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"Soy un hombre de armas, un soldado, scout. Paradójicamente, al único de mi especie que admiro, empuñó solamente la palabra, su técnica fue la humildad, su táctica la paciencia y la estrategia que le dio su mayor victoria fue dejarse clavar en una cruz por aquellos que amaba".

“Espíritu Santo, inspírame lo que debo pensar, lo que debo decir, lo que debo callar, lo que debo escribir, lo que debo hacer, como debo obrar, para el bien de los hombres, de la iglesia y el triunfo de Jesucristo”.

Desde La Trinchera Del Buen Combate en Argentina. Un Abrazo en Dios y La Patria.

5 de enero de 2016

EL ENIGMA DE LOS REYES MAGOS. Fiesta 06 de Enero

Sin duda, una de las figuras más tradicionales de la Navidad es la de los Reyes Magos, en la que se conjugan la leyenda histórica con la tradición judaica, ya que son ellos los que permiten unir al pueblo hebreo con el nacimiento de Belén. Su personalidad es una de las más legendarias y enigmáticas del Nuevo Testamento, aunque únicamente el evangelista Mateo refiere su historia.
El término “Magos” se refiere a una casta sacerdotal de Media y Persia que ejercía como consultores de reyes y emperadores. Los magos eran mazdeístas seguidores de las enseñanzas de Zaratustra, pero a las que les habían añadido algunos elementos babilónicos hebreos. La palabra “mago” se deriva del término persa maga, que es la revelación de un Sabio del Señor, lo que los judíos llaman profeta. Estrabón dijo de ellos que eran “celosos observadores de la justicia y de la virtud”, y Cicerón que constituían “la clase de sabios y doctores en Persia”.
Su origen persa está refrendado por varios documentos de la época de Constantino y una carta sinodal del Concilio de Jerusalén (836), en la que se dice que cuando en el año 614 los soldados persas destruyeron todos los santuarios cristianos de Palestina, respetaron la Basílica de la Natividad de Belén, porque al ver el mosaico del frontispicio que representaba la Adoración de los Reyes Magos, los consideraron por su indumentaria compatriotas suyos.

¿Quiénes y cuántos eran en realidad los magos de Oriente, que guiados por una estrella, llegaron hasta Belén y adoraron al Niño? El texto evangélico ya comienza con el enigma, pues únicamente habla de “unos que venían de Oriente”, por lo que habremos de acudir a las restantes fuentes históricas existentes: en un fresco del cementerio de San Pedro y San Marcelino de Roma aparecen representados dos, tres en un sarcófago conservado en el museo de Letrán, cuatro en una representación del Cementerio de Santa Domitila, ocho en un vaso del Museo Kircheriano y doce según las tradiciones orales sirias y armenias.
El número de tres lo dio en el siglo III el escritor eclesiástico griego Orígenes (185-254), por analogía con los dones que ofrecieron. Otros estudiosos ven en los Magos a los tres hijos de Noé, que dieron figura a las tres partes de la Tierra, y que representan: Melchor a Europa, por las diversas estrellas que lleva; Gaspar a Asia, ya que porta un escudo con una estrella y una media luna; y Baltasar a África, por el negro representado en su blasón. En la tradición cristiana el trío, al igual que en otras religiones, tiene un especial significado: Trinidad, tres Marías, tres Reyes Magos.
Respecto a sus nombres, la referencia más antigua se encuentra en un manuscrito anónimo del siglo VII guardado en la Biblioteca Nacional de París, en la que se habla de Melchior, Castapa y Bithisarea; estos mismos nombres los registra en el siglo IX el historiador Agnello en Pontificalis Ecclesia Ravenantis. En lo tocante al término reyes no tiene fundamento histórico alguno, y el primero en titularlos reyes es San Cesáreo de Arlés en el siglo VI, seguramente por aplicación del Salmo 72,10, en el que se dice que “los reyes de Tarsis y de las Islas le traerán presentes, los reyes de Arabia y Saba le pagarán tributo”.
La estrella, la guía en su camino hacia el Mesías, es uno de los grandes misterios que han provocado todo tipo de especulaciones. Los astrónomos nunca se han puesto de acuerdo: para unos, es una supernova de la que no tenemos referencia alguna; para otros, es un cometa, que incluso llegan a personalizar en el Halley que debió pasar en el 12 a.C.; e incluso, otros defienden la conjunción de los planetas Júpiter y Saturno, ocurrida el 21 de mayo del 747 de Roma, próxima a la fecha probable del nacimiento del Mesías. Por todo ello, y al ser un fenómeno que no se sustenta de una manera clara en un hecho histórico, los especialistas bíblicos lo consideran un síntoma de guía divina únicamente visible para los Magos, y un recurso literario que recuerda a la nube de fuego que guiaba a los israelitas por el desierto en su salida de Egipto.
Uno de los momentos clave del episodio de los Magos es su visita a Herodes el Grande, quien reinaba en Palestina, bajo dominación romana, entre el año 37 y el 4 a.C. La visita de los Magos al Rey palestino es el centro y la razón de ser de Melchor, Gaspar y Baltasar, ya que permite al evangelista Mateo justificar proféticamente el nacimiento del Mesías, además de incitar a Herodes a llevar a cabo su matanza de inocentes registrada documentalmente.
El enigma de los Reyes Magos no solamente está en su condición, número o nombres, sino que también sobre sus cuerpos proliferan las leyendas. En el año 490 el emperador Zenón llevó sus restos desde Persia hasta Constantinopla. Siglos más tarde, los cuerpos de los tres Magos aparecen situados en la ciudad de Milán, donde el emperador Federico Barbarroja los toma como botín de guerra en 1162 tras asolar Italia. Los deposita en Colonia, ciudad en la que permanecen en la actualidad, aunque en 1903 el obispo de la ciudad alemana donó una parte de las reliquias al cardenal de Milán como compensación del saqueo acaecido ocho siglos antes.
Un año más la fascinación por el enigma de los Reyes Magos, por las más pintorescas leyendas tejidas alrededor de sus personas y por los avatares de los restos de sus cuerpos a lo largo de la historia, hacen que el episodio de la Adoración alcance niveles sublimes, ya que viene a demostrar como la intelligentzia de la época reconoció que aquel Niño nacido humildemente en Belén de Judá era el Mesías, el Hijo de Dios.
Luis Sánchez de Movellán de la Riva. Doctor en Derecho. Director de la Vniversitas CEU Senioribvs

Fuente:
http://www.analisisdigital.org/2012/01/05/el-enigma-de-los-reyes-magos/

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