Esto está en contra del engaño colectivo que ha conseguido la telebasura.
Sin embargo muchos dicen que aman porque usan a la otra persona para disfrutar ellos. Y esto no es amor. Es egoísmo.
Las personas no son objetos de “usar y tirar”.
Pero así lo son para algunos.
Por eso para algunos el amor es algo efímero, pasajero.
Pero el amor verdadero es algo eterno, duradero. Nadie le dice a otra persona: “te amaré una semana, o un mes, o hasta que me canse de ti”.
Este falso concepto de amor es lo que hace fracasar a tantos matrimonios.
Es evidente que la convivencia humana exige sacrificios. Hay que aguantar. Yo suelo decir que el que no quiera aguantar a nadie que se vaya a una isla desierta. Allí no aguantará a nadie, pero aguantará su soledad.
El mismo Dr. Rojas dijo en este programa que la muerte del amor es el egoísmo.
Hay mucho ególatra: “yo, yo, y sólo yo”.
A propósito del amor que busca el bien de la persona amada y del amor egoísta recibí por INTERNET esta bonita historia:
Ésta es la historia de una joven ciega que se odiaba a sí misma, y a todo el mundo, por ser ciega. Odiaba a todos, menos a su novio que la quería mucho.
Un día, consiguió un par de ojos sanos, la operaron y pudo ver. Cuando lo hizo, el novio le preguntó si se casaría con él, a lo que ella respondió que no, porque se dio cuenta que él era ciego.
El novio, triste, lo comprendió y se despidió de su vida.
En su partida le dejó esta nota:
“Tan solo te pido que cuides muy bien de mis ojos pues te los regalé y ahora son los tuyos. Te amo”
Historia perteneciente al libro "El Silencio del Hombre - Historias de Luz y Sabiduría".
JORGE LORING, S.I.
jorgeloring@gmail.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario