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"Soy un hombre de armas, un soldado, scout. Paradójicamente, al único de mi especie que admiro, empuñó solamente la palabra, su técnica fue la humildad, su táctica la paciencia y la estrategia que le dio su mayor victoria fue dejarse clavar en una cruz por aquellos que amaba".

“Espíritu Santo, inspírame lo que debo pensar, lo que debo decir, lo que debo callar, lo que debo escribir, lo que debo hacer, como debo obrar, para el bien de los hombres, de la iglesia y el triunfo de Jesucristo”.

Desde La Trinchera Del Buen Combate en Argentina. Un Abrazo en Dios y La Patria.

19 de febrero de 2016

CINCO CONSEJOS PRÁCTICOS PARA UNA BUENA ORACIÓN CON LA BIBLIA - BUSCANDO EL ROSTRO DE DIOS EN LAS ESCRITURAS

LOS ÁNGELES, 19 Feb. 16 / 05:01 am (ACI).- En su última columna semanal, Mons. José Gómez, Arzobispo de Los Ángeles (Estados Unidos) habló sobre la importancia de poder hablar con Dios a través de la oración e indicó que un método perfecto para lograrlo es la llamada “Lectio divina”.
. “La lectio divina transforma nuestra lectura de las Escrituras en una audiencia privada con el Dios vivo que viene a nosotros con amor y nos habla en las páginas de los textos sagrados… Si la oración es conversación, entonces tenemos que escuchar a Dios tanto como hablamos con Él. ‘Al leer la Biblia, Dios te habla’, dijo San Agustín. ‘Cuando oras hablas con Dios’”, señaló.
José Horacio Gómez 
POR ELLO, EL PRELADO DA ESTOS CINCO CONSEJOS PARA MEDITAR CON UN PASAJE BÍBLICO, DE PREFERENCIA EL EVANGELIO DEL DÍA
1.- BUSCAR UN LUGAR TRANQUILO
Antes de leer las Sagradas Escrituras es preciso ponerse en presencia de Dios. Por lo tanto, Mons. Gómez recomienda buscar un lugar tranquilo, donde nadie interrumpa y apaguen todas sus “pantallas”: computadora, teléfono celular, televisión para poder estar aunque sea 15 minutos “a solas con el Señor”
Después “pidan que su Espíritu Santo abra sus corazones. Pídanle a nuestra Santísima Madre que los ayude a reflexionar en su corazón sobre los misterios de Cristo, como Ella lo hizo”.
2.- DETENERSE EN LOS DETALLES
Una vez terminada la oración “empiecen a leer despacio el texto del Evangelio de ese día. Léanlo una y otra vez. Y conforme van leyendo, fíjense en los detalles. ¿Qué está pasando? ¿Quiénes son los personajes principales? Deténganse en las palabras o en las frases que les llamen la atención. Presten especial atención a lo que Jesús está diciendo y haciendo”.
Asimismo Mons. Gómez señaló que hay que recordar que no se debe leer la Biblia como si se estuviera leyendo una novela. 
. “Se trata de un encuentro con el Dios vivo. Jesús vive en los textos sagrados. Dios está hablándoles a ustedes, personalmente”.
3.- MEDITAR SOBRE LA LECTURA
Después de identificar el pasaje que les llamó la atención, el Prelado indicó que hay que preguntarle a Dios qué está tratando de decir a través de las palabras específicas.
“¿Hay aquí una promesa para ustedes? 
¿Una orden? 
¿Una advertencia? 
¿Cómo se aplica este texto a la situación que están ustedes viviendo en este momento?”
. “Permítanle a la Palabra de Dios transformarse en un reto para ustedes. Si tienen dificultad para entender lo que están leyendo, pídanle al Espíritu que los ayude”, sobre todo a comprender las escenas y escenas y enseñanzas que “no se ajusten a la manera de pensar, a las expectativas y a los prejuicios”.
Pantocrator
4.- ORAR
Después de comprender lo que Dios quiere decir, Mons. Gómez indicó que es preciso responderle. Esto se hace con la oración.
. “Puede ser una oración de agradecimiento o de alabanza. La oración de ustedes puede ser una petición, una petición de que Dios les dé la fuerza para seguir adelante o de que les otorgue alguna gracia o virtud en especial”, explicó.
También añadió que 
. “Cuanto más oremos con los Evangelios, más podremos pensar según “la mentalidad de Cristo”, más nos apropiaremos de sus pensamientos y sentimientos; más podremos ver la realidad a través de sus ojos”.
Asimismo, al orar más experimentaremos con mayor intensidad “el llamado de Cristo a cambiar el mundo, para así moldear la sociedad y la historia de acuerdo al designio amoroso de Dios”.
5.- CONTEMPLAR
La lectio divina termina con la contemplación. Este momento se trata de permanecer en silencio y “contemplar a Dios”.
. “En la contemplación, somos como niños que buscan conocer la manera de pensar y la voluntad del Padre que nos ama. Con nuestra mente tranquila, descansa la presencia de su mirada. ‘Yo lo miro y Él me mira’”, comentó el Arzobispo de Los Ángeles.
Con la contemplación “la lectio divina nos lleva a tomar resoluciones y a comprometernos para la acción”.
BUSCANDO EL ROSTRO DE DIOS EN LAS ESCRITURAS - LA ORACIÓN ES BUSCAR EL ROSTRO DE DIOS (Artículo completo)
El Catecismo nos recuerda la historia de cómo San Juan María Vianney se encontró una vez a un campesino orando ante el Santísimo Sacramento. El Santo le preguntó qué estaba haciendo, y el hombre respondió: 
. “Yo lo miro y Él me mira”.
San Juan María Vianney
Johnvianney.jpg
Juan María Vianney
Santo Cura de Ars
NombreJean-Baptiste-Marie Vianney
Nacimiento8 de mayo de 1786
Dardilly, (Francia)
Fallecimiento4 de agosto de 1859
Ars-sur-Formans, (Francia)
Venerado enIglesia católica
Beatificación8 de enero de 1905 por San Pío X
Canonización31 de mayo de 1925 por Pío XI
Principal SantuarioBasílica de Ars, en Ars-sur-Formans
Festividad4 de agosto
PatronazgoPárrocos
EN ESTO CONSISTE LA ORACIÓN
En un diálogo amoroso, en un ir y venir, en un dar y recibir entre un hijo de Dios en conversación con su Padre.
La semana pasada les hablaba acerca de la importancia que tiene para ustedes el poder hablar con Dios de forma natural y honesta; de hablarle como se habla con un amigo, con un padre; hablando desde el corazón de ustedes hacia el corazón de Él.
Esta semana quiero recomendarles una de las formas más antiguas de la oración cristiana, la lectio divina, es decir, practicar la lectura orante de la Sagrada Escritura como un diálogo con Dios.
LA ORACIÓN ES CONVERSACIÓN
Si la oración es conversación, entonces tenemos que escuchar a Dios tanto como hablamos con Él. “Al leer la Biblia, Dios te habla”, dijo San Agustín. “Cuando oras hablas con Dios”.
LA LECTIO DIVINA
Transforma nuestra lectura de las Escrituras en una audiencia privada con el Dios vivo que viene a nosotros con amor y nos habla en las páginas de los textos sagrados.
Existen diferentes enfoques con respecto a la lectio divina. Yo sigo una especie de método clásico, que consiste en cinco “movimientos”: 
  • Lectura
  • Meditación
  • Oración
  • Contemplación
  • Acción.
. Ustedes pueden utilizar este método con cualquier texto bíblico, pero les recomiendo que en su práctica diaria de la lectio divina o al unirse a la liturgia de la Iglesia, usen la lectura del Evangelio correspondiente a cada día.
. Al leer en oración el Evangelio del día, nuestras vidas se convierten en un camino que estamos recorriendo con Jesús, en una peregrinación del corazón. Día tras día, vamos caminando con Él, vamos escuchando sus enseñanzas, vamos aprendiendo de Él, al presenciar la manera en que maneja las situaciones y trata con las personas.
. Al empezar la lectio divina, es necesario que busquen un lugar tranquilo, en el que no se les interrumpan. Apaguen todas sus “pantallas”: computadora, teléfono celular, televisión. Traten de apartar 15 minutos para estar a solas con el Señor.
. Empiecen poniéndose ante la presencia de Dios. Dense cuenta de que Él está en todas partes y de que los ama. Pidan que su Espíritu Santo abra sus corazones. Pídanle a nuestra Santísima Madre que los ayude a reflexionar en su corazón sobre los misterios de Cristo, como Ella lo hizo.
. Luego, empiecen a leer despacio el texto del Evangelio de ese día. Léanlo una y otra vez. Y conforme van leyendo, fíjense en los detalles. 
¿Qué está pasando? 
¿Quiénes son los personajes principales? 
. Deténganse en las palabras o en las frases que les llamen la atención. Presten especial atención a lo que Jesús está diciendo y haciendo.
NO ESTÁN LEYENDO UNA NOVELA
Pero recuerden que no están leyendo una novela. Se trata de un encuentro con el Dios vivo. Jesús vive en los textos sagrados. Dios está hablándoles a ustedes, personalmente. Así, su lectura se transformará, naturalmente, en meditación. 
. En este momento, ustedes le preguntan a Dios lo que está tratando de decirles en este pasaje de la Escritura. 
¿Hay aquí una promesa para ustedes? 
¿Una orden? 
¿Una advertencia? 
¿Cómo se aplica este texto a la situación que están ustedes viviendo en este momento?
. Permítanle a la Palabra de Dios transformarse en un reto para ustedes. Si tienen dificultad para entender lo que están leyendo, pídanle al Espíritu que los ayude.
. Jesús nos dijo que si pedimos, se nos dará, y que si tocamos las puertas cerradas, se nos abrirán. Así que hay que pedirle especialmente a Dios que nos ayude a entender las escenas y enseñanzas que no se ajusten a la manera de pensar, a las expectativas y a los prejuicios.
. La oración es lo que le decimos a Dios en respuesta a la Palabra que nos dirige. 
Puede ser una oración de agradecimiento o de alabanza. La oración de ustedes puede ser una petición, una petición de que Dios les dé la fuerza para seguir adelante o de que les otorgue alguna gracia o virtud en especial.
FINALIZACIÓN DE LA LECTIO DIVINA
Nuestra lectio divina termina con la contemplación. En este momento, tratamos simplemente de permanecer en silencio y conocer a Dios. En la contemplación, somos como niños que buscan conocer la manera de pensar y la voluntad del Padre que nos ama. Con nuestra mente tranquila, descansa la presencia de su mirada. “Yo lo miro y Él me mira”.
. A partir de nuestra contemplación, la lectio divina nos lleva a tomar resoluciones y a comprometernos para la acción.
. La verdadera oración nos lleva a desarrollar un profundo sentido de responsabilidad por la misión de Cristo, por la misión de la Iglesia. La oración de todo discípulo en todo momento debe ser: “¿Qué he de hacer, Señor?”
. Cuanto más oremos con los Evangelios, más podremos pensar según “la mentalidad de Cristo”, más nos apropiaremos de sus pensamientos y sentimientos; más podremos ver la realidad a través de sus ojos. 
. Mientras más oremos, más experimentaremos el llamado de Cristo a cambiar el mundo, para así moldear la sociedad y la historia de acuerdo al designio amoroso de Dios.
¡Oremos unos por otros esta semana! Y pidámosle a nuestra Santísima Madre María que consiga para nosotros un renovado deseo de buscar el rostro de Dios en la lectura orante de las Escrituras.
Fuente:
https://www.aciprensa.com/josegomez/buscando-el-rostro-de-dios-en-las-escrituras/
https://www.aciprensa.com/noticias/5-consejos-practicos-para-una-buena-oracion-con-la-biblia-17158/

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