a habitar en nuestros corazones (cfr. Ga 4,6); Él vino para quedarse siempre con los hombres. Además, de Él proceden todas las gracias y dones, el mayor de los cuales es la vida eterna junto con las otras Personas divinas: en Él tenemos acceso al Padre por el Hijo.
La Venida del Espíritu Santo (Pentecostés).
El Espíritu es “Señor” y “Espíritu de Dios”, que en la Sagrada Escritura son nombres que se atribuyen sólo a Dios, porque es Dios con el Padre y el Hijo. Es “Espíritu de Verdad” porque nos enseña de modo completo todo lo que Cristo nos ha revelado, y guía y mantiene la Iglesia en la verdad (cfr. Jn 15, 26; 16, 13-14). Es el “otro” Paráclito (Consolador, Abogado) prometido por Cristo, que es el primer Paráclito (el texto griego habla de “otro” Paráclito y no de un paráclito “distinto” para señalar la comunión y continuidad entre Cristo y el Espíritu).
La Venida del Espíritu Santo (Pentecostés).
En el Símbolo Niceno-Constantinopolitano rezamos « Et in Spiritum Sanctum, Dominum et vivificantem: qui ex Patre [Filioque] procedit. Qui cum Patre et Filio simul adoratur, et conglorificatur: qui locutus est per Prophetas ». En esta frase los Padres del Concilio de Constantinopla (381) quisieron utilizar algunas de las expresiones bíblicas con las que se nombraba al Espíritu. Al decir que es “dador de vida” se referían al don de la vida divina dado al hombre. Por ser Señor y dador de vida, es Dios con el Padre y el Hijo y recibe por tanto la misma adoración que las otras dos Personas divinas. Al final, también han querido señalar la misión que el Espíritu realiza entre los hombres: habló por los profetas. Los profetas son aquéllos que hablaron en nombre de Dios movidos por el Espíritu para mover a la conversión a su pueblo. La obra reveladora del Espíritu en las profecías del Antiguo Testamento encuentra su plenitud en el misterio de Jesucristo, la Palabra definitiva de Dios.
La Venida del Espíritu Santo (Pentecostés). Luigi Benfatto, conocido como Alvise dal Friso (Verona, 1544 - Venecia, 7 de octubre de 1609), fue un pintor italiano.
«Son numerosos los símbolos con los que se representa al Espíritu Santo: el agua viva, que brota del corazón traspasado de Cristo y sacia la sed de los bautizados; la unción con el óleo, que es signo sacramental de la Confirmación; el fuego, que transforma cuanto toca; la nube oscura y luminosa, en la que se revela la gloria divina; la imposición de manos, por la cual se nos da el Espíritu; y la paloma, que baja sobre Cristo en su bautismo y permanece en Él» (Compendio , 139).
La Venida del Espíritu Santo (Pentecostés).
1.2. La Misión del Espíritu Santo
La Tercera Persona de la Santísima Trinidad coopera con el Padre y el Hijo desde el comienzo del designio de nuestra salvación hasta su consumación; pero en los “últimos tiempos” –inaugurados con la Encarnación redentora del Hijo– el Espíritu se reveló y nos fue dado, fue reconocido y acogido como Persona (cfr. Catecismo , 686). Por obra del Espíritu, el Hijo de Dios tomó carne en las entrañas purísimas de la Virgen María. El Espíritu lo ungió desde el inicio; por eso Jesucristo es el Mesías desde el inicio de su humanidad, es decir, desde su misma Encarnación (cfr. Lc 1, 35). Jesucristo revela al Espíritu con su enseñanza, cumpliendo la promesa hecha a los Patriarcas (cfr. Lc 4, 18s), y lo comunica a la Iglesia naciente, exhalando su aliento sobre los Apóstoles después de su Resurrección (cfr. Compendio , 143). En Pentecostés el Espíritu fue enviado para permanecer desde entonces en la Iglesia, Cuerpo místico de Cristo, vivificándola y guiándola con sus dones y con su presencia. Por esto también se dice que la Iglesia es Templo del Espíritu Santo, y que el Espíritu Santo es como el alma de la Iglesia.
La Venida del Espíritu Santo (Pentecostés).
El día de Pentecostés el Espíritu descendió sobre los Apóstoles y los primeros discípulos, mostrando con signos externos la vivificación de la Iglesia fundada por Cristo. «La misión de Cristo y del Espíritu se convierte en la misión de la Iglesia, enviada para anunciar y difundir el misterio de la comunión trinitaria» 
(Compendio, 144). El Espíritu hace entrar al mundo en los “últimos tiempos”, en el tiempo de la Iglesia.
La animación de la Iglesia por el Espíritu Santo garantiza que se profundice, se conserve siempre vivo y sin pérdida todo lo que Cristo dijo y enseñó en los días que vivió en la tierra hasta su Ascensión [1] ; además, por la celebración-administración de los sacramentos, el Espíritu santifica la Iglesia y los fieles, haciendo que ella continúe siempre llevando las almas a Dios [2] .
La Venida del Espíritu Santo (Pentecostés).
«La misión del Hijo y la del Espíritu son inseparables porque en la Trinidad indivisible, el Hijo y el Espíritu son distintos, pero inseparables. En efecto, desde el principio hasta el fin de los tiempos, cuando Dios envía a su Hijo, envía también su Espíritu, que nos une a Cristo en la fe, a fin de que podamos, como hijos adoptivos, llamar a Dios “Padre” ( Rm 8, 15). El Espíritu es invisible, pero lo conocemos por medio de su acción cuando nos revela el Verbo y cuando obra en la Iglesia» ( Compendio , 137).
La Venida del Espíritu Santo (Pentecostés).
1.3. ¿Cómo actúan Cristo y el Espíritu Santo en la Iglesia?
Por medio de los sacramentos, Cristo comunica su Espíritu a los miembros de su Cuerpo, y les ofrece la gracia de Dios, que da frutos de vida nueva, según el Espíritu. El Espíritu Santo también actúa concediendo gracias especiales a algunos cristianos para el bien de toda la Iglesia, y es el Maestro que recuerda a todos los cristianos aquello que Cristo ha revelado (cfr. Jn 14, 25s).
«El Espíritu Santo edifica, anima y santifica a la Iglesia; como Espíritu de Amor, devuelve a los bautizados la semejanza divina, perdida a causa del pecado, y los hace vivir en Cristo la vida misma de la Trinidad Santa. Los envía a dar testimonio de la Verdad de Cristo y los organiza en sus respectivas funciones, para que todos den “el fruto del Espíritu” ( Ga 5, 22)» (Compendio , 145).
DONES DEL ESPÍRITU SANTO
COMPLETAN Y LLEVAN A SU PERFECCIÓN LAS VIRTUDES DE QUIENES LOS RECIBEN.
  • Don de Ciencia
Es el don del Espíritu Santo que nos permite acceder al conocimiento. Es la luz invocada por el cristiano para sostener la fe del bautismo. 
  • Don de Consejo
Saber decidir con acierto, aconsejar a los otros fácilmente y en el momento necesario conforme a la voluntad de Dios. 
  • Don de Fortaleza
Es el don que el Espíritu Santo concede al fiel, ayuda en la perseverancia, es una fuerza sobrenatural. 
  • Don de Inteligencia
Es el del Espíritu Santo que nos lleva al camino de la contemplación, camino para acercarse a Dios. 
  • Don de Piedad
El corazón del cristiano no debe ser ni frío ni indiferente. El calor en la fe y el cumplimiento del bien es el don de la piedad, que el Espíritu Santo derrama en las almas. 
  • Don de Sabiduría
Es concedido por el Espíritu Santo que nos permite apreciar lo que vemos, lo que presentimos de la obra divina. 
  • Don de Temor
Es el don que nos salva del orgullo, sabiendo que lo debemos todo a la misericordia divina. 
FRUTOS DEL ESPÍRITU SANTO
LOS FRUTOS DEL ESPÍRITU SANTO SON PERFECCIONES QUE FORMA EN NOSOTROS EL ESPÍRITU SANTO COMO PRIMICIAS DE LA GLORIA ETERNA.
La tradición de la Iglesia enumera doce
  1. Caridad. 
  2. Gozo. 
  3. Paz. 
  4. Paciencia. 
  5. Longanimidad. 
  6. Bondad. 
  7. Benignidad. 
  8. Mansedumbre. 
  9. Fe. 
  10. Modestia. 
  11. Continencia. 
  12. Castidad. 
FALTAS CONTRA EL ESPÍRITU SANTO
  • Desesperar de la misericordia de Dios. 
  • Presunción de salvarse sin ningún mérito. 
  • La impugnación de la verdad conocida. 
  • La envidia de los bienes espirituales del prójimo. 
  • La obstinación en el pecado. 
  • La impenitencia final.
Referencias
[1] Cfr. Concilio Vaticano II, Const. Dei Verbum , 8.
[2] «La venida solemne del Espíritu en el día de Pentecostés no fue un suceso aislado. Apenas hay una página de los Hechos de los Apóstoles en la que no se nos hable de El y de la acción por la que guía, dirige y anima la vida y las obras de la primitiva comunidad cristiana […] Esa realidad profunda que nos da a conocer el texto de la Escritura Santa, no es un recuerdo del pasado, una edad de oro de la Iglesia que quedó atrás en la historia. Es, por encima de las miserias y de los pecados de cada uno de nosotros, la realidad también de la Iglesia de hoy y de la Iglesia de todos los tiempos» (San Josemaría, Es Cristo que pasa , 127 y ss.).
Detalle de la portada de pentecostés de la Madeleine de Vezelay
PENTECOSTÉS CONMEMORA LA VENIDA DEL ESPÍRITU SANTO SOBRE LOS PRIMEROS SEGUIDORES DE JESÚS.
ANTES HABÍA SEGUIDORES DE JESÚS, PERO NO UN MOVIMIENTO QUE PODRÍA SER LLAMADO “IGLESIA”.
POR LO TANTO, DESDE UN PUNTO DE VISTA HISTÓRICO, PENTECOSTÉS ES EL DÍA EN QUE SE INICIÓ LA IGLESIA.
EL ESPÍRITU TRAE LA IGLESIA A LA EXISTENCIA Y LE DA VIDA.
ES UNA DE LAS SOLEMNIDADES MÁS IMPORTANTES EN EL CALENDARIO DE LA IGLESIA, QUE TIENE UNA RICA PROFUNDIDAD DE SIGNIFICADO.
Aquí está cómo el Papa Benedicto XVI lo resumió en 2012:
“Esta solemnidad nos hace recordar y revivir la efusión del Espíritu Santo sobre los Apóstoles y los demás discípulos reunidos en oración con la Virgen María en el Cenáculo. Jesús, resucitado y ascendido al cielo, envió a su Espíritu a la Iglesia para que cada cristiano pueda participar en su misma vida divina y convertirse en su testimonio válido en el mundo. El Espíritu Santo, irrumpiendo en la historia, vence a la aridez, abre los corazones a la esperanza, estimula y fomenta en nosotros una madurez interior en nuestra relación con Dios y con el prójimo”.
Entre las actividades que de esta fiesta, se encuentra la tradicional Vigilia de Pentecostés. En el caso de Pentecostés centramos la atención en el Espíritu Santo prometido por Jesús en reiteradas ocasiones.
JESÚS LO HABÍA PROMETIDO
Jesús prometió enviar al Espíritu en varias oportunidades:
• Durante la Última Cena, les dice a sus apóstoles:“Mi padre os dará otro Abogado, que estará con vosotros para siempre: el espíritu de Verdad”
• Más adelante les dice:“Les he dicho estas cosas mientras estoy con ustedes; pero el Abogado, El Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, ése les enseñará todo y traerá a la memoria todo lo que yo les he dicho.”
• Al terminar la cena, les vuelve a hacer la misma promesa:“Les conviene que yo me vaya, pues al irme vendrá el Abogado,… muchas cosas tengo todavía que decirles, pero no se las diré ahora. Cuando venga Aquél, el Espíritu de Verdad, os guiará hasta la verdad completa,… y os comunicará las cosas que están por venir”
¿QUÉ SIGNIFICA EL NOMBRE “PENTECOSTÉS”?
Proviene de la palabra griega que significa “quincuagésimo” (Pentecoste). 
La razón es que Pentecostés es el quincuagésimo día después del Domingo de Pascua (en el calendario cristiano).
Este nombre se empezó a usar en el período del Antiguo Testamento tarde y fue heredado por los autores del Nuevo Testamento.
  • En el Antiguo Testamento, que se conoce por varios nombres: 
  • La fiesta de las semanas 
  • La fiesta de la cosecha 
  • El día de las primicias 
  • Hoy en día en los círculos judíos se conoce como Shavu`ot (en hebreo, “semanas”).
Se conoce por diferentes nombres en diferentes idiomas.
En el Antiguo Testamento era un festival de la cosecha, que significa el final de la cosecha de granos. Deuteronomio 16 establece:
“Contarás siete semanas. Desde el momento en que la hoz comience a segar la mies comenzarás a contar estas siete semanas. Y celebrarás en honor de Yahvé tu Dios la fiesta de las Semanas; la medida de la ofrenda voluntaria que hagas estará en proporción con lo que Yahvé tu Dios te haya bendecido. Y te regocijarás en presencia de Yahvé tu Dios, tú, tu hijo y tu hija, tu siervo y tu sierva, y el levita que vive en tus ciudades, y el forastero, el huérfano y la viuda que viven en medio de ti, en el lugar que elija Yahvé tu Dios para poner allí la morada de su nombre”. (Dt. 16: 9-11).
¿QUÉ REPRESENTA EL PENTECOSTÉS EN EL NUEVO TESTAMENTO?
Representa el cumplimiento de la promesa de Cristo del final del Evangelio de Lucas:
“Así está escrito: que el Cristo debía padecer y resucitar de entre los muertos al tercer día y que se predicaría en su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las naciones, empezando desde Jerusalén. Vosotros sois testigos de estas cosas. Mirad, yo voy a enviar sobre vosotros la Promesa de mi Padre. Vosotros permaneced en la ciudad hasta que seáis revestidos de poder desde lo alto” (Lc. 24: 46-49).
Este tema “revestidos de poder” viene por el derramamiento del Espíritu Santo sobre la Iglesia.
¿CÓMO ES SIMBOLIZADO EL ESPÍRITU SANTO EN LOS EVENTOS DEL DÍA DE PENTECOSTÉS?
Hay varios símbolos del Espíritu Santo que piedden leerse en el Catecismo de la Iglesia Católica 694 a 701. Pero pon atención a esto:
  • Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar.
  • Y de repente un ruido del cielo, como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa donde estaban sentados.
  • Y se les aparecieron lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos.
  • Y fueron todos llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen. (Hechos 2: 1-8)
  • Esto contiene dos símbolos del Espíritu Santo y su actividad: los elementos del viento y el fuego.
  • El viento es un símbolo básico del Espíritu Santo, como la palabra griega que significa “Espíritu” (Pneuma) y que también significa “viento” y “aliento”.
  • En relación con el símbolo del fuego, el Catecismo señala:
  • Mientras que el agua significaba el nacimiento y la fecundidad de la vida dada en el Espíritu Santo, el fuego simboliza la energía transformadora de los actos del Espíritu Santo.
  • El profeta Elías que “surgió […] como el fuego y cuya palabra abrasaba como antorcha”, con su oración, atrajo el fuego del cielo sobre el sacrificio del monte Carmelo, figura del fuego del Espíritu Santo que transforma lo que toca. Juan Bautista, “que precede al Señor con el espíritu y el poder de Elías”, anuncia a Cristo como el que “bautizará en el Espíritu Santo y el fuego”, Espíritu del cual Jesús dirá: “He venido a traer fuego sobre la tierra y ¡cuánto desearía que ya estuviese encendido!”.
  • En forma de lenguas “como de fuego” se posó el Espíritu Santo sobre los discípulos la mañana de Pentecostés y los llenó de él.
  • La tradición espiritual conservará este simbolismo del fuego como uno de los más expresivos de la acción del Espíritu Santo “No extingáis el Espíritu”. (CCC 696).
LA CONEXIÓN ENTRE LAS “LENGUAS” DE FUEGO Y EL HABLAR EN OTRAS “LENGUAS”
En ambos casos, la palabra griega para “lenguas” es la misma (glossai). La palabra “lengua” se utiliza para significar tanto una llama individual y como un lenguaje individual.
Las “lenguas como de fuego” (es decir, llamas individuales) que se distribuyen y se almacenan sobre los discípulos, los empoderan y así hablan milagrosamente en “otras lenguas” (es decir, idiomas).
Este es el resultado de la acción del Espíritu Santo, representado por el fuego.
¿QUIÉN ES EL ESPÍRITU SANTO?
.El Espíritu Santo es la tercera persona de la Santísima Trinidad.

.Él es eterno, omnisciente, omnipresente, tiene una voluntad, y puede hablar.

.Él es, sin duda, el menos mencionado de entre las tres personas de Dios, el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo.

.Y no es particularmente visible en la Biblia porque Su ministerio es dar testimonio de Jesús (Juan 15:26).
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El Bautismo en el Espíritu Santo de la Renovación Carismática Católica
Oraciones al Espíritu Santo

Fuente:
http://www.fluvium.org/textos/historia/his03.htm
http://ec.aciprensa.com/p/pentecostes.htm
http://www.es.josemariaescriva.info/articulo/en-la-fiesta-de-pentecostes
http://opusdei.org.co/es-co/article/tema-12-creo-en-el-espiritu-santo-creo-en-la-santa-iglesia-catolica/
https://www.primeroscristianos.com/que-es-pentecostes-lo-explica-benedicto-xvi/

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