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"Soy un hombre de armas, un soldado, scout. Paradójicamente, al único de mi especie que admiro, empuñó solamente la palabra, su técnica fue la humildad, su táctica la paciencia y la estrategia que le dio su mayor victoria fue dejarse clavar en una cruz por aquellos que amaba".

“Espíritu Santo, inspírame lo que debo pensar, lo que debo decir, lo que debo callar, lo que debo escribir, lo que debo hacer, como debo obrar, para el bien de los hombres, de la iglesia y el triunfo de Jesucristo”.

Desde La Trinchera Del Buen Combate en Argentina. Un Abrazo en Dios y La Patria.

15 de agosto de 2018

ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA. Solemnidad 15 de Agosto.

Asunción de María - Andrea del Sarto
La Virgen María ha sido honrada y venerada como Madre de Dios desde los albores del cristianismo.
Asunción de María 
Con ocasión de la fiesta de la Asunción de nuestra Señora a los cielos, hablamos sobre los orígenes de la devoción mariana en los primeros siglos del cristianismo.
  • “Desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada" (Lc 1, 48)
Como han puesto en evidencia los estudios mariológicos recientes, la VirgenMaría ha sido honrada y venerada como Madre de Dios y Madre nuestra desde los albores del cristianismo.
En los tres primeros siglos la veneración a María está incluida fundamentalmente dentro del culto a su Hijo.
Un Padre de la Iglesia resume el sentir de este primigenio culto mariano refiriéndose a María con estas palabras:
  • «Los profetas te anunciaron y los apóstoles te celebraron con las más altas alabanzas».
De estos primeros siglos sólo pueden recogerse testimonios indirectos del culto mariano. Entre ellos se encuentran algunos restos arqueológicos en las catacumbas, que demuestran el culto y la veneración, que los primeros cristianos tuvieron por María.
Tal es el caso de las pinturas marianas de las catacumbas de Priscila: en una de ellas se muestra a la Virgen nimbada con el Niño al pecho y un profeta (quizá Isaías) a un lado; las otras dos representan la Anunciación y la Epifanía.
Primera representación de la Virgen María: 174ca.
Todas ellas son de finales del siglo II. En las catacumbas de San Pedro y San Marceliano se admira también una pintura del siglo III/IV que representa a María en medio de S. Pedro y S. Pablo, con las manos extendidas y orando.
"Virgen con el Niño" Catacumba de Santa Priscila.
Una magnífica muestra del culto mariano es la oración “Sub tuum praesidium” (Bajo tu amparo nos acogemos) que se remonta al siglo III-IV, en la que se acude a la intercesión a María.
ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA 
Uno de estos papiros, descubierto en las proximidades de la antigua ciudad egipcia de Oxirrinco, contenía una oración a la Virgen. Y no cualquier oración, sino una plegaria que continuamos rezando hoy en día, la oración Sub tuum praesidium
LA VERSION LATINA
Sub tuum praesidium
confugimus,
Sancta Dei Genitrix.
Nostras deprecationes ne despicias
in necessitatibus nostris,
sed a periculis cunctis
libera nos semper,
Virgo gloriosa et benedicta.


ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA 
LA VERSIÓN CASTELLANA, ES MUY CONOCIDA
Bajo tu amparo nos acogemos,
santa Madre de Dios;
no deseches las súplicas
que te dirigimos en nuestras necesidades,
antes bien, líbranos de todo peligro,
¡oh siempre Virgen, gloriosa y bendita!

"SUB TUUM PRAESIDIUM" DE MARCO FRISINA
https://www.youtube.com/watch?v=befChVsSNJY
Los Padres del siglo IV alaban de muchas y diversas maneras a la Madre de Dios. San Epifanio, combatiendo el error de una secta de Arabia que tributaba culto de latría a María, después de rechazar tal culto, escribe: «¡Sea honrada María! !Sea adorado el Señor!».
"Los primeros cristianos, a los que hemos de acudir siempre como modelo, dieron un culto amoroso a la Virgen. En las pinturas de los tres primeros siglos del Cristianismo, que se conservan en las catacumbas romanas, se la contempla representada con el Niño Dios en brazos. ¡Nunca les imitaremos bastante en esta devoción a la Santísima Virgen!"(San Josemaría Escrivá)
La misma distinción se aprecia en San Ambrosio quien tras alabar a la « Madre de todas las vírgenes»
San Ambrosio
AmbroseOfMilan.jpg
Mosaico de la Basílica de san Ambrosio (Milán).
Pontífice y Padre Latino
Proclamado Doctor de la Iglesia el 20 de septiembre de 1295 por el papa Bonifacio VIII
Nacimientoc. 340
TréverisImperio Romano
Fallecimiento4 de abril397
MilánImperio Romano de Occidente
Venerado enIglesia católicaIglesia ortodoxa,Iglesia luterana e Iglesia anglicana.
Principal SantuarioBasílica de San AmbrosioMilán
Festividad7 de diciembre
AtributosVestiduras episcopales, libro.
Patronazgoapicultoresfabricantes de velas
Es claro y rotundo, a la vez, cuando dice que «María es templo de Dios y no es el Dios del templo» , para poner en su justa medida el culto mariano, distinguiéndolo del profesado a Dios.
Hay constancia de que en tiempo del papa San Silvestre, en los Foros, donde se había levantado anteriormente un templo a Vesta, se construyó uno cuya advocación era Santa María de la Antigua. 
Virgen de La Antigua
Chapel of la Virgen Antigua - Cathedral of Seville.JPG
Imagen de la Virgen de La Antigua en la Catedral de Sevilla.
Venerada enIglesia católica
TemploCatedral de Sevilla
Catedral Metropolitana de Panamá
Festividad
15 de agosto en Flag of Spain.svg España
9 de septiembre en Flag of Panama.svg Panamá
Patrona deFlag of Panama.svg Panamá
Igualmente el obispo Alejandro de Alejandría consagró una Iglesia en honor de la Madre de Dios.
San Alejandro de Alejandría
Veljusa Monastery St. Alexander of Alexandria.jpg
Obispo de Alejandría
Nacimiento250 d.C.
Alejandría
Fallecimiento326 d.C.
Alejandría
Venerado enIglesia coptaIglesia ortodoxa,Iglesia católica
Principal Santuariotemplo de Bucalis
Festividad17 de abril
Se sabe, además, que en la iglesia de la Natividad en Palestina, que se remonta a la época de Constantino, junto al culto al Señor, se honraba a María recordando la milagrosa concepción de Cristo.
El Lugar de Nacimiento de Jesús: Iglesia de la Natividad y ruta de peregrinación en Belén
UNESCO logo.svg Welterbe.svg

Nombre descrito en la Lista del Patrimonio de la Humanidad.
Church of the nativity beth.jpg
Vista de la Basílica de la Natividad desde la plaza del pesebre
En la liturgia eucarística hay datos fidedignos mostrando que la mención venerativa de María en la plegaria eucarística se remonta al año 225 y que en las fiestas del Señor -Encarnación, Natividad, Epifanía, etc.- se honraba también a su Madre. Suele señalarse que hacia el año 380 se instituyó la primera festividad mariana, denominada indistintamente «Memoria de la Madre de Dios», «Fiesta de la Santísima Virgen», o «Fiesta de la gloriosa Madre».
EL TESTIMONIO DE LOS PADRES DE LA IGLESIA
El primer Padre de la Iglesia que escribe sobre María es San Ignacio de Antioquía (+ c. 110), quien contra los docetas, defiende la realidad humana de Cristo al afirmar que pertenece a la estirpe de David, por nacer verdaderamente de María Virgen.
San Ignacio de Antioquía
Ignatius of Antiochie, poss. by Johann Apakass (17th c., Pushkin museum).jpg
Icono que representa a Ignacio devorado por las fieras.
Padre de la Iglesia, obispo, mártir
Nacimientoc. 25 o 28
Fallecimientoentre el año 98 y el 110
Roma
Principal SantuarioBasílica de San Clemente de LetránRomaItalia
Festividad
AtributosCadenas y leones
Fue concebido y engendrado por Santa María; esta concepción fue virginal, y esta virginidad pertenece a uno de esos misterios ocultos en el silencio de Dios.
En San Justino (+ c. 167) la reflexión mariana aparece remitida a Gen 3, 15 y ligada al paralelismo antitético de Eva-María.
San Justino
Justin filozof.jpg
Mártir
Nacimiento100/114
Flavia NeapolisVexilloid of the Roman Empire.svg Imperio Romano
Fallecimiento162/168
RomaVexilloid of the Roman Empire.svg Imperio Romano
Venerado enIglesia Católica
Festividad1 de junio
En el Diálogo con Trifón, Justino insiste en la verdad de la naturaleza humana de Cristo y, en consecuencia, en la realidad de la maternidad de Santa María sobre Jesús y, al igual que San Ignacio de Antioquía, recalca la verdad de la concepción virginal, e incorpora el paralelismo Eva-María a su argumentación teológica.
Se trata de un paralelismo que servirá de hilo conductor a la más rica y constante teología mariana de los Padres.
San Ireneo de Lyon (+ c. 202), en un ambiente polémico contra los gnósticos y docetas, insiste en la realidad corporal de Cristo, y en la verdad de su generación en las entrañas de María. Hace, además, de la maternidad divina una de las bases de su cristología: 
San Ireneo de Lyon
Saint Irenaeus.jpg
Apologísta y Padre de la Iglesia
Nacimientoc. 130
EsmirnaVexilloid of the Roman Empire.svg Imperio Romano
Fallecimientoc. 2021
LugdunumVexilloid of the Roman Empire.svg Imperio Romano
Venerado enIglesia católica
Iglesia ortodoxa
Antiguas iglesias orientales
Luteranismo
Comunión Anglicana
Festividad28 de junio Occidente
23 de agosto Oriente
  • Es la naturaleza humana asumida por el Hijo de Dios en el seno de María la que hace posible que la muerte redentora de Jesús alcance a todo el género humano. 
Destaca también el papel maternal de Santa María en su relación con el nuevo Adán, y en su cooperación con el Redentor.
En el Norte de África Tertuliano (+ c. 222), en su controversia con el gnóstico Marción), afirma que María es Madre de Cristo porque ha sido engendrado en su seno virginal.
Tertuliano
Tertullian.jpg
Quinto Septimio Florente Tertuliano, 160-220, padre de la Iglesia y teólogo
Información personal
Nombre secularQuintus Septimius Florens Tertullianus
Nombre religiosoTertullianus
Nacimientoca. 160
Cartago, en el actual Túnez
Fallecimientoca. 220
Cartago
La llamada Virgen de Vladímir, un icono ruso de principios del siglo XIII.
En el siglo III se comienza a utilizar el título Theotókos (Madre de Dios). Orígenes (+ c. 254) es el primer testigo conocido de este título. 
Orígenes (en griego, Ὠριγένης [Ōrigénēs] (Hijo de Horus); en latín, Origenes Adamantius; en algunos textos antiguos, también Horigeneso bien Origines; Alejandría, 185 - Tiro o Cesarea Marítima, 254) es considerado un Padre de la Iglesia oriental, destacado por su erudición y, junto con San Agustín y Santo Tomás uno de los tres pilares de la teología cristiana.
En forma de súplica aparece por primera vez en la oración Sub tuum praesidium. que –como hemos dicho anteriormente- es la plegaria mariana más antigua conocida. Ya en el siglo IV el mismo título se utiliza en la profesión de fe deAlejandro de Alejandría contra Arrio.
Theotokos (la Virgen como "madre de Dios", entronizada y ella misma trono de Cristo) con ángeles y los santos Jorge y Teodoro. Iconobizantino a la encáustica (ca. 600, procedente del Monasterio de Santa Catalina del Monte Sinaí).
A partir de aquí cobra universalidad y son muchos los Santos Padres que se detienen a explicar la dimensión teológica de esta verdad -San Efrén, San Atanasio, San Basilio, San Gregorio de Nacianzo, San Gregorio de Nisa, San Ambrosio, San Agustín, Proclo de Constantinopla, etc.-, hasta el punto de que el título de Madre de Dios se convierte en el más usado a la hora de hablar de Santa María.
La verdad de la maternidad divina quedó definida como dogma de fe en el Concilio de Efeso del año 431.
Concilio de Éfeso
III concilio ecuménico
de la Iglesia católica
Christian council of Ephèsus in 431.jpg
Concilio de Éfeso de 431, en la basílica de Fourvière,Lyon
Inicio22 de junio de 431
Término16 de julio de 431
Aceptado porIglesia católicaIglesia ortodoxa e Iglesia copta
Convocado porEmperador Teodosio II
Presidido porPatriarca Cirilo de Alejandría
Asistencia200 - 250
Temas de discusiónNestorianismo
Cánones8
Cronología
Concilio de Constantinopla IConcilio de ÉfesoConcilio de Calcedonia
"¿Y después de la muerte del Salvador? María es la Reina de los Apóstoles; se encuentra en el Cenáculo y les acompaña en la recepción de Aquél que Cristo había prometido, del Paráclito; les anima en sus dudas, les ayuda a vencer los obstáculos que la flaqueza humana pone en su camino: es guía, luz y aliento de aquellos primeros cristianos".(San Josemaría Escrivá)
La llamada Virgen de Vladímir, un icono ruso de principios del siglo XIII.
¿QUÉ ES EL DOGMA DE LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN?
Es un dogma proclamado por el Papa Pío XII en 1950.
"Es un misterio de esperanza de alegría para todos nosotros. En María se ve la meta hacia la que caminan todos aquellos que han unido su vida a la de Jesús”.
https://www.youtube.com/watch?v=LYJKjiHNCeM
LUGAR DONDE FUE LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN AL CIELO
Por testimonios muy antiguos, de los primeros siglos, podemos saber que ese sitio se encuentra donde se venera el actual lugar del Cenáculo, y que es de igual modo donde antiguamente estaba situada la iglesia de Santa María del Monte Sión.

Aquí se encontraba originalmente, según la tradición, la casa de san Marcos. En este lugar también tuvo lugar la última Cena, la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles y la Virgen, y es el sitio desde dónde, según dice la tradición, Nuestra Madre la Virgen María marchó al cielo mientras estaba acompañada de los discípulos.
Cenáculo, Jerusalén.
Cuando Adriano visitó Jerusalén en el año 130 afirmó que la única parte de la ciudad que no estaba en ruinas consistía en algunas casas y una pequeña iglesia en Sión. Con Epifanio esta pequeña iglesia fue reemplazada por un largo edificio. Eso debió suceder después del año 336, pues no aparece en el plan de construcciones del emperador Constantino.
Cenáculo, Jerusalén.
Otra fuente atribuye el alargamiento de esta iglesia en el monte Sión al emperador Teodosio (379-385). La famosa peregrina Egeria afirma haberla visto alrededor del año 384. Se volvió a reedificar posteriormente por el obispo Juan de Jerusalén, entre el 387 y el 417. 
Se consideraba un gran templo, la madre de todas las iglesias. Una tradición del siglo V y VI dice que en esta casa vivió la Virgen con el apóstol Juan hasta que María terminó su vida terrena. Esta iglesia fue quemada por los persas en el 614.
Interior del cenáculo
En cuanto pasaron los persas el Abad Modestus la restauró. Tenía forma rectangular y en ella se podían señalar varias partes: en el lado noroeste la columna de la flagelación, en el sudeste el lugar de la última Cena, en el sudoeste el lugar de la venida del Espíritu Santo, y en el noreste el lugar donde la Virgen murió. San Willibald, que visitó la iglesia en el año 724 o 725, dice que vio el lugar desde donde la Virgen partió de esta vida.
El edificio llamado "El Cenáculo" es la última parte que resta de la iglesia bizantina y cruzada de la "Santa Sión", la eredera de la primitiva comunidad
También pudo ver una columna que estaba enfrente de la puerta que conduce a Siloan, que marcaba el lugar donde los judíos intentaron hacerse con su cuerpo mientras los apóstoles la trasladaban para ser enterrada en el valle de Josafat. Epifanio, que vivió entre el 639 y 689, también asegura que esa habitación alta era el lugar desde donde los apóstoles trasladaron el cuerpo sin vida de la Virgen María.
Interno de la "Sala del Espíritu Santo". Esta parte del edificio que está en la parte superior de la Tumba de David, aparece con más antigüedad que la Sala de la Última Cena, como muestra el análisis de los muros. Cenotafio e cobertura a veces, en cambio, son añadidos elaborados por los musulmanes.
LUGAR DONDE FUE LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN AL CIELO
Por testimonios muy antiguos, de los primeros siglos, podemos saber que ese sitio se encuentra donde se venera el actual lugar del Cenáculo, y que es de igual modo donde antiguamente estaba situada la iglesia de Santa María del Monte Sión.
Aquí se encontraba originalmente, según la tradición, la casa de san Marcos. En este lugar también tuvo lugar la última Cena, la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles y la Virgen, y es el sitio desde dónde, según dice la tradición, Nuestra Madre la Virgen María marchó al cielo mientras estaba acompañada de los discípulos.
Cuando Adriano visitó Jerusalén en el año 130 afirmó que la única parte de la ciudad que no estaba en ruinas consistía en algunas casas y una pequeña iglesia en Sión. Con Epifanio esta pequeña iglesia fue reemplazada por un largo edificio. Eso debió suceder después del año 336, pues no aparece en el plan de construcciones del emperador Constantino.
Otra fuente atribuye el alargamiento de esta iglesia en el monte Sión al emperador Teodosio (379-385). La famosa peregrina Egeria afirma haberla visto alrededor del año 384. Se volvió a reedificar posteriormente por el obispo Juan de Jerusalén, entre el 387 y el 417. Se consideraba un gran templo, la madre de todas las iglesias. Una tradición del siglo V y VI dice que en esta casa vivió la Virgen con el apóstol Juan hasta que María terminó su vida terrena. Esta iglesia fue quemada por los persas en el 614.
En cuanto pasaron los persas el Abad Modestus la restauró. Tenía forma rectangular y en ella se podían señalar varias partes: en el lado noroeste la columna de la flagelación, en el sudeste el lugar de la última Cena, en el sudoeste el lugar de la venida del Espíritu Santo, y en el noreste el lugar donde la Virgen murió. San Willibald, que visitó la iglesia en el año 724 o 725, dice que vio el lugar desde donde la Virgen partió de esta vida.
También pudo ver una columna que estaba enfrente de la puerta que conduce a Siloan, que marcaba el lugar donde los judíos intentaron hacerse con su cuerpo mientras los apóstoles la trasladaban para ser enterrada en el valle de Josafat. Epifanio, que vivió entre el 639 y 689, también asegura que esa habitación alta era el lugar desde donde los apóstoles trasladaron el cuerpo sin vida de la Virgen María.
LA ASUNCIÓN DE SANTA MARÍA VIRGEN* - Solemnidad. 15 de agosto
— María, asunta en cuerpo y alma a los Cielos. Contemplación del cuarto misterio glorioso del Santo Rosario.
— Desde el Cielo, la Virgen Santísima intercede y cuida de sus hijos.
— La Asunción de Nuestra Señora, esperanza de nuestra resurrección gloriosa.
I. Pondré enemistad entre ti y la mujer y entre tu linaje y el suyo1. Aparece así la Virgen Santa María asociada a Cristo Redentor en la lucha y en el triunfo sobre Satanás. Es el plan divino que la Providencia tenía preparado desde la eternidad para salvarnos. Este es el anuncio del primer libro de la Sagrada Escritura, y en el último volvemos a encontrar esta portentosa afirmación: Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida de sol, la luna por pedestal, coronada con doce estrellas2. Es la Virgen Santísima, que entra en cuerpo y alma en el Cielo al terminar su vida entre nosotros. Y llega para ser coronada como Reina del Universo, por ser Madre de Dios. Prendado está el rey de tu belleza3, canta el Salmo responsorial.

El Apóstol San Juan, que seguramente fue testigo del tránsito de María el Señor se la había confiado, y no iba a estar ausente en esos momentos..., nada nos dice en su Evangelio de los últimos instantes de Nuestra Madre aquí en la tierra. El que con tanta claridad y fuerza nos habló de la muerte de Jesús en el Gólgota calla cuando se trata de Aquella de quien cuidó como a su madre y como a la Madre de Jesús y de todos los hombres4. Exteriormente, debió de ser como un dulce sueño: “salió de este mundo en estado de vigilia”, dice un antiguo escritor5, en plenitud de amor. “Terminado el curso de su vida terrena, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial”6. Allí la esperaba su Hijo, Jesús, con su cuerpo glorioso, como Ella lo había contemplado después de la Resurrección. Con su divino poder, Dios asistió la integridad del cuerpo de María y no permitió en él la más pequeña alteración, manteniendo una perfecta unidad y completa armonía del mismo. Consiguió Nuestra Señora, “como supremo coronamiento de sus prerrogativas, verse exenta de la corrupción del sepulcro y, venciendo a la muerte como antes la había vencido su Hijo, ser elevada en cuerpo y alma a la gloria celestial”7. Es decir, la armonía de los privilegios marianos postulaba su Asunción a los Cielos.

Muchas veces hemos contemplado este privilegio de Nuestra Señora en el Cuarto misterio de gloria del Santo Rosario: “Se ha dormido la Madre de Dios (...). Pero Jesús quiere tener a su Madre, en cuerpo y alma, en la Gloria. Y la Corte celestial despliega todo su aparato, para agasajar a la Señora. Tú y yo niños, al fin tomamos la cola del espléndido manto azul de la Virgen, y así podemos contemplar aquella maravilla.

“La Trinidad beatísima recibe y colma de honores a la Hija, Madre y Esposa de Dios... Y es tanta la majestad de la Señora, que hace preguntar a los Ángeles: ¿Quién es Esta?”8. Nosotros nos alegramos con los ángeles, llenos también de admiración, y la felicitamos en su fiesta. Y nos sentimos orgullosos de ser hijos de tan gran Señora.

Con frecuencia, la piedad popular y el arte mariano han representado a la Virgen, en este misterio, llevada por los ángeles y aureolada de nubes. Santo Tomás ve en estas intervenciones angélicas hacia quienes han dejado la tierra y se encaminan ya al Cielo, la manifestación de reverencia que los Ángeles y todas las criaturas tributan a los cuerpos gloriosos9. En el caso de Nuestra Señora, todo lo que podamos imaginar es bien poco. Nada, en comparación a como debió de suceder en la realidad. Cuenta Santa Teresa que vio una vez la mano, solo la mano, glorificada de Nuestro Señor, y decía después la Santa que, junto a ella, quinientos mil soles claros, reflejándose en el más limpio cristal, eran como noche triste y muy oscura.

¿Cómo sería el rostro de Cristo, su mirada...? Un día, si somos fieles, contemplaremos a Jesús y a Santa María, a quienes tantas veces hemos invocado en esta vida.

II. Hoy ha sido llevada al Cielo la Virgen, Madre de Dios; Ella es figura y primicia de la Iglesia que un día será glorificada; Ella es consuelo y esperanza de tu pueblo, todavía peregrino en la tierra10.
Miremos a Nuestra Señora, Asunta ya en los Cielos. “Y así como el viajero, haciendo pantalla con su mano para contemplar algún vasto panorama, busca en los alrededores alguna figura humana que le permita darse una idea de aquellos parajes, así nosotros, que miramos hacia Dios con ojos deslumbrados, identificamos y damos la bienvenida a una figura puramente humana, que está al lado de su trono. Un navío ha terminado su periplo, un destino se ha cumplido, una perfección humana ha existido. Y al mirarla vemos a Dios más claro, más grande, a través de esa obra maestra de sus relaciones con la humanidad”11.

Todos los privilegios de María tienen relación con su Maternidad y, por tanto, con nuestra redención. María, Asunta a los Cielos, es imagen y anticipo de la Iglesia que se encuentra aún en camino hacia la Patria. Desde el Cielo “precede con su luz al Pueblo peregrino como signo de esperanza cierta hasta que llegue el día del Señor”12. “Con el misterio de la Asunción a los cielos, se han realizado definitivamente en María todos los efectos de la única mediación de Cristo Redentor del mundo y Señor resucitado (...). En el misterio de la Asunción se expresa la fe de la Iglesia, según la cual María “está también íntimamente unida” a Cristo”13. Ella es la seguridad y la prueba de que sus hijos estaremos un día con nuestro cuerpo glorificado junto a Cristo glorioso. Nuestra aspiración a la vida eterna cobra alas al meditar que nuestra Madre celeste está allí arriba, nos ve y nos contempla con su mirada llena de ternura14. Con más amor, cuanto más necesitados nos ve. “Realiza aquella función, propia de la madre, de mediadora de clemencia en la venida definitiva”15.

Ella es gran valedora nuestra ante el Altísimo. Es verdad que la vida en la tierra se nos presenta como valle de lágrimas, porque no faltan los sacrificios, las penalidades (sobre todo, nos falta el Cielo). Pero, a la vez, el Señor nos da muchas alegrías y tenemos la esperanza de la Gloria para caminar con optimismo. Entre esos motivos de contento, está Santa María. Ella es vida, dulzura y esperanza nuestra: el cariño de la Madre se hace sentir en la vida del cristiano. Vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, le decimos. Los ojos de Santa María, como los de su Hijo, son de misericordia, de compasión. Nunca deja de dar una mano a quien acude a su amparo: Jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección...16. Procuremos buscar más la intercesión de la Virgen, de la Reina de cielos y tierra. Acudamos al Refugio de los pecadores; y le diremos: muéstranos a Jesús, que es lo que más necesitamos.

¡Qué seguridad, qué alegría posee el alma que en toda circunstancia se dirige a la Santísima Virgen con la sencillez y la confianza de un hijo con su madre! “Como un instrumento dócil en manos del Dios excelso escribe un Padre de la Iglesia, así desearía yo estar sujeto a la Virgen Madre, íntegramente dedicado a su servicio. Concédemelo, Jesús, Dios e Hijo del hombre, Señor de todas las cosas e Hijo de tu Esclava (...). Haz que yo sirva a tu Madre de modo que Tú me reconozcas por servidor; que Ella sea mi soberana en la tierra de modo que Tú seas mi Señor por toda la eternidad”17. Pero hemos de examinar cómo es nuestro trato diario con Ella. “Si estás orgulloso de ser hijo de Santa María, pregúntate: ¿cuántas manifestaciones de devoción a la Virgen tengo durante la jornada, de la mañana a la noche?”18: el Ángelus, el Santo Rosario, las tres Avemarías de la noche...

III. Dichoso el vientre de María, la Virgen, que llevó al Hijo del eterno Padre19.
La Asunción de María es un precioso anticipo de nuestra resurrección y se funda en la resurrección de Cristo, que reformará nuestro cuerpo corruptible conformándolo a su cuerpo glorioso20. Por eso nos recuerda también San Pablo en la Segunda lectura de la Misa21: si la muerte llegó por un hombre (por el pecado de Adán), también por un hombre, Cristo, ha venido la resurrección. Por Él, todos volverán a la vida, pero cada uno a su tiempo: primero Cristo como primicia; después, cuando Él vuelva, todos los cristianos; después los últimos, cuando Cristo devuelva a Dios Padre su reino... Esa venida de Cristo, de la que habla el Apóstol, “¿no debía acaso cumplirse, en este único caso (el de la Virgen) de modo excepcional, por decirlo así, “inmediatamente”, es decir, en el momento de la conclusión de la vida terrestre? (...). De ahí que ese final de la vida que para todos los hombres es la muerte, en el caso de María la Tradición lo llama más bien dormición.

“Assumpta est Maria in caelum, gaudent Angeli! Et gaudet Ecclesia! Para nosotros, la solemnidad de hoy es como una continuación de la Pascua, de la Resurrección y de la Ascensión del Señor. Y es, al mismo tiempo, el signo y la fuente de la esperanza de la vida eterna y de la futura resurrección”22.

La Solemnidad de hoy nos llena de confianza en nuestras peticiones. “Subió al Cielo nuestra Abogada, para que, como Madre del Juez y Madre de Misericordia, tratara los negocios de nuestra salvación”23. Ella alienta continuamente nuestra esperanza. “Somos aún peregrinos, pero Nuestra Madre nos ha precedido y nos señala ya el término del sendero: nos repite que es posible llegar y que, si somos fieles, llegaremos. Porque la Santísima Virgen no solo es nuestro ejemplo: es auxilio de los cristianos. Y ante nuestra petición Monstra te esse Matrem (Himno litúrgico Ave maris stella), no sabe ni quiere negarse a cuidar de sus hijos con solicitud maternal (...).

“Cor Mariae Dulcissimum, iter para tutum; Corazón Dulcísimo de María, da fuerza y seguridad a nuestro camino en la tierra: sé tú misma nuestro camino, porque tú conoces la senda y el atajo cierto que llevan, por tu amor, al amor de Jesucristo”24.

1 Gen 3, 15. — 2 Antífona de entrada. Apoc. 12, 1. — 3 Salmo responsorial. Sal 44, 12. — 4 M. D. Philippe, Misterio de María, Rialp. Madrid 1986, p. 52. — 5 San Germán de Constantinopla, Homilías sobre la Virgen, I. — 6 Pío XII, Const. Munificentissimus Deus, 1-XI-1950. — 7 Ibídem. — 8 San Josemaría Escrivá, Santo Rosario. Cuarto misterio glorioso. — 9 Cfr. Santo Tomás, Suma Teológica, Supl., q. 84, a. l ad l. — 10 Misal Romano, Prefacio en la fiesta de la Asunción. — 11 R. A. Knox. Sermón en la festividad de la Asunción de Nuestra Señora, 15-VIII-1954. — 12 Conc. Vat. II, Const.Lumen gentium, 68. — 13 Juan Pablo II, Enc. Redemptoris Mater, 25-III-1987, n. 41. — 14 Cfr. Pablo VI, Discurso 15-VIII-1963. — 15 Juan Pablo II, loc. cit. — 16 Oración de San Bernardo. — 17 San Ildefonso de Toledo, Libro sobre la virginidad perpetua de Santa María, 12. — 18 San Josemaría Escrivá, Forja, n. 433. — 19 Antífona de comunión de la Misa vespertina de la Vigilia. Cfr. Lc 11, 27. — 20 Flp 3, 21. — 21 Segunda lectura. 1 Cor 15, 20-26. — 22 Juan Pablo II, Homilía 15-VIII-1980. — 23 San Bernardo, Homilía en la Asunción de la B. Virgen María, 1. — 24 San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa. Rialp. 1.ª ed., Madrid 1973, 177-178.
* La Iglesia, desde los primeros siglos (v-vi), profesó pacíficamente la fe en la Asunción de María Santísima, en cuerpo y alma, a la vida celestial, como se deduce de la Liturgia, de los documentos devotos, de los escritos de los Padres y de los Doctores. Esta fe multisecular y universal está confirmada por todo el Episcopado en la Carta Apostólica de I-V-1946, que sirve para ilustrar las razones de su definición dogmática, realizada por Pío XII el 1-XI-1950.
Fuente:
http://www.primeroscristianos.com/index.php/noticias/item/1318-la-asuncion-de-la-virgen-a-los-cielos-la-devocion-a-la-virgen-en-la-iglesia-primitiva/1318-la-asuncion-de-la-virgen-a-los-cielos-la-devocion-a-la-virgen-en-la-iglesia-primitiva
https://www.aciprensa.com/Maria/asuncion.htm
http://www.primeroscristianos.com/index.php/noticias/item/1873-sabes-en-que-lugar-fue-la-asuncion-de-la-virgen-al-cielo/1873-sabes-en-que-lugar-fue-la-asuncion-de-la-virgen-al-cielo
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